Gonzalo Delpiano: “Una emoción indescriptible”


Race Report del Mundial Ironman 70.3 St. George 2021

Sin duda que el tener la chance de competir y cruzar la meta es de una satisfacción increíble, a mi parecer y como deportista, de las mejores experiencias que la vida te puede dar. Eso sumado a representar a tu país, a tu gente, a tu hinchada en un mundial. Saber que todas las horas dedicadas para llegar a esto valieron cada segundo, cada gramos de sueño, cada todo, para al final poder decir "lo hice ctm".

Llegué a St. George como debutante en un mundial, tenía claro a lo que iba, pero no dimensionaba el nivel al cual me estaba enfrentando. Pensaba que podía lograr esto o lo otro, que quizás mi nivel era para pelear grandes cosas o tal vez que simplemente podía darle pelea a los mejores del mundo en la categoría Age Group. Y así fue.

Mi viaje comenzó un martes por la noche camino a Las Vegas donde luego tomaría un transfer que me llevaría a St. George. Viaje agotador, muchas horas de traslado, pero por fin estaba ahí. Después de meses soñando, imaginando cómo sería todo, de meses planificando y re planificando dado a los constantes cambios e incertidumbres que nos provocaba la pandemia, por fin estaba ahí, viviendo "el sueño del pibe". Estar en un mundial IM 70.3.

Gran parte de mi estadía y logística fue junto a los representantes de AR3 y gracias a Javier Zamorano, con quien coordiné semanas anteriores, pude vivir la previa de una manera increíble y recibir toda la experiencia de un mundialista y a la vez sentir la emoción como debutante junto a los otros integrantes de AR3 que también estaban ahí por primera vez (Carla y Rodrigo).

Y así llegaba el día D, luego de un par de días de aclimatación, entrenamientos y la correspondiente charla técnica a distancia con mi entrenador Sebastián Paniagua, quien ya había tenido la experencia de vivir un mundial, partía mi día a eso de las 4 am con un trote muy suave de 20 minutos, activando el cuerpo y mente, y empezando a vivir lo que sería una experiencia inolvidable con un desarrollo impensado.

Ya en el parque cerrado, luego del traslado en bus a Sand Hollow State Park, comenzaba a afinar cada detalle en la bicicleta, revisar ruedas, hidratación, nutrición, colocar zapatillas en pedales, etc. Una vez listo, llegaba el gran momento, me posicionaba en mi lote según rango de edad, respiraba, buscaba absorber cada gramo de energía que recibía de toda mi gente que estaba en Chile pendiente a mi actuación, avanzaba, miraba el agua, dimensionaba mi natación y me disponía a competir contra los mejores. Pitazo inicial y al agua, brazeando rápido y constante para separarme del lote, muchísima gente, uno que otro manotazo y patada, pero nada fuera de lo común. Avanzaba concentrado en mi técnica y en hacer mi carrera. En varias ocasiones me topaba con lotes de otras categorías, se volvían a repetir los manotazos y patadas, daba igual había que continuar firme sin importar. Ya cerca a finalizar la natación y con una nado que quizá no fue el mejor, pero si de acuerdo a lo estipulado, empezaba a llegar a la orilla con una natación un poco más fuerte especialmente en el pateo fuerte para empezar a darle más vida a esas piernas que tenían un gran trabajo por delante. Comenzaba así mi salida del agua, sacando lentes, speedsuit que terminaría por sacarme prácticamente subiéndome a la bici jaja, ya que era tanto el nivel de concentración buscando mi bolsa de T1 y mi bici que olvidé por un momento sacármelo completamente.

Arriba de la bici y con varios accidentes a mi alrededor de atletas que chocaban con otros, empezaba el capítulo 2, 90 kms de bicicleta en donde debía poner en marcha todo el plan trabajado con mi entrenador y donde sabía que no sería fácil, pero también jamás pensé iba a vivir algo fuera de lo normal. Km 45-50 si mal no recuerdo, se levanta un viento fuerte que me movía muchísimo la bici y de repente tormenta de arena, no podía creer lo que estaba viviendo. Preocupado de no caerme y de seguir adelante sin importar qué. Avanzaban los kilómetros y ahora tormenta eléctrica, fuertes lluvias, vientos y granizos jajaja... para no creer. Panorama impensado, cómo cresta iba a lograr seguir. No importaba, me posicionaba firme entre el profile y el manillar dependiendo de lo fuerte del viento, buscando afirmar bien la bici, pero sin aflojar en los tramos en que debía meterle firme. Comenzaba así el tramo del Snow Canyon a eso del km 70, un paisaje de libro, realmente hermoso, pero con una cuesta que puta madre que se hacía sentir jajaja, sumado al constante viento, la cosa no estaba fácil. A medida que avanzaba me topaba con muchos atletas, cada un sufriendo y peleando a su manera, es más, casi llegando al final de la subida me percato de un silencio absoluto, nadie decía nada, sólo se escuchaba el viento, el girar de las cadenas y la respiración extenuante de todos. La situación estaba compleja, había un agotamiento no menor a esas alturas y todavía quedaba el capítulo 3. Ya en los últimos 15 km y cuesta abajo sólo iba buscando recuperar minutos, promediando cercano a 38-42kms/hr y mentalizando en cómo sería mi T2 y mi trote.

Comienza el capítulo 3 de esta historia, buscando mi bolsa de T2, buscando un espacio donde poder ponerme los calcetines y realizar una rápida pero buena transición sin olvidar nada y acomodándome todo perfecto para un trote sin inconvenientes, salgo del parque cerrado. Un plátano para continuar con el plan de nutrición y a darle. Cuesta arriba, puntada en un costado de mi tronco, leve sensación de calambres, pero aquí estábamos, peleando firme, zancada tras zancada tratando de respetar el plan, disfrutando absolutamente de todo lo que se iba dando en el camino, el apoyo incansable de los gringos, de la barra de los chilenos, de la hinchada que tenía en Chile también. Sólo dale weon, sólo dale, el resultado llegará solo.

Primer giro listo, muy cansado, la puntada no me abandonaba, seguía concentrado en mi plan, concentrado en mi respiración, a mi alrededor los atletas al pasar me miraban diciendo "y a este qué le pasa" jajaja, daba igual. Quedaba un giro y había que terminarlo a lo grande. Es así como en el km 16 del trote se larga una lluvia intensa, pero muy agradecida, un viento refrescante que entregaba el último aire de energía a un cuerpo exhausto, a una mente agotada ya, pero fuerte y que iba a terminar a lo grande.

Últimos metros de la carrera, bandera en mano y con una sonrisa de oreja a oreja empezaba a correr por ese hermoso pasillo, atestado por gente a los costados donde sólo se escuchaban gritos de apoyo, aplausos y una emoción indescriptible.

Crucé, crucé la meta... Lo hice ctm!!! Lo hice amor!!! Lo hice cabros!!! Llo hice mamá!!! LO HICE!!! BIEN ENDURANCE MIERDAAAA!!!

Qué locura de carrera, qué más te puedo decir... Totalmente inimaginable. Sólo sé que no será ni el primero, ni el último.

Gonzalo Delpiano
Endurance

Fecha de la carrera: Sábado 18 de septiembre de 2021

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