Experiencias en la Ruta 5 Norte
Esta historia comienza en un verano, luego de terminar la temporada 2008 de competencias de triatlón y buscando la manera de mejorar mi ciclismo me encontré en uno de mis tantos entrenamientos con un ciclista, luego de charlar y conocernos, me dejó una invitación que hasta hoy recuerdo: “anda el día domingo a las 9:30 am, Ruta 5 Norte con Américo Vespucio, ¿quieres mejorar tu ciclismo?... Ahí es el lugar ideal”.
Así fue como me aventuré en ir y saber si lo dicho por este personaje sería real. Llegué a las 9:20 aproximadamente al lugar acordado, mi sorpresa no se hizo esperar, había más de 30 ciclistas reunidos, me encontré con algunas caras conocidas en mis inicios en las carreras de ciclismo laboral, mayor fue mi sorpresa al encontrarme con los llamados ciclistas añosos (término que se le da a los viejitos que no hay como bajarlos de la bicicleta), pero el personaje que hasta el día de hoy alegra las salidas domingueras es Haroldo, un amigo que ama la bicicleta y que en cada salida toma fotografías, videos y comparte con todos y cada uno de los asistentes esta verdadera sesión de entrenamiento, a las 9:35 aproximadamente se parte, ese día salieron más de 55 ciclistas… ¿El recorrido? Fue lo primero que pregunté, serán aproximadamente 130 kilómetros me dijeron algunos, a rodar se ha dicho 55 ciclistas tomándose la Ruta 5 Norte, ritmo muy tranquilo en un inicio hasta aproximadamente 15 kilómetros de recorrido, cuando la velocidad empieza a aumentar de 35 a 40 kilómetros la hora de la nada y de 40 a 45 kilómetros la hora, algunos sienten la tensión, otros (los mas entrenados) aún hablan y comentan algunos detalles de carreras y anécdotas, “se viene la meta de montaña gritan desde atrás…” ¿Qué? Pregunté, la Cuesta El Manzano, una subida no muy intensa, pero que se sube a un ritmo frenético, los escaladores se ubican en la punta e imponen un ritmo que ahoga y quema las piernas, al finalizar un alivio, una bajada para soltar las piernas y de vuelta a la acción, subimos el paso nivel de Til-Til y nos dirigimos hasta los pies de la Cuesta La Dormida, donde se para y se comparte un break (se consume bebida, un café si el tiempo esta frio o jugo y se come una tortilla o aceitunas, nada de powerbar o geles), es momento de volver, meta final Ruta San Martín ó 57 con Américo Vespucio, tomamos camino Til-Til hasta nuevamente el paso nivel y seguimos por Quilapilún hasta dar con el Camino del Infierno (más de alguno lo conocerá) y llegamos hasta el Puente Chacabuco, tomamos las Ruta San Martín… Llegó el momento de sufrir nuevamente, cansancio acumulado y ritmo frenético, no se baja de 45 km/hr y se llega finalmente al fin de esta aventura… Quedan muchas anécdotas aún por seguir contando, pero realmente es un agrado salir los domingos a rodar con gente que comparte esta pasión con uno…
Aunque estuve retirado de la actividad por un tiempo, volví y que mejor que retomar el camino donde comenzó mi amor por el ciclismo y donde cada día aprendo más…
La invitación está hecha para todos los que quieran rodar y andar fuerte.
Por Francisco Matthies (Junio ´11)