Rumbo a Londres 2012 - Historia Olímpica - Renacimiento y Antigüedad
Y aunque el olvido, que todo lo destruye, guardo escondida una esperanza humilde, que es toda la fortuna de mi corazón.
Una carrera de 192,28 metros de extensión dio inicio a los Juegos Olímpicos en la Antigüedad aproximadamente en el año 776 A.C.. Una prueba modesta para un ganador modesto, un cocinero de la región de Elide llamado Coroebo, que volvió a su ciudad coronado de olivo. Muchos sostienen que no se consagró como Campeón Olímpico, sino que fue el primer nombre grabado en piedra a lo largo de una serie de héroes.
Pero la leyenda asegura que la primera competencia fue organizada por Atleo, un rey de la región de Grecia llamada Elide, en donde se encontraba Olimpia, entre sus hijos para determinar quien se quedaba con el trono.
Pero de que se tiene vestigio se sabe que se conocían las pruebas como una carrera al estadio de 192,28 metros, dos carreras llamada Diaulio de 385 metros, 4 estadios 769, ocho 1538 y hasta 24 conocida como Dolico de 4614 metros.
Luego apareció el pentatlón que combinaba 5 disciplina: carrera, lanzamiento del disco, jabalina, salto de longitud y lucha. Luego vino el boxeo que comenzó sin protección y tiempo.
Los Juegos Olímpicos eran un recogimiento espiritual y religioso y todas las batallas y conflictos se detenían por la semana Olímpica, instituidos por los espartanos en el siglo IX A.C. por los reyes Ifitos de Elide. Nadie podía entrar armado al lugar Olimpia y se consideraba un sacrilegio y era castigado con la muerte.
Todos podían competir, aquellos hombre libres y con el tiempo con las invasiones romanas fueron aceptados otros pueblos dándole un sentimiento más nacionalista, como sucedió con el Emperador Nerón. Las reglas estaban grabadas en tablas de bronce y se encontraban en los Templos de Olimpia.
Cuando los romanos llegaron a Grecia y conocieron el sentimiento Olímpico griego y que el ganador se llevaba una corona de olivos y el honor, sin riquezas ni posiciones, entendieron que jamás podrían imponerles a los griegos sus normas. Ellos tenían mucho que aprender.
Era tal el honor de la antigüedad que en el siglo V durante el boxeo un participante llamado Cleomedes mató a su oponente y fue descalificado por actuar con alevosía y se consagró campeón post-mortem a su rival. Ante todo estaban los valores y el honor.
La mujer en los juegos no tenía participación y sólo podían presenciar las justas niñas y jóvenes, pero ninguna mujer casada. Cuenta la historia que una mujer quería ver a su hijo en la lucha. Se vistió de hombre y al momento de triunfar salto de la galerías y en su alegría se le cayó el velo que la cubría. Fue condenada a muerte, pero como su marido y su hijo fueron campeones olímpicos se le perdonó la vida.
Los Juegos de la Antigüedad se extendieron hasta el año 394 D.C. hasta que el Emperador romano Teodosio El Grande a pedido de San Ambrosio, Obispo de Milán, que los consideraba inmorales y ateístas, los prohibió. Medio siglo más tarde otro monarca Teodosio II, destruyó todos los templos de Olimpia.
Así murieron los Juegos Olímpicos Antiguos hasta que a mediados del siglo XIX un grupo de arqueólogos europeos descubrió las viejas ruinas y más tarde el noble francés Barón de Pierre de Coubertin, les volvió a dar vida y grandeza a la majestuosidad de los Juegos. Ya no estaban los Teodosios para hacer cumplir estos absurdos mandatos.
Barón Pierre de Coubertin, el padre de los Juegos Olímpicos Modernos
El año 1894 el Barón Pierre de Coubertin, se reunió con doce países (Argentina, Bélgica, Austria, USA, Grecia, Gran Bretaña, Hungría, Italia, Nueva Zelanda, Rusia, Suecia y Francia) para crear el Comité Olímpico COI y decretar la primera edición de los Juegos Modernos.
Propusieron inaugurarlos el año 1900, pero finalmente se adelantaron para 1896 y con ello la restitución de una idea de dos mil años de antigüedad, que tanto hasta el día de hoy engrandece los valores más nobles del espíritu humano. Desde aquella época han pasado 116 años y sólo hemos tenido el honor de los laureles con 13 Medallas Olímpicas.
(Nota: Agustín Riveros nos estará contando más sobre los JJOO y su historia en próximos artículos)
Por Agustín Riveros (Domingo 15 de julio de 2012)
