Javier Zamorano: “Estoy cumpliendo mi sueño”


El chileno Javier Zamorano entró en el pequeño grupo de chilenos que han logrado terminar un Ironman en menos de 9 horas tras su participación en Hamburgo el pasado 4 de junio, sin embargo, no pretende parar porque ya tiene en la mira su próximo desafío ambicioso: va por el récord de categoría en el Subaru Ironman 70.3 Pucón. 

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En conversación con Trichile, el joven de 27 años reveló que su pasión por el triatlón empezó en casa, ya que su padre compitió en esta disciplina y Javier creció viéndolo competir, lo que de alguna manera lo hizo desarrollarse en un mundo de deportes que aprovechó desde muy temprana edad:

“La pasión por el triatlón nace de la infancia, de mirar a mi papá competir en algunas carreras y de mi gusto por la actividad física. Siempre me gustó mucho entrenar en el colegio, siempre estuve participando de algún taller deportivo, jugué muchos años fútbol y me gustaba mucho entrenar. Así nació la idea de hacer triatlón, me encantó la disciplina inmediatamente”, comenta Javier. 

Zamorano encontró en el deporte una manera de ser, su manera de ser. Al tener esta exigente disciplina presente en su vida desde pequeño, Javier cree que le ha forjado su personalidad, su forma de desarrollarse ante la vida e incluso, está convencido que ha influido en su manera de establecer relaciones con los demás.

“El triatlón ha tomado un rol demasiado protagónico en mi vida, en mi estilo de vida, en la gente que me rodea. Y para mí, es sinónimo de superación, de alegría, de amistades, de disciplina, de tantas cosas, pero lo principal es que me ha llevado por un camino de pasión, de amor por el deporte y de bienestar en todo aspecto. El triatlón hoy por hoy es mi fuente laboral, mi estilo de vida”, reflexiona el triatleta.

Esta pasión a Javier lo ha hecho pasar por momentos que lo han marcado más allá de un buen registro, momentos que lo han motivado a seguir superándose día a día. Entre esas grandes experiencias destaca haber sido el mejor Age Group de Pucón este año, lo que define como algo que ni soñaba y que se vino prácticamente de la nada”, lo que sin duda fijó un antes y un después en su carrera. 

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También, el profesor de educación física recuerda con especial cariño su primera carrera fuera de Chile, cuando compitió en Buenos Aires, algo que lo valora como significativo ya que fue la primera vez que clasificó a un Mundial y con las personas más importantes acompañándolo.

“Ese evento tiene mucho cariño para mí, fue mi primera carrera fuera de Chile, que fue en Buenos Aires, y fue la primera vez que clasifiqué a un Mundial. Ese fue un recuerdo para mí muy potente, que además fue con mi familia, así que fue muy power”, recuerda Javier.

Estos recuerdos que mantiene muy presentes Javier, fueron claves para enfrentar un desafío de talla mundial como fue el Campeonato de Europa Ironman 2023 Hamburgo del pasado 4 de junio, evento que Zamorano preparó con el profesionalismo que requería pero cambiando su plan de entrenamiento en comparación a su primer Ironman:

“Me preparé como se prepara un Ironman. Entrenando muchas horas en solitario, madrugando, haciendo entrenamientos largos. Hice un proceso un poco diferente a lo que hice en mi primer Ironman, que lo preparé a mucho fondo, a baja intensidad y preocupándome básicamente por llegar a la meta, entonces fueron muchos kilómetros corriendo, nadando y pedaleando. Esta vez las horas de entrenamiento semanales fueron menos y prioricé un poco las intensidades que quería buscar que eran un poco más arriesgadas”, relata el coach del AR3 Team. 

Se acercaba el día de largar y Javier comenzó a averiguar sobre la carrera y los tiempos de sus participantes en años anteriores, esto con el fin de establecer las marcas que necesitaba en cada disciplina para hacer una buena performance. Fue en esos momentos previos que Zamorano vio con buenos ojos la posibilidad de bajar las 9 horas.

“Quería una carrera bien competitiva, sabía que no había clasificación a Hawaii este año por lo tanto mi intención era competir en una carrera que me diera la sensación de estar participando de algo power. Lo segundo que hice fue ver los resultados de años anteriores, y si quería llegar al top 5 tenía que bajar las 9 horas, así que tenía que andar bien. El running es mi fuerte así que me preparé sabiendo qué tenía que hacer en cada disciplina y así rematar con mi prueba fuerte”, recuerda Javier. 

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Se acabó el análisis previo y Zamorano largaba para enfrentarse a una carrera que se le presentó compleja desde el inicio, ya que asegura que al entrar al agua se formó un tapón y se fue quedando atrás, lo que lo obligó a largar entre 80 y 100, cuando su intención era hacerlo entre los 40 y 50. 

“Mis primeros 300 metros fueron un poco turbulentos, esquivando bastantes deportistas que iban a un ritmo más lento del que yo podía, entonces me llegaron algunas patadas y combos, luego empecé a entrar en mi ritmo y tener buenas sensaciones, en lo últimos 800m sentí un poco de fatiga muscular en el tren inferior, al borde del calambre, lo que asocie a la baja temperatura del agua”.

Al salir del agua, llegó el momento de pensar en la bicicleta y las sensaciones no eran positivas. Javier sentía las piernas acalambradas pero con la mente fría que lo caracteriza, se hizo la idea de que era un momento complejo que iba a pasar más temprano que tarde.

“Al primer paso fuera del agua había una rampa al salir y siento mis dos gemelos acalambrados, fue un momento duro por unos segundos y ya cuando paso la escalera, empecé a soltar las piernas y a correr fuerte en la transición. La primera hora me costó un poco más eso sí, después me fui soltando, sintiéndome mucho más cómodo en la bicicleta y la verdad que mi potencia en la bici estuvo muy buena, fue lo que yo esperaba, incluso un poquito más”, reflexiona Javier.

Zamorano y todos los participantes del Ironman de Hamburgo, tuvieron que presenciar un hecho lamentable. En el kilómetro 30 del ciclismo, un motorista que llevaba a un fotógrafo de copiloto, se va al suelo luego de una extraña maniobra, caída que finalmente le ocasionó la muerte al conductor.

“Llega un momento en que veo policías adelante, bloqueando la ruta, pidiéndome que me bajara de la bicicleta. Yo en ese momento no entendía nada, no me quería bajar de la bicicleta, me descolocó la situación porque yo iba full concentrado en el tiempo que quería rendir. Veo adelante que hay mucha gente subiendo a una colina para caminar por el pasto con la bicicleta, pasaron unos segundos, me fui acercando y el tono del policía empezó a subir y me bajé de la bicicleta. Comencé a seguir a la masa por la colina con la bicicleta en el hombro y en ese momento me doy cuenta de la magnitud del accidente, vi a 5 ambulancias e incluso un helicóptero en el lugar, una moto tirada y vidrios en el suelo. Ahí fue cuando me di cuenta que era grave y el plan de carrera pasó a segundo plano y pensé que ojalá las personas involucradas estén bien”, recuerda Zamorano. 

Llegó el momento de la disciplina de cabecera de Javier, el running. Se tomó su tiempo para prepararse ya que era consciente de que venía haciendo un buen tiempo a pesar de los obstáculos que tuvo que pasar y que si hacía las cosas como sabía, podía marcar una diferencia. 

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“Aquí me tomé un poco más de tiempo para prepararme. Venía cansado después de la bicicleta pero no más que en mi Ironman anterior, esta vez con el tiempo se fue soltando el cuerpo así que supuse que aquí me iba a pasar lo mismo. Pasé los 21k en 1 hora y 25 minutos, era lo que tenía el plan, bajar la 1 hora y 27 minutos en los primeros 21k, ya que sabía que en los próximos 21 era imposible sostener el mismo ritmo, y dicho y hecho”, dice Javier.

Se acercaban los kilómetros finales y el cuerpo de Javier le pedía que parara pero su mente, todo lo contrario. La perseverancia de años de Zamorano parecía estar resumida en esos pocos kilómetros que lo separaban de la meta y también la presencia de sus seres queridos que lo han acompañado a lo largo de su vida:

“En los kilómetros finales, ya viendo el reloj, tuve que apretar con todo lo que había en el cuerpo. Fue motivante tener a mi familia ahí, que me iban diciendo que me estaba acercando al top 5, donde logré meterme en el kilómetro 35. Los últimos 2 kilómetros fueron con la vida para cruzar esa meta”, recuerda con emoción Javier.

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Terminó el desafío y el reloj de Zamorano marcó un increíble 8:58:55. Lo había conseguido. Javier ya era parte de ese selecto grupo de chilenos que han completado un Ironman en menos de 9 horas. Un momento que no olvidará nunca:

“Cuando cruzo la meta, levanto los brazos y grito de felicidad. Me emocioné muchísimo. Ahí es cuando miro arriba y me doy cuenta que habían sido 8 horas, 58 minutos y 55 segundos. Sentí una satisfacción única porque sabía que el objetivo estaba cumplido. Son muchas sensaciones porque uno viene con el cuerpo al límite, con la energía al filo y cruzar en ese momento la meta es sentir que todo lo que hiciste hacia atrás, valió la pena. No solo las casi 9 horas, también todo el proceso previo que viviste”, reflexiona Zamorano.

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Javier Zamorano se muestra como un atleta con los pies en la tierra, que es consciente de sus sacrificios y de sus éxitos, que no duda en valorarlos como determinantes en su vida que ha ido construyendo de la mano del triatlón.

“Yo creo que estoy cumpliendo mi sueño, que en el fondo es llevar una vida motivante, hacer lo que me gusta, levantarme por las mañanas feliz de la vida, creo que ese es mi sueño. Poder mantener esto hasta viejo, mantener esa motivación con la vida”.

En la vida deportiva de un triatleta, los objetivos van apareciendo constantemente en el horizonte. Javier Zamorano ya tiene uno en su mente, una mente ambiciosa que lo ha guiado por una carrera que a pesar de los obstáculos, se mantiene impenetrable al momento de buscar la superación:

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“Mi próximo Pucón va a ser el último en la categoría, me gustaría despedirme con el récord de la categoría idealmente, así que me propuse eso para el desafío del segundo semestre, ir a Pucón y bajar las 4 horas y 15 minutos que es el tiempo récord”, concluyó Zamorano. 

Entrevista realizada por Fernando Andrade
Lunes 12 de junio de 2023

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