Hombres versus mujeres
Hay razones fisiológicas para explicar la diferencia de rendimiento entre hombres y mujeres. Las mujeres son muscularmente menos desarrolladas, especialmente en los brazos. Tienen los pulmones y corazón más pequeños, por lo que su capacidad pulmonar y su capacidad para distribuir sangre a todo el cuerpo es menor. Las mujeres tienen en promedio menos glóbulos rojos. También hay estudios que sugieren que las diferencias antropométricas entre hombres y mujeres atentan contra estás últimas para su mejor rendimiento deportivo.
Hay decenas de estudios que buscan medir y objetivar estas diferencias, incluso se habla del famoso “magic 9%”, que es aparentemente el número que se repite en muchos deportes. A través del tiempo está diferencia ha venido disminuyendo con la incorporación masiva de las mujeres al deporte profesional y al mayor conocimiento en la técnica del ejercicio y la forma de entrenar. No he podido encontrar algún informe que se refiera específicamente al triatlón y es por eso que me animo a hacer un ejercicio simple e intentar medir cómo han evolucionado los tiempos de hombres y mujeres a través de los años.
Utilizaré los registros de los ganadores del Ironman de Hawaii en cada año a partir de 1979, cuando por primera vez compitió una mujer y de los 13 mundiales de Ironman 70.3 a partir de 2006 en Clearwater.
En efecto, en 1979 Lyn Lemaire finalizó en Hawaii en 12:55:38, exactamente 1 hora, 39 minutos y 42 segundos después del ganador masculino que fue Tom Warren. La diferencia de tiempo entre ambos fue de un 14,7%, tal como puede apreciarse en la tabla más abajo. En los años siguientes la diferencia aumentó considerablemente para luego comenzar a bajar.
La primera vez que la diferencia fue menor a 1 hora entre los ganadores masculino y femenino en Hawaii fue en 1988, cuando Paula Newby-Fraser se matriculó con un tiempazo de 9:01:01, batiendo el récord del año anterior por más de 34 minutos. El ganador masculino ese año fue Scott Molina con 8:31:00. La diferencia entre ambos fue sólo 30 minutos y 1 segundo, equivalente a un 5,9%. Después de 30 años, aún se mantiene como la menor diferencia en la historia.
Luego de eso, las diferencias de tiempos se mantienen en promedio en torno a los 50 minutos, con algunos pocos años sobre 1 hora y en sólo 3 ocasiones por debajo de los 40 minutos. Es el caso de Natascha Badmann en 2002 cuando su 9:07:54 estuvo a sólo 37:58 del tiempo de 8:29:56 de Tim DeBoom. Chrissie Wellington estuvo a sólo 33:41 de Craig Alexander en 2009. El año pasado, la gran Daniela Ryf, con su récord de 8:26:18 estuvo a sólo 33:39 del también récord de Patrick Lange de 7:52:39, con una diferencia porcentual de 7,1%.
En resumen, en el caso de Hawaii se pueden apreciar gráficamente 3 grandes periodos. El primero con una caída sistemática desde niveles de 25% hasta por debajo del 10% en 1988 con el batatazo de Newby-Fraser. Luego, cierta estabilidad con registros entre 10% y 15%, salvo casos puntuales de 7,4% y 6,7% en 2002 y 2009 respectivamente. Finalmente, en los últimos 6 años, una diferencia menor a 10% (salvo 2017 que fue 10,2%) con ganadoras bajando consistentemente las 9 horas de carrera.
Si miramos los datos de los mundiales 70.3 las diferencias de tiempo son bastante más parejas en promedio en torno al 11%. Sólo 2 veces este guarismo bajó de 10%. Primero en 2015 en Zell am See cuando Daniela Ryf ganó con 4:11:34 a 20 minutos y 15 segundos del registro de Jan Frodeno. Luego, en Chattanooga nuevamente Ryf quedó a 22 minutos y 15 segundos de Javier Gómez con una diferencia porcentual de 9,7%.
Los competidores del Mundial 70.3 en Niza en septiembre y los de Hawaii en octubre ya están definidos y podemos confirmarles que tanto en hombres como mujeres está lleno de figuras. El 9% parece ser efectivamente el número mágico que distingue el rendimiento de hombres y mujeres. ¿Se bajará en Niza? ¿Se bajará en Hawaii?
Por: Ricardo Cumplido (Miércoles 28 de agosto de 2019)