Para tu mente es mejor entrenar en las mañanas
En muchas charlas que me ha tocado dar, y en especial las realizadas para la Expo Maratón de Santiago, me preguntaban acerca de qué momento del día era mejor para entrenar… mi respuesta (obviando procesos biológicos, fisiológicos y personales), fue siempre la misma: En las mañanas. ¿Y esto por qué? Porque la mayoría de los estudios que hablan de los beneficios del ejercicio físico, en la salud mental de las personas, nos aportan evidencia que refuerza esa línea.
Pero para que el ejercicio físico tenga un verdadero impacto en la salud mental de una persona debe ser llevado a cabo de manera regular, constante y a una intensidad adecuada -se ha establecido que la regla adecuada es: Al menos 3 veces a la semana, por alrededor de 30 minutos con una intensidad superior a la media ó 300 minutos en total de actividad física en la semana-
De esta manera, y con el volumen e intensidad ya señaladas se generan múltiples beneficios, ya sea, nivel corporal (liberación de endorfinas, sensación de placer y bienestar), como a nivel de salud mental (aumento de la autoconfianza, del control, de competencia, aumento de relaciones sociales per), y principalmente efectos positivos asociados a la capacidad cognitiva e intelectual de las personas.
La evidencia es rotunda en señalar que la práctica moderada y regular de ejercicio físico, favorece las actividades que realiza el hipocampo, una zona del cerebro, encargada entre otras funciones, de la memoria y del aprendizaje.
Puntualmente en relación a la memoria, se observó que salir a trotar a una intensidad media, correr, andar en bicicleta, practicar algún deporte como el tenis, golf, fútbol, squash, etc., permiten aumentar, en un buen porcentaje, la capacidad de retener información. Las razones de por qué ocurre esto, es debido a que el ejercicio físico (entendido como actividad deportiva permanente y cotidiana), estimula mediante impulsos eléctricos al cerebro, y por lo tanto, se activan las células encargadas de estos procesos: Las neuronas.
Pero por otro lado, y de manera más concluyente, se ha establecido que el ejercicio físico incrementaría la disponibilidad de una proteína denominada BDNF (Brain Derived Neurotrophic Factor) encargada esencialmente de frenar enfermedades como el Alzheimer o degeneración por la edad, al mantener el tamaño del hipocampo. Pero además se pudo comprobar que esta sustancia vuelve a “iluminar” las neuronas ya apagadas, y que aceleraría el proceso sinóptico (es decir la conexión entre una neurona y otra) lo que podría suponer que el ejercicio físico sería muy beneficioso, por ejemplo, en aquellos niños con dificultades de aprendizaje, ya que, el BDNF facilitaría los procesos relacionados con la adquisición de un comportamiento, en la consolidación de un aprendizaje, en la retención y en la evocación de la información.
También actuaría positivamente en la formación de la memoria. Lo que ocurriría también con aquellos deportistas que entrenan frecuente y rigurosamente durante la semana, o quiénes simplemente salen a trotar cotidianamente. Este hallazgo es muy positivo, ya que el BDNF ayudaría no sólo a ser más eficaz en el trabajo durante el resto del día, sino que además facilitaría la “lucha” contra los síntomas provocados por el estrés laboral, mejorando sustantivamente la capacidad de retención y percepción, el autocontrol de los pensamientos, la focalización, y tantos otros aspectos cognitivos que son fundamentales para rendir de manera óptima en el deporte y en la vida no deportiva.
“Tu cerebro es tu autodeterminación”
Rodrigo A. Cauas E.
Psicólogo Deportivo
CEO de EMD Entrenamiento Mental Deportivo
Martes 5 de mayo 2020