El triatlón desde cero
Decidí empezar a escribir sobre cómo es la evolución en el entrenamiento del triatlón desde cero (cuando digo cero, es realmente cero), porque creo que pueden ser de mucha utilidad, tanto para mí, para llevar registro, como para todas las personas que se quieran iniciar en esta tremenda disciplina que cada día me gusta más, a pesar de que cada vez que estoy entrenando me pregunto ¿qué hago aquí?
Para que se hagan una idea, mido 1,87cm, soy de contextura delgada pero con ponchera. Cuando empecé, pesaba 84kg (espero haber bajado algo), mi última actividad deportiva entrenando formalmente fue hace más de 20 años, en el colegio. Nunca había nadado más de 100 mts seguidos (todavía me cuesta), nunca había corrido más de 9 km (terrible) y lo único que había hecho es andar en bicicleta de ruta, que fue el punto de partida de por qué estoy en esto ahora.
Antes de partir hay que tener una cosa clara, esto necesita disciplina, ese es el gran secreto de esta actividad, respetar los horarios, la alimentación, respetar los espacios con la familia (sobre todo si tienes niños chicos). Hay que tener una fuerza de voluntad tremenda, obviamente yo no la tengo, pero trato de luchar día a día contra mis costumbres, sobre todo las alimenticias.
El entrenamiento partió el lunes 3 de abril, así lo acordamos con mi entrenador Rubén Arias, líder de TYM Sports Triatlón, en una conversación en marzo, donde le dije que quería partir y cuáles eran mis objetivos. Estos son básicamente ponerme a punto durante todo este año para ver cuándo estamos listos para correr mi primer triatlón. No tengo una carrera en mente, lo primero es entrenar y ver cómo avanzamos. Rubén me dijo: “Es un proceso largo, donde se necesita mucha cabeza y vas a tener semanas buenas y malas, y eso es parte del aprendizaje y de la evolución del triatlón”.
Dicho y hecho, partí, escuchando y sobre todo mirando, cumpliendo mi rutina diaria, los números no eran buenos, pero era la primera semana y bastante conforme. Partió la segunda semana, mis primeros 10k, me dolía todo, nadé una mañana 2,600 mts, ya me empezaba a sentir mejor en el agua, en mi mente decía que ya estaba listo para Hawaii, troté nuevamente, nadé, corrí, bicicleta, etc., etc., ya me sentía un hombre de acero.
Antes de seguir contándoles mi rutina, les quiero contar que mi entrenamiento no partió ese lunes 3 de abril, sino que mucho antes, quería entender la filosofía del triatlón, para eso me leí cuanto libro encontré, acá en Chile no hay mucho, así que después de investigar mucho me compré uno que se llama “La anatomía del triatleta”, luego vino “La biblia del triatleta” y “Manual Completo del Triatlón”. También vi, y sigo viendo, cientos de videos en YouTube de carreras y entrenamientos de los mejores del mundo, esto me sirvió mucho de inspiración y se ve tan fácil pero no, no lo es.
Bueno, volvamos a la rutina. Tercera semana. Parto flojo, con pocas ganas, el nado fue muy malo, no pude completar bien mis rutinas, me sentía cansado, ahogado, me dolía la espalda y los brazos y el sábado terminamos con una salida larga en bicicleta por Chicureo en el que me sentí muy cómodo, además me tocó dirigir a un grupo. En total fueron 85km bien trabajados con una transición a un trote corto, las piernas casi me explotan, estaba tieso como palo, pero como dijo el “coach”, “esto es bueno para ir acostumbrando al cuerpo”.
Bueno, de ahora en adelante, voy a tratar de ir escribiendo semanalmente y más ordenado cada uno de mis entrenamientos por día y contándoles cómo se vive esto desde adentro.
Consejo de un principiante: traten siempre de entrenar con un equipo o en grupo, se hace más fácil y es bueno para ir escuchando la experiencia de los que llevan algo más de tiempo en el tema.
Continuará...
por Arturo Bertoglio V. (Viernes 28 de abril de 2017)