Andrés Sauma: “Golpear la campana en la meta fue increíble”
Race Report Patagonman 2019
Esta era mi tercera vez haciendo un Triatlón Extremo del circuito Xtri World Tour. Norseman 2016, Celtman 2018 y ahora Patagonman Xtri. Primero que nada, quiero decir que la organización ha creado una de las mejores carreras de triatlón en el mundo. Consigues por lejos una de las experiencias más emocionantes en un Triatlón Extremo. La belleza de los paisajes es realmente asombrosa. El circuito es desafiante en cada una de sus etapas. Natación en aguas frías, ciclismo con mucha altimetría y un muy duro recorrido de trail. Estoy seguro que ésta carrera comenzará muy pronto a quedar con pocos cupos disponibles.
La preparación para Patagonman comenzó muy a comienzos de año. Eso significa que hice mucho ciclismo de ruta por montañas y además realicé al menos una vez por semana trail en cerro para mejorar mis habilidades de trail running. Natación en aguas frías? No mucho, probablemente porque nuestras aguas del Pacífico son siempre muy heladas, estuve menos preocupado de nadar en frío. No hice mucho, excepto un par de sesiones de aguas abiertas unos meses antes de la carrera.
Support Team
Si eres nuevo en los Triatlones Extremos, una de las diferencias principales con los triatlones tradicionales es la necesidad de contar con un equipo de soporte. Este año mi equipo de soporte consistió en 3 personas. Sólo uno de ellos está autorizado para proveer soporte directo al atleta. Eso significa acceso a la T1 y T2, además de asistencia con nutrición. Además de eso, está autorizado para correr contigo los últimos 12K del maratón.
Support Team: Romano Moreno, Valentina Valdés y María Elena Parra
Semana de Carrera
Sin entrar en muchos detalles, llegamos el miércoles a Puerto Chacabuco. Un pequeño pueblo donde se inicia la carrera. Es un Ironman de punto a punto, lo que significa que comienzas en una ciudad y la meta está ubicada en otro pueblo.
El clima en la Patagonia es muy impredecible. Te pueden tocar todas las estaciones del año en un sólo día. Llovió cada día por 2 semanas y sabíamos que sería un milagro si nos tocaba una día con sol radiante. Por esa razón, necesitas tener un plan A, B e incluso C para la elección de ropa. La ventaja de tener un equipo de soporte es precisamente tener varias opciones de ropa en el vehículo en caso que haya cambios inesperados de clima.
Llovió todos los días. Hice algunas sesiones de entrenamiento; natación, ciclismo y running. El viernes todos nos reunimos para una "Natación Social" que dió la oportunidad de probar la temperatura del agua y conocer a los otros atletas.
Pedaleando en condiciones extremas
A medida que la semana avanzaba, el pronóstico del tiempo para el día de la carrera empezó a mejorar. Sorprendentemente, un día soleado con buena temperatura empezó a convertirse en realidad. Francamente era un milagro.
El día de la Carrera
La alarma me despertó a las 2 am, o mejor dicho, me recordó que era hora de levantarme de la cama, porque no pude dormir un sólo minuto esa noche. La tensión fue aumentando mucho esos últimos días.
Bike check in a las 3:30 am y abordar el Ferry a las 4 am. Estábamos a metros de la T1 así que todo fue muy conveniente y fácil. Mi support team me acompañó en todo el proceso. Instalar la bicicleta y ponerme el traje de neoprén antes de subir al Ferry.
Comenzar en la noche le dió una atmósfera muy especial al momento. Tenso pero al mismo tiempo feliz para enfrentar el día que se nos venía por delante. Sería una tremenda aventura.
El Salto
Momento de abordar el Ferry, decir adiós a mi team y prometí reencontrarme con ellos en 90 minutos más. Una vez en el barco, la tensión aumentó minuto a minuto. Me reuní con algunos amigos y conversamos de cualquier cosa para despejar la mente. Hacía frío y decidí comenzar a mover mis brazos para entrar en calor antes de tirarme al agua. Tomó un tiempo llegar a la zona del salto. Una vez ahí, tomó más tiempo poner los Kayaks en el agua y poner a los camarógrafos en posición. La cubierta principal abrió su puerta y nos comenzaron a lanzar agua fría desde una manguera. Yo tenía frío y encontré innecesario enfriarme aún más antes de saltar al Fiordo. La gente se acercó al borde de la cubierta y comenzó a lanzarse a la oscuridad. Este era el momento. Sabía que no había vuelta atrás, así que cambié mi mente a modo carrera y dejé de pensar en el agua fría. Una vez en el agua, nadé rápidamente hacia los kayaks que marcaban la línea de partida. Honestamente el agua estaba bien fría. Moví mis brazos y piernas constantemente para mantener los músculos en movimiento. Mi cuerpo estaba bien, era mi cara la que sentía el frío.
No hubo cuenta regresiva o quizás no la escuché. El Ferry hizo sonar su bocina fuertemente y comenzó la carrera.
La Natación
Comencé fuerte y logré un buen ritmo a los pocos minutos. Muy pocas personas alrededor mío. Era fácil navegar, el agua estaba muy quieta, tal como en una piscina gigante. Había un gran barco de la Armada que señalaba el punto en donde debíamos girar a la derecha para luego dirigirnos hacia la costa. Vi unos pocos nadadores adelante mío. No sabía mi posición, pero calculaba que estaba dentro de los 5 primeros. La luz en el cielo comenzó a mostrar los primeros signos del amanecer. Era realmente mágico. Uno de los momentos más hermosos en mi trayectoria como deportista. Logré alcanzar a los nadadores en frente mío. Muchos colores en la costa hacían un poco confuso distinguir la salida del agua. Sin embargo, logré salir del agua en tercer lugar con una gran sonrisa en mi cara.
Una multitud de gente gritando en el camino a la T1 me hizo sentir como un Rock Star. Una vez ahí, Romano (mi support) me ayudó a quitar guantes, botas y traje de neoprén. Nos tomó un tiempo desvestirme y luego vestirme con shorts y chaqueta de ciclismo. Decidí mantenerme abrigado en la parte superior porque aún estaba fresco. Tenía la opción de quitar las mangas en caso que se pusiera caluroso. El cielo abierto, muy pocas nuves, las condiciones estaban increíbles.
El Ciclismo
Los primeros 60K fueron bien planos. Mis piernas aún estaban húmedas y un poco frías, pero sabía que eso pasaría después de un rato. Me costó acomodarme en mi ritmo planificado. Mis Cuadriceps dolían y tuve que forzarme un poco para producir los watts que necesitaba. Vi 2 ó 3 atletas adelante mío. Dentro de la primera hora logré pasarlos uno a uno. Mis quadriceps aún se sentían duros. Ignoré el dolor y seguí presionando. Alrededor de 50K decidí hacer una rápida parada al baño. Tomé la decisión de perder 2 minutos a cambio de pedalear cómodo y no pasar 6 horas arriba de la bici sintiéndome miserable. Nuevamente arriba de la bici y sorpresivamente el dolor en mis piernas desapareció!!! Al parecer la breve parada ayudó también a estirar mis piernas. Mis supports me gritaron "Vas quinto!!" Eso me dió una explosión de energía y más motivación para seguir luchando arriba de la bici.
Alrededor de Coyhaique el camino tenía zonas en reparación. Había que pedalear por tramos de tierra y piedras. Esto era mi mayor preocupación, porque no quería perder tiempo si pinchaba una rueda. Así que básicamente pedaleé muy lento y seguro sobre esos tramos, eligiendo bien donde poner las ruedas. Un tipo pasó como Kamikaze al lado mío en esos sectores. No me importó. Mejor lento pero seguro. Además sabía que lo alcanzaría más adelante. Y así fue.
Después de Coyhaique el circuito se puso cada vez más duro. Más subidas por hacer. Aún me sentía bien y mantenía un ritmo de potencia parejo. La belleza del entorno ayudaba a mantener los pensamientos lejos del cansancio. El último esfuerzo porque los últimos 15K eran completamente en bajada.
El Running
La llegada a Cerro Castillo, donde se encontraba la T2 fue espectacular. La bajada fue tremendamente rápida. Posteriormente revisé mi Garmin y logré registros en donde volaba a 80Km/h!!!
La transición fue muy fluida. Romano tenía todo el equipo organizado y en 2 minutos ya estaba corriendo por los senderos.
En los momentos que comenzaba el Maratón, la temperatura había aumentado considerablemente. Sabía que sería un poco caluroso así que llevar un poco más de líquido en mi mochila fue una sabia decisión.
El primer tramo era plano. Después una subida bien pronunciada que no tuve problemas en correrla porque tenía mis piernas frescas. No me exigí mucho, porque tenía claro que ahorrar energías era la mejor estrategia. Unos pocos kilómetros planos más y aparece un gran cerro. Esta era la parte más dura del running. No más caminos por un rato, ésto era 100% trail. Todo de subida y no me molesté en correrlo. Caminarlo fue la mejor opción. Una vez en la cumbre, comencé a correr a un buen ritmo. Siempre guardando energía, porque sabía que tenía mucho por recorrer. Un atleta me alcanzó y pasó muy rápido. No me importó porque iba mucho más rápido que yo. De pronto me encontré de frente a una gran poza de agua. Sabía de esto, porque atletas de la edición anterior me lo habías advertido. Mojar mis zapatillas no era una buena idea, así que llevé una sandalias y par de calcetines extra en mi mochila para pasar éste obstáculo. De nuevo, una sabia decisión. Fue realmente refrescante... Me habría quedado toda la tarde en ese lugar, pero estaba compitiendo... Rápidamente me cambié a zapatillas y calcetines secos. Ya estaba otra vez corriendo.
Una bajada por un rato y luego llegué a un camino de ripio que me llevaría hasta Puerto Ibañez, donde se encontraba la meta.
A los 10K llegué al primer puesto de hidratación. Paré por un momento y tomé algunos vasos de líquido. Otra vez a correr. Era todo sube y baja en adelante. Algunos tramos tenían subidas con mucha pendiente y decidí caminarlas para guardar energía. A los 15K me encontré con las vistas más hermosas de la Patagonia. Me emocioné mucho y decidí sacar mi cámara y registrar video mientras corría. No podría haberme perdonado no hacerlo.
Ya cuando terminaba de pasar este maravilloso lugar, el calor y la fatiga comenzaron a pegarme. Unos poco kilómetros más y el puesto de hidratación 2 apareció. Ya eran 20K y no me sentía bien. Tuve que luchar contra mis demonios en esos momentos. Había instantes en los que realmente pensaba que no podría seguir corriendo. Tomé un gel y continué enfocado en llegar al kilómetro 30, donde Romano estaría esperándome. El Support puede correr contigo desde ese punto hasta la meta.
Al momento de llegar a los 30K me había tomado todo el líquido y estaba desesperado por agua. Romano rellenó mi mochila y eso me dió otro golpe de energía. Comenzamos a correr el último tramo del maratón. Era muy bueno tenerlo corriendo a mi lado, hablando de cualquier cosa que me ayudara a distraerme de la lucha contra la fatiga que sentía. Después de pasar una impresionantes cataratas de agua, el camino se puso plano. Nos quedaban 7K para la meta y tengo que reconocer que esto fue lo más duro para mí. El camino parecía interminable, seco y monótono. Sentía que no avanzaba nada. Finalmente el camino de ripio se convirtió en cemento. Quedaban 2K para la meta. Corrimos juntos, nadie adelante, nadie atrás. Sabía que llegaría en sexto lugar y eso era como oro para un viejo como yo. Los últimos metros disfruté la vista del lago y los gritos de la multitud. Golpear la campana en la meta fue increíble.
Quiero agradecer a mi Support Team, Romano, Vale y Mane. Esto realmente fue trabajo en equipo. No habría podido lograrlo sin la ayuda de ustedes. A mi entrenador Armando Galarraga de Meru Endurance Team, quien me preparó para esta dura y loca carrera. My Sponsors Merrell Chile, Youtopia Club, Altered Bikes Specialized, Xterra Chile, Slimbar Chile.
Finalmente, a la organización por poner esta Épica carrera en nuestro hermoso país. He competido alrededor de todo el mundo y estoy seguro que Patagonman pronto será una carrera que todo atleta loco como yo querrá hacer.
Andrés Sauma
Fecha de la carrera: Domingo 01 de diciembre de 2019