Problemas con el sillín
Para todas, en alguna oportunidad, ha sido incómodo el famoso asiento o sillín de la bicicleta. Por más que nos aconsejen, es algo muy personal y hay que encontrar el sillín adecuado para cada una. También hay que tener una cierta tolerancia, probar el sillín un par de entrenamientos antes de decidir si nos acomoda o no, pero lo cierto es que hay asiento para todas, lo importante es saber elegirlo.
La mayoría de la gente ignora la importancia y la función que cumple el sillín durante el pedaleo, de partida es uno de los 3 puntos de apoyo de la bici (junto con el manillar y los pedales) y es donde recae la mayor cantidad de peso corporal y más nervios, venas y arterias son presionadas por este peso.
Acá se ve el mecanismo de nuestro cuerpo al sentarse en la bici. Los isquiones de la cadera (esas protuberancias inferiores) son los puntos donde se concentra el apoyo.
Entre ellos se forma un túnel por donde pasan nervios, venas y arterias y cuyo correcto funcionamiento dependerá del sillín que estemos usando. Cuando pedaleamos, estos órganos y estructuras son sometidos a estrés por compresión prolongada y traumas por golpes.
Hay muchos tipos de asiento, por lo que acá van algunas ideas o pautas de cómo elegir el mejor asiento para cada una:
¿Más o menos acolchado?
Un asiento excesivamente acolchonado puede provocar presión a los nervios y arterias, como se hunden los isquiones, el material sobrante se acumula entre ellos, presionando hacia arriba la zona perineal, lo que puede producir más adormecimientos y molestias. Por otra parte un acolchado excesivo también hace que el sillín sea menos eficiente para el pedaleo por afectar al equilibrio sobre el mismo.
Un sillín ultraliviano es casi una tabla en la que vamos sentadas. Nuestros isquiones se sentirán como clavos contra una superficie demasiado dura, por lo que hay que encontrar un equilibrio .
¿Sillín largo o corto?
El sillín más largo facilita mantener el equilibrio y mejorar el dominio de la bicicleta. La posición o inclinación sobre la bicicleta es la que determina esencialmente si el sillín más largo sea más útil o no. A grados de inclinación por debajo de los 40º este supone una ayuda la cual deja de ser relevante para inclinaciones superiores a 60º o más erguidas. El equilibrio del ciclista sobre el sillín no lo da el largo, sino toda la posición de la persona respecto a los puntos de fuerza que son las manos y brazos respecto al eje horizontal y la posición de las piernas respecto al eje vertical.
¿Sillín con agujero o no?
El agujero deja un espacio para evitar la presión, aunque en el caso de las mujeres las paredes del agujero aportan una mayor presión al medio de la zona perineal, lo que puede contribuir a irritaciones e hinchazón.
¿Asiento plano o curvo?
Izquierda: buena flexibilidad, isquiones apoyados y espalda recta.
Derecha: mala flexibilidad, espalda curva e isquiones sin apoyar.
Según cómo sea de flexible nuestra cadera nos convendrá más o menos plano. Esta flexibilidad la podemos ver sentándonos en el suelo, con las piernas estiradas y si al tratar de alcanzar las puntas de los pies, tendemos a caernos hacia atrás, seremos rígidos. Si por el contrario nos sentamos naturalmente con nuestra espalda erguida, somos elásticos.
Si somos muy rígidos: los asientos planos son nuestra elección.
Como seguramente pondremos la cadera muy vertical, reduciremos el apoyo de los isquiones y de toda la zona en general con un asiento plano. Este tipo de asiento permite además un rápido y cómodo cambio de posición.
Por otro lado, una gran flexibilidad de cadera nos dejará doblarla mucho hacia adelante sin curvar la espalda. La curvatura del sillín evitará que al doblarnos sobre la bici, aumente en exceso la presión hacia la zona perineal. Eso sí, este sillín impide grandes cambios de posición sobre él.
¿Alto y ancho?
Un asiento puede ser alto, es decir que si lo miramos de frente tiene una curvatura. Estos son buenos sobre todo para carretera, ya que favorecen una buena inclinación de la cadera aunque no un gran cambio de posición durante el pedaleo. Si tenemos una buena elasticidad de cadera, este tipo de asiento nos debería acomodar. Demasiada curvatura o altura puede aumentar la presión sobre la zona perineal.
Al mismo tiempo está el tema del ancho lo que debe corresponderse con nuestro tamaño de cadera: cuanto más grande, más ancho, ya que los isquiones estarán más separados.
Así que si nuestra cadera es muy ancha y la curva del asiento muy pronunciada, se clavará entre los isquiones. Si es angosta y la curvatura poca, no nos dejará inclinarnos sobre el manillar con libertad.
Para terminar… Es importante destacar que:
- La distancia entre isquiones y la flexibilidad de nuestra cadera nos dirán que asiento comprar.
- Formas y medidas del sillín deben adaptarse a la función (bicicleta de ruta, triatlón o MTB), pues la inclinación sobre la bicicleta y, en general, como se ejerce la fuerza del pedaleo son diferentes.
- Hay que tener en cuenta el material del sillín, por ejemplo el gel es un material que ha demostrado que absorbe mejor el efecto de la presión y por ello este material por si sólo puede reducir entre un 50 - 80 % la presión perineal.
- Están los sillines isquiónicos que una de las últimas tendencias en la ergonomía y facilitan que la presión del cuerpo la aguanten no tanto la musculatura perineal, sino los isquiones o huesecillos del final de la cadera. Los sillines isquiónicos muestran sus beneficios cuando, por ejemplo, en un recorrido superior a los 50 kms aproximadamente.
Resumiendo… Lamentablemente para nosotras es más complicado encontrar un sillín que nos quede cómodo, pues hay una escasez de sillines adaptados a nuestra morfología. Esto es porque la pelvis de nosotras es más ancha que la del hombre. El espacio entre isquiones es mayor (porque está preparada para facilitar el parto). Por lo tanto, un sillín de mujer tiene que ser más ancho que uno de hombre para permitir un correcto apoyo de los isquiones, además de ser más bajo para evitar presiones en una zona más sensible, ya que el área de apoyo es menor.
Por Paula Contreras
paulacontreras@trichile.cl
Lunes 25 de junio de 2012