La ventaja del Roller en el running
Uno de los medios más utilizados como coadyuvantes en la recuperación de los ajetreados músculos en los corredores es el Roller (rollo de espuma), marcas hay varias y difieren de acuerdo a la densidad y textura de la gomaespuma.
Al principio se recomendaba utilizarlo después de los entrenamientos apuntando a descontracturar y “despegar” las adherencias en las fascias musculares evitando futuras lesiones, lo que a priori suena razonable en la práctica es otra cosa.
La verdad es que el músculo requiere energía tanto para contraerse como para relajarse. Así que descontracturar un músculo requiere energía para que este se relaje, calor para aumentar el flujo sanguíneo y aplicación de presión en el nódulo (sea con masaje profundo o punción seca con aguja). Cosa que un roller no ofrece.
Para separar adherencias en fascias se requiere separarlas por medio de masajes profundos –y bastante dolorosos-, así como calor húmedo previo para facilitar el masaje. Nuevamente el roller queda corto para lograr esta función.
Una cuestión de tono
Entonces, ¿cómo funciona un roller? Actúa influyendo en el tono muscular. El tono de un músculo es un grado de contracción leve y constante en reposo. Aquello que lo protege, es el estado de “alerta” del músculo ante cualquier requerimiento. El tono correcto es muy útil, pero cuando el músculo se siente sobre exigido le informa al cerebro y este manda una señal para aumentar el tono. Esto genera un acortamiento del músculo y, por ende, un menor rango de movimiento.
Entonces al pasarnos un roller lo que hacemos es informarle al cerebro que el tono muscular ha bajado. Lo que realmente hace el roller es “resetear” el tono muscular y es debido a esto que es útil incluso antes de realizar actividad física, pues nos otorga un músculo con mejor tonicidad y, por ende, mayor rango de movimiento y fuerza.
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por Adrián Rodríguez (Lunes 4 de julio de 2016)
