¿Podemos optar en Chile al Alto Rendimiento? (por Agustín Riveros)


Varias veces me han preguntado si podemos desarrollar el alto rendimiento en Chile y mi respuesta sigue siendo que, tal como hoy están dadas las condiciones en nuestro país, no lo veo posible, salvo casos aislados como los que hemos tenido en estas últimas 3 décadas.

En forma natural muchos pueden pensar en una respuesta simple, que todo está dado por los recursos económicos, pero siendo esta una variable importante no lo es todo y creo que dado lo visto en los últimos años, no sería una respuesta justa.

Si revisamos los planes presentados por Fechitri el 2010 y 2011, tanto al ADO como al IND, han aceptado la mayor parte de los proyectos y estos se han ejecutado sin problemas.

Nuestros deportistas han estado presentes en los mejores escenarios de competencias con recursos del Estado, sin embargo sólo hemos tenidos resultados aceptables a nivel de copas continentales y en casos muy puntuales en copas del mundo. Nada que decir de las WCS, en donde tenemos un solo caso aislado. Luchar con potencias mundiales nos exige otras estructuras.

Por lo tanto, en mi opinión, sí tenemos recursos. Eso sí, creo que las autoridades desean ser más selectivos en el futuro y van exigir mejores resultados a nivel de WC y WCS, que es donde se dan los mejores escenarios de alto rendimiento, para financiar estos eventos. Tenemos abierto los canales con recursos en copas continentales, que se deben conquistar, previó a los siguientes saltos en WC y WCS.

¿Entonces que nos falta?

¡Estructura, independiente a las personas!

No había tenido la oportunidad personalmente de ver a los juveniles hace varios años y en Valdivia los vi a todos competir. Incluso compartir con algunos, que no los conocía. Hay nombres interesantes que se proyectan y como siempre los papás muy compenetrados con sus hijos.


El podio de los juveniles en Valdivia 2012 (Foto: Camila Jara)

Me recordaron los procesos que he tenido y visto por más de 20 años y hay una tema que si puedo afirmar. Chile es una muy buena escuela formativa, en donde la disciplina y compromisos se adquieren muy fuertes, en cada uno de los jóvenes. Tenemos buenas escuelas y esto lleva muchos años, además he visto muchas generaciones que han pasado.

¿Pero esto garantiza el alto rendimiento?

La respuesta es no.

Hay muchas razones. La salida de los colegios requiere cruzar una barrera de estudios muy difícil, en donde ninguna familia quiere hipotecar los procesos de desarrollo de sus hijos, especialmente que el deporte ha sido un complemento formativo. Yo creo que cualquiera que vea un hijo con talento y teniendo los recursos lo va apoyar, pero se debe entender que alto rendimiento es sinónimo de profesionalismo y en Chile esto recién tiene algún grado de sensibilización en las autoridades, pero la gran masa de nuestra población aún no lo entiende así.

Un profesional vive de su trabajo y en el deporte en Chile creo que estamos en una vía muy lenta hacia el profesionalismo y no se puede todavía optar a ganar recursos como se obtienen en el extranjero. Más aún, en el triatlón puedo decirles que podrán estar tranquilos, mientras se mantengan dentro de un top ten mundial y con una par de buenos sponsor.

Comentario aparte, sabían que el presupuesto inglés de triatlón es más grande que todo lo que maneja la ITU. Es decir una federación trabaja con más recursos que el deporte organizativo mundial.

Otro aspecto que afecta, es que sigo viendo mucho trabajo individual de los coach nacionales y me refiero al trabajo de los clubes. Los coach trabajan en forma muy cerrada con sus pupilos. Esto siempre va afectar en diferentes aspectos en el momento de las decisiones para proyectarse en el extranjero, porque hay un mal entendido que proyectar al deportista es sinónimo que el coach acompaña este proceso. La mayor parte de los deportistas de alto rendimiento entienden que los ciclos son olímpicos y esto implica una renovación completa del equipo. Lo aprendido ya está y se necesita renovación.

Por lo tanto, construimos sistemas basados en personas y no en estructuras. Dicho de otra manera, en un país con más desarrollo, las estructuras son tan claras, que las dirigencias y entrenadores tienen metas concretas, que si son cumplidas continúan con sus proyectos, si no son reemplazados. Los chicos saben que deben obtener para incorporarse y beneficiarse de los sistemas y en caso de no cumplirlas también están conscientes que quedan fuera del sistema.

Este proceso lo pude observar el año pasado. Recibí a principio de enero de 2011, dos juveniles australianos en la casa. Estaban en un proceso para juntar puntos ITU y participaron en varios eventos en Sudamérica, en donde se supone que es más fácil obtener puntos. Uno de ellos fue bastante exitoso y ocupó lugares destacados en Viña, La Paz, Santiago y Valparaíso. El otro no tanto. Qué pasó, que el chico pudo optar a una beca en Europa, correr copas continentales en dicho continente y cerró su participación con un destacado lugar en la copa del mundo de Huatulco.

Hoy está inserto en el proceso JJOO Brasil 2016 y siempre escribe con mucho cariño. Lo que más observé fue su disciplina, claridad en el profesionalismo y metas concretas que debía alcanzar, para entrar al sistema, independiente a las personas. Esta metodología es aplicada en varios países.

Acá hay algo que podemos ofrecer como país y es dar la posibilidad de venir a competir a Chile por intercambio y a ellos sí les interesa. De hecho recuerdo que tengo a varios que recibir en Marzo.

En Chile las estructuras inician su operación cuando el deportista alcanza el alto rendimiento, como es el caso de Bárbara, que ha recibido amplio apoyo de nuestro país, pero estamos de acuerdo que en todo el proceso de desarrollo corrió por cuenta de la familia y esto sigue igual.

¿Entonces existe alguna fórmula distinta?

Yo diría sí.

Una claramente es migrar al extranjero, pero ojo con esto, se debe poseer mucho talento deportivo e individual. Tenemos casos de mucho éxito y otros casos que no fueron así. Pero debemos reparar en que siempre hubo mucho valor agregado para los que han salido y retornado. Tienen ideas claras del nivel en el extranjero y saben que necesitan para alcanzar el alto rendimiento.

Yo lo hablo desde mi perspectiva personal. Dos de mis hijos, optaron por este camino, un caso con pleno éxito, pero otro dentro de un proceso que no estaba maduro.

Por lo tanto, si algún padre quiere tomar esta opción es válida, pero deben saber cuándo es el momento. De todas formas tenemos varios de nuestros jóvenes que optaron por esta fórmula y nadie podrá decir que no fue una experiencia valiosa. También saben lo impactante que es encontrarse con un medio de tan alto rendimiento, que está muy distante de nuestro medio local y para poder incorporarse, ser aceptado en el extranjero deben conjugarse una serie de variables, además de las deportivas.

Lo positivo de este tema es que tenemos una excelente embajadora y nombre en el extranjero, varias relaciones y organizamos 3 eventos continentales de gran envergadura para establecer vínculos.

¿Qué alternativa nos queda?

Acá es donde insisto en una fórmula que no hemos experimentado. Por qué no optamos por trabajar y presentar proyectos, tal como se presentan eventos de competencias al ADO, de campamentos por períodos de tiempo prolongados en el extranjero, principalmente con nuestros jóvenes seleccionados.

Pero sí resalto un punto importante, bajo las órdenes estrictas de los coach locales, que trabajan con los juveniles de estos países e integren a los nuestros. De esta forma los jóvenes tendrán otro tipo de experiencias.

No tengo claro si estarán dispuestos nuestra gente local a integrar la experiencia extranjera, pero esto no debiera ser tema, si está dentro de una estructura de trabajo, que debe definirse a nivel federativo.

La formula de cuánto tiempo puede ser afuera y cuanto tiempo en Chile, es una materia que se puede estructurar en el tiempo, pero si debiéramos sacar por ejemplo a nuestros seleccionados juveniles y sub 23, por períodos de 2 a 3 meses una vez al año al extranjero y posteriormente los coach locales recibir retroalimentación para continuar el trabajo con ellos, tendremos un trabajo más experimentado.

¿Qué ganamos?

Acercarlos a escenarios más reales de alto rendimiento y damos las oportunidades para aquellos jóvenes que poseen el talento necesario de proyectarse.

Es decir un sistema en donde ponemos al deportista como el actor más importante, sobre una estructura clara y motivadora y dejando de lado las dependencias de un sistema basado en personas.

El triatlón nacional lleva casi 26 años, desde esa primera prueba del año 1984, ha evolucionado mucho y hemos visto varios talentos, pero la forma de trabajo para saltar a la transición de alto rendimiento, nos exige cambios importantes en nuestras estructuras. De otra forma podremos ser grandes formadores de escuela, pero no serán garantías de alto rendimiento.

Por Agustín Riveros (Febrero ´12)


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