Nicolás Pavez: “Sólo quería terminar esto”
Race Report Ironman 70.3 Fortaleza
Este sería un invierno tranquilo sin competir mucho y preparando Coquimbo, pero la jefa (Lirayen Jara) me la puso complicada. En Lima, a pesar de todo lo que había vivido antes de la carrera, logró su cupo y la misión era clara, acompañarla no sólo de turista. Era una labor complicada tratar de clasificar en Brasil con pocas semanas, pero había que intentarlo.
Fortaleza, con una temperatura en el de agua de 28°C y olas no grandes, pero bien “picado”, era un reto para mí, hasta ahí nunca había nadado bien sin traje. Ya en Fortaleza, noté que el calor sería un factor importante además del viento.
Todo lo que era parque cerrado, meta, expo y oficinas de la organización habían sido montadas sobre la playa con un gran aparataje. Todo con estructuras metálicas y piso de madera alfombrado, un 7 en eso la organización
Ya entrando directo al día de la carrera la largada era y fue a las 6:00AM una vuelta con unas boyas de unos 3 metros de alto (las mismas que usan en todos los eventos de Brasil). Eran 5 largadas y la mía era la 1era (cat 25-29 y 30-34).
Dan la largada y como no conocía a nadie, traté de tantear como se venía la cosa y me di cuenta que pegaban mucho. Ya en el agua nadé con todo lo que había para quedar lo más adelante posible, a los 400 metros encontré un ritmo estable para la marea que había, pero recibía muchos golpes, ya me había acomodado los lentes un par de veces (por los golpes). Veo hacia adelante y el primer grupo nos llevaba unos 50 metros, como nunca me la jugué por salir en busca de este grupo, así que después de aletear como loco golpeé unos pies. Misión cumplida (en esto ya íbamos nadando en paralelo a la playa y las olas lo hacían muy incómodo), pero en realidad había pillado a un rezagado del grupo, salí de nuevo en la misma, pero ahora mirando cada 4 brazadas para asegurarme. Ya quedaban 700 metros y 2 curvas en 90°. Apuntando hacía la playa entre boyas (3 metros) había 250 metros y no se veía nada. Paré, me quedé solo y tomé un rumbo diferente al grupo, apostando que las boyas no se hubieran movido desde el día anterior donde había fijado mi referencia. Ya en la mitad veo que el grupo dobla y se acercan hacia mí, así que todo había salido bien.
Salí del agua con algo más de 2.000 metros y un buen tiempo para las condiciones. Me pasé de mi fila en el parque, me devolví y ya estaba quedando solo, recogí mi casco y ví que tenía el speedsuit. Ouchhhh. Me lo saqué y lo puse en una bolsa (que parecía de transición pero no lo era) y salí corriendo con mi bici, ya que veo que venían saliendo los del 2do grupo que con tanto esfuerzo dejé atrás.
Corro y una amiga argentina que conocimos con mi señora en Sudáfrica me grita: “¡Vamos Chile!”. Carlos viene saliendo (ella estaba grabando mi súper salida).
Salí a tratar de remontar lo perdido y después de unos metros, ya con zapatos puestos, un niño me grita y señala que algo iba mal con mi casco. Claro no lo llevaba, vuelta en U, me saqué los zapatos y a buscar el casco. Volvemos a la carga después de haber perdido casi 2 minutos según la pasada de los 4,4 km. Después de todo eso, salí mentalizado que era tiempo perdido que no iba a tratar de recortarlo, los primeros kilómetros eran por el costado de la playa y entremedio de la cuidad con una vista hermosa, pero un pavimento horrible (me quejé de Sudáfrica, pero esto era peor).
Muchos hoyos y tapas de alcantarillado a media, además de peatones y autos que se cruzaban. Costaba ponerse en las barras por lo malo del camino.
Ya en el km 5 había perdido una barra, abro la otra (llevaba una de emergencia) un mordisco y la voy a poner en mi bolsito y paff, me comí un hoyo y solté la barra, miré para adelante un camión 3/4 a 5 metros míos dobló, salí de la calle y alcancé a salir sin que algún auto me atropelle. Menos mal no choque con un cono.
Después de decirle todo lo que aprendí en tropas de elite I y II volví a la carrera, pero no estaba la tapa de mi botella frontal. Había estudiado bien los puestos de abastecimientos, ya no quedaba mucho para el siguiente, además tenía mi botella con mis carbos o eso creía, miré y ya no estaba, se había caído no sé dónde. Con todo el jugo que salía por mi botella frontal perdí mis pastillas de sal. Había llevado comida y sales extras, pero ya no tenía nada de eso.
Al menos ya no tenía nada más que se pudiera caer. Tenía el Garmin bien afirmado, me pilló una moto y me preguntó si estaba bien (¿tudo bem?), ahí me acompañó cerca de 20 minutos unos metros atrás mío y ya habíamos entrado en la autopista con buen pavimento y viento a favor pasando a un par de ciclistas que me alcanzaron cuando se me cruzó el camión. En todos los puestos pedía a viva voz ¡SUCOOOOO! (ni sabía que jugo era pero necesitaba azúcar) en el km 40 sentí el primer pinchazo en mi gemelo (pensé es mi ritmo, falta comida, pediré más jugo). Seguí en mi ritmo, ya esto era matar o morir nomás, llegando al giro veo que voy dentro de los 10 primeros de ambas categorías, y no me había pasado nadie pedaleando, pero aún no podía recuperar los lugares perdidos por mis pequeños impasses.
Ya devuelta se levanta mucho viento y sigo a mi ritmo pasando gente (para los que les gustan los datos 30-32 km/h a 285 w en plano) después de unas curvas raras nos hacen pasan por una estación de servicio, hasta ahí todo bien. Traté de tomar 2 caramagiolas para tomar más jugo y apreté la primera y se reventó la tapa. Ya a esa altura mi bicicleta y yo estábamos llenos de jugo (la mantención duro 2 días). Entré a la cuidad y volvimos a lo mismo (pavimento malo, hoyos) al menos ahora los alcantarillados sin tapa estaban con un cono. Ya los carteles marcaban 31 grados a las 9 de la mañana y sigo hasta que en el km 80, calambre en el gemelo, cag… lo primero que pensé ya era mucho por hoy, no me dejaba pedalear ni sacar el pie, así que hago sólo medias vueltas para poder seguir avanzando esta parte era en bajada y el pavimento me ayudaba a que los demás competidores no fueran muy rápido en el km 83 logré seguir pedaleando. Me propuse como misión pillar a los 3 corredores que me habían pasado, a 1 km había un auto en la mitad de la calle que también estaba en la ida. Literal, en la mitad, lo podías pasar por los 2 lados, en ese momento alcancé a pasar al último corredor que me faltaba.
Me bajé a correr 3 en la categoría (sin casco para los que me han preguntado) con el 4 al lado, trotamos unos metros juntos y me soltó. No es una carrera donde se hagan tiempos muy buenos trotes y ahí lo entendí. El calor pegaba muy fuerte con 32°C. Ajusté automáticamente mi ritmo de trote a lo que mi gemelo aguantará.
Seguí con lo que tenía hasta el primer puesto abastecimiento para tomar y comer algo que me hacía bastante falta. Llegué hasta el final del circuito marcando 4:11 de promedio, vuelta al cono y la misión era correr hasta el próximo puesto, la ventaja sacada en la bicicleta aún servía, pero se iría agotando rápidamente al final del primer giro, ya no tenía nada más. IBA PODRIDO. La segunda vuelta fue un calvario, me ardían las plantas de los pies y mi gemelo tiritaba al tratar de apurar. Sinceramente ya era terminar porque retirarme en Coquimbo me molió más que correr con mi mano fracturada.
Sólo quería terminar esto, cada vez que me pasaba alguien trataba de aguantar un poco, si pasaba a alguien me animaba y trataba de mantener la diferencia lo más cercana a 0, ya no había más y con eso era feliz.
La meta estaba igual que en Pucón pero el piso estaba emplacado y alfombrado. Agradecí esa consideración de no correr por arena.
Resultado final, 8º en la categoría, 42º en la general, 4:44:00. Estuve a 7 minutos del cupo.
Muchas gracias a cada persona que me envió un mensaje de apoyo o consuelo, mi familia y amigos. A Kestrel Chile.
Al final estás locuras dejan mucho, uno aprende, se hace más fuerte y me hacen más feliz. Esto acá no termina. Seguiré corriendo con todo como siempre.
Nicolás Pavez
Fecha de la carrera: Domingo 9 de junio de 2019
