Gema González: “Rendirse no es una opción”
Race Report Ironman Brasil 2019
Domingo 26 de mayo, 3:30 am, el día había llegado, no sé cómo pasaron los meses preparando este gran desafío, pero ya no había punto de retorno...
Los días previos sólo sabía de emociones, sorpresa tras sorpresa, regalos de esos que te llenan el alma, que te hacen mirar atrás y darte cuenta cuanto has avanzado. La mejor barra acompañándote, Mariana y Cony, que incluso se mandaron a hacer poleras “Team Gema”, pero la sorpresa mayúscula fue ver llegar a mi Coach Rodrigo González “Yoyi”, a mi partner de entrenamiento Pame Rojas, y a mi amigo y compañero de equipo Marcelo Cofré. Además, tener a un equipo expectante apoyando desde el primer día.
Nunca he buscado algo en cada carrera, esta no sería distinta. Mi gran miedo siempre fue que no alcanzara a hacer el nado, soy demasiado lenta, en realidad para las tres disciplinas, pero lo demás sabía que lo podía hacer antes de los tiempos de corte, sólo tenía que tener paciencia y no desesperarme… por algo tenía 17 horas.
Los minutos empezaron a pasar y nos encaminamos al parque cerrado, dejé todo listo, check de la bicicleta y a tomar posición para esperar mi largada.
Minutos antes de eso, Rodrigo nos pide (junto a Alexis Torres, otro compañero de equipo, que también corría su primer IM), que nos conectáramos con la carrera, que en ese amanecer dejemos nuestros miedos atrás y sólo pensemos en lo que vamos a vivir durante al día. Fue el primer llanto de la carrera, porque me prometí en ese momento, como lo había hecho hace un año atrás cuando me inscribí, que esa medalla sería mía al final del día.
Chicharra, y al agua… “tú tranquila”, me repetí varias veces, “tú lo harás, tienes 2 horas 20 minutos para hacerlo y esto ya está entrenado”. Primera meta, primera boya, y así sucesivamente con las que faltaban para completar la primera vuelta, salgo del agua y Rodrigo, en un grito maravilloso a mis oídos, me dice que lo estoy haciendo espectacular, él sabía cuáles eran mis miedos por lo que esa información más un vistazo al reloj, fue valiosa. Entro a la segunda vuelta y ahí ya no sentía esa espectacularidad... me estaban pasando todos los posibles colores de gorros… No importa, me repetí, ¡¡¡tú sigue!!!
Como buena novata en estas artes, todo me lo tomé con calma... me cambié de ropa en las 2 transiciones, recibí agua en todos los puestos y, por supuesto, pasé cada vez que se podía y se requería al baño y al sector de necesidades especiales, lo que me hizo ganar la simpatía de todos los voluntarios, apuro no había ninguno.
Salí de la primera transición y me fui a pedalear maravillada, porque desde ese momento sólo había que gozar cada segundo de la carrera. Canté, pensé, lloré, reí, me comí mis panqueques, posé para las fotos, disfruté mi pedaleo de principio a fin, no puedo decir que se me hicieron cortos los 180 km, pero era lo que esperaba que pasara, sólo tenía que cuidarme de no cometer ninguna imprudencia, atenta a todas las condiciones para llegar sana y salva, aún quedaban muchos kilómetros por recorrer.
Salgo del T2 y ya sabía que lo que se venía sería duro, la estrategia estaba estudiada, se modificó en detalles, pero consistía en aguantar lo más posible hasta el km 21, en seguida trotar-caminar 700-300 para que los últimos 10 km fluyeran de mejor forma y así llegué al 30, en los 10 finales Pame me acompañó trotando distante por los jueces para no perjudicarme, pero lo suficientemente cerca para escuchar sus gritos de aliento... y así me fui despidiendo y agradeciendo a todos los voluntarios porque ya no volvería a pasar.
En cada vuelta mi barra estaba atenta en algún sector, rápidamente se desplazaban hacia otro lugar, pero siempre sorprendiéndome, porque aparecían de la nada.
Los últimos kilómetros fue una mezcla de sentimientos indescriptibles, ya estaba casi terminada la tarea, podía sentir en cada paso de mi contracturado cuerpo que la medalla estaba esperándome, Rodrigo, Pame y Marcelo me acompañaron esos interminables 1.500 metros y cuando vi a lo lejos las luces del escenario rompí a llorar, porque ya era una realidad, solo 300 metros y era mía... entré trotando lo más rápido que pude, la fuerza me faltaba para saltar, lo que he hecho en cada meta, pero esta no podía ser la excepción… esta menos que ninguna, saqué fuerzas desde donde no las habían y salté.
Había logrado cruzar esa meta que algún día pensé que era para otros, no para mí... IRONMAN Floripa fui por ti!!!, y la medalla fue mía al cabo de 14 horas 44 minutos… feliz a más no poder y agradecida de todos los que estuvieron física y espiritualmente conmigo.
Para quienes no lo saben padezco Esclerosis Múltiple, para mí no es tema... sólo lo comento para que entiendan que para mí, esta carrera significó alcanzar mis primeros “100 mts”!! (véanla, es una película maravillosa).
¡¡¡Rendirse no es una opción!!! y de verdad espero, que no lo sea para nadie.
Recomiendo esta carrera, porque para los que debutamos tiene una excelente organización, el nado son dos salidas, la primera más larga y la segunda se agradece que sea más corta, el circuito de bici es amigable, un par de subidas que para los que no somos tan diestros, el “plato chico-piñón grande” lo soluciona, y la modificación del trote para mi gusto fue buena el dar 4 vueltas te hace sentir más cerca, y sentir a los tuyos cerca es aún mejor.
Gracias por leerme y por la oportunidad de poder transmitir mi vivencia.
Gema González
Fecha de la carrera: Domingo 26 de mayo de 2019