El cisne negro - El cisne blanco
Más de alguno de Uds. debe haber visto la película que en verano se presentó en el cine y habla del encanto de una princesa atrapada en el cuerpo de un cisne blanco y queriendo ser liberada por su príncipe, este cae en el engaño y seducción del cisne negro. El cisne blanco sin esperanza de ser libre, se lanza al vació y muere.
Lo interesante es que la misma bailarina tenía que interpretar ambos papeles, el de cisne blanco, que para ella era muy natural por su pureza y nobleza y el cisne negro, que no podía internalizar, ya que no sabía nada de seducción y maldad.
Muchos preguntarán qué relación tiene esto con el deporte de alto rendimiento y les respondería ninguna. Pero hay algo muy rescatable, que es la lucha por la perfección de la bailarina por alcanzar a sentir en sus entrañas al cisne negro, superar dolores, fantasmas y emociones, porque lo único que deseaba era tener el papel protagónico. Finalmente, después de una infinidad de avatares interpreta mejor el cisne negro que al blanco, siendo ovacionada a rabiar por su público.
Acá hay algo que si podemos indagar y creo que mucho se puede hablar de esto, pero intentaré solo entre abrir la puerta.
Alcanzar un alto rendimiento y lo que significa no les puedo aportar mucho, porque no soy un experto, y solo tratar de entender las naturalezas, que muchas veces los deportistas deben comprender, es lo que me invita a poner el tema.
Estos caminos estoy seguro que todo deportista de alto rendimiento debe recorrer, pero pocos logran alcanzar esta meta. Es requisito luchar y vencerse a uno mismo, enfrentar miedos y dudas, atreverse a tomar determinaciones que muchas veces no son aprobadas e ir más allá de sus propios límites. Son verdaderos guerreros.
El triatlón cumple ya casi 36 años desde aquella primera epopeya de la carrera de triatlón en Chile y en estas décadas hemos tenido figuras mundiales. De todas las opiniones que he escuchado sobre Cristian Bustos y Bárbara Riveros, me quedo con la más convincente. Indica que para ser un campeón mundial se debe sobresalir en algo que sea diferente al resto, algo que se lea fácilmente y en ambos el comentario es el mismo. Su cabeza y hambre por el triunfo, operan de una forma distinta al resto cuando compiten. El animal interno con sed de triunfo, es lo que los lleva más allá de sus capacidades.
Hoy hemos generado un sistema con proyectos en el alto rendimiento que nos están permitiendo de a poco salir con mayores facilidades a competir al extranjero, pero hay algo más que nos falta. Aunque los recursos sean ilimitados, luchar con potencias mundiales es una tarea titánica. Si sólo fuera recursos, que es muy necesario e indispensable, pero no lo único, la ecuación sería fácil de resolver y jamás podríamos pretender nada como país. Por lo tanto, necesitamos sobresalir en algo más que nos diferencie, y que otra cosa que tener la cabeza para ser un campeón.
Probablemente tanto Bárbara como Cristian nos hayan dado inconscientemente la pauta. No se saca nada con recursos, talentos y voluntad si no hay cabezas. Buscar despertar en nosotros mismos un instinto de perfección ilimitada en donde el cuerpo y la mente son uno solo, y con un hambre incontenible por ganar es una tarea para pocos. Más aún en un sistema tan conservador como el nuestro que a veces nos sentimos moviéndonos contra el tráfico.
Si alguien le pregunta a un deportista de alto rendimiento en el extranjero cuál es tu profesión sin ninguna duda nos responden el deporte. Esto es signo de orgullo y admiración en países desarrollados y en especial cuando se es exitoso. La primera vez que lo viví, sentía que las personas rodeaban al deportista como una personalidad acaudalada o un hombre destacado en letras, ciencias o negocios, parámetros muy de nuestro medio. Pero lo que admiraban era la persona en sí misma.
Me pregunto y en forma muy respetuosa, como trabajamos y enseñamos esto en nuestros deportistas para alcanzar el alto rendimiento. Como planificamos y sabemos como directores de obras de un deportista, que este instinto lo debemos despertar si queremos triunfar, como generamos una cabeza de alto rendimiento y si puede interpretar los papeles que el director le pide. Pero antes, se debe saber lo que se pide, si no estaremos experimentando.
Mark Allen nos dijo en su última conferencia, antes de dejar el país, que Chile tenía muy buena geografía para entrenar, pero los escenarios para prepararse para sus batallas estuvieron muchas veces en otras latitudes. El ciclismo Europeo era superior al americano y él aprendió a conocer otros límites del cuerpo en Europa. No por algo creo que todavía tiene la mejor marca del Ironman en Hawai.
Pero lo más que me sorprendió fue cuando habló del desgaste de la mente y la pérdida de energía que se tenía al pensar previó y post a una competencia. “Esto es un desperdicio, Uds. tratan de contener el agua entre sus manos. La mente siempre debe estar en blanco y no debes pensar nada antes ni durante la carrera”.
Bárbara en su círculo de confianza nos confesó que después de su primer triunfo en una World Champion Series de Sydney el 2010, al llegar al hotel en la noche, su compañera española Aihnoa le mostraba las fotos de lo que había realizado. Poco a poco comenzó a tomar conciencia de lo que había sucedido. Era como despertar de un sueño. Cristian debe haber tenido el mismo recuerdo del Ironman de Hawai, con su segundo lugar.
Si pudiera dar una opinión, que por cierto es personal, es que poco hemos explorado esto y cuanta falta necesitamos entender más en nuestro medio de este entrenamiento específico. No sólo me refiero a los deportistas, si no a los directores de la obra de alto rendimiento, que son los entrenadores y todo el sistema que rodea el mundo del deporte elite.
Las potencias mundiales hace mucho tiempo entendieron esto y saben por experiencia reconocer estas virtudes en un deportista.
Los cisnes blancos abundan, pero los que pueden llegar a interpretar ambas papeles son reducidos.
Un campeón mundial o medallista olímpico debe tener una mente muy poderosa, que integre sus capacidades con su talento y en esta búsqueda como verdaderos hombres íntegros, entienden que para muchos de ellos es la razón de sus vidas.
Por Agustín Riveros (Abril ´11)