Javiera Gainza: “Por lejos mi mejor Pucón”
Race Report Ironman 70.3 Pucón 2018
Toda carrera empieza años, meses, semanas y días antes, así que primero que todo agradecer:
A Trichile y a la UC por el premio a “Los mejores del año 2015-2016” donde recibí el medio cupo gratis y a Varsoviasports por hacer la otra parte y permitirme estar ahí.
A mi familia, hermanos, papá y mamá quienes me dan su apoyo 100% para que pueda dedicar más tiempo al triatlón por algunos años, trabajar menos y así poder descansar y rendir.
A mis entrenadores Marcos Ottenhsimer, Richard Quezada, Sara Velázquez y Vladimir Villegas por toda su entrega para seguir creciendo.
A las marcas y personas que me apoyan, SqueezySportsNutrition, Vitargo, Higthmedicine, Skechers Performance, DEMECH, Quiropráctica Nicole, Clínica MEDS, RudyProject, Xterra, Specialized, Bike Authority.
Gracias especiales a Guillermo Torrealba, Isabel Maturana y a sus hijos Ina, Mito, Vi, Anto y Max quienes hicieron que los días previos fueran llenos de alegrías y disfrute, me cuidaron y trataron como una hija más.
Gracias a todos quienes me apoyaron previo y durante a la carrera, especialmente a los de mi club RPM, a mis amigos Francisco Díaz quien me arregló-pegó mi traje de agua mientras Marcela Henríquez me peinaba, se pasaron!
La carrera más linda del mundo
5:15 am y suena la primera alarma. Eutirox y agua al igual que todos los días de mi vida desde los 2 años. Desperté angustiada, con sensaciones encontradas. Empecé a sentir mi cuerpo, estaba descansado y fuerte, lo que me tranquilizó un poco.
5:30 me levanté y me vestí para ir a correr, Pancho estaba ahí listo para acompañarme, había llegado el día anterior sólo para ver la carrera y apoyar a los que corrían. Saludé a Isa y Guille Torrealba quienes corrían por segundo año consecutivo, conversamos un poco mientras desayunaban.
¡Zapatillas! Sólo había llevado el par que ya estaba en la bolsa de la T2, las zapatillas de Ina me quedan pequeñas, Anto dormía pero calza lo mismo que yo, le pedí y con las suyas fui a trotar.
Desayuno, mínimo 2 horas antes de mi largada, seguido al pie de la letra como dijo Osmary, mi nutricionista hace unos meses, era tanta comida como nunca había desayunado. Luego ducha, bloqueador en todo el cuerpo y al parque cerrado con la familia adoptiva completa.
Llegamos a buena hora y cada uno a sus cosas. Concentrada saqué mi Specialized a un costado, puse el bolsito de comida, la botella con Vitargo y llené la bolsa de agua integrada a mi Shiv. Necesitaba bombín, me lo prestaron amigos de Polo Ramírez y la Catita, muchas gracias! Zapatos en la bici, Garmin encendido y lista.
Me sentía confundida, y veo a Richard Quezada que se acercaba a ver como estaba, le dije que estaba todo listo y Marcelo nos saca una foto desde la altura. Antes de salir del parque corrí a ver si mis bolsas de T1 y T2 estaban bien.
Salgo del parque y veo a mi papá, me largo a llorar angustiada por todo lo soñado durante la noche, miedos del año anterior, de no ser capaz de correr, terminar, luchar, pasarlo mal. Me dijo "no corras sino quieres, nadie te obliga, debes hacerlo porque tú quieres, queremos que seas feliz”. Le digo que sí quiero correr, que me hace feliz, de las cosas que más me gustan. Nos abrazamos y nos separamos. A los 5 metros veo a Richard nuevamente y sigo llorando, le cuento de la noche, de mi angustia, me dice que ya pasó, que será un gran día, intento dejar de llorar y sigo mi camino junto a Marce, al rato llega mi papá, quien me espera a salir del baño, me lleva a un lado, me hace un pequeño coaching para sacar mi pena del cuerpo y llamar a otra emoción para enfrentar mi carrera, fue clave para irme enfocada y fuerte.
Me puse el traje y terminé mi gel de Squeezy, pedí a Sasha que me pusiera vaselina en el cuello y me fui.
Estaba al final de todas las mujeres, avanzaba tímidamente, me iba adelantando, me decían que pasara, saludaba a las que conocía, respiraba y sacaba fuerzas. ¡Será un gran día! Saldría a hacer mi carrera como escuché a Marcos, mi entrenador, el día anterior en la charla RPM, sin importar quién me pasara, sería yo, el agua, mi respiración, mi bici, el viento, mis piernas, mis dolores, mi carrera y superar mi marca sin saber del reloj ni de cálculos, así lo decidí!
Ironwoman
A nadar, cómoda en todo momento, faltó la entrada en calor en el agua, ya que recién en el último largo agarré ritmo. Salí del agua, transición rápida y a pedalear. Fue de los pocos ciclismos que desde el inicio la bici y yo somos una, avanzaba y disfrutaba, dolía y seguía dándole feliz, debía comer y no tenía ganas ni hambre, tomé mi Vitargo, agua y comí mi barrrita Squeezy.
En la ruta, me encontraba con Carla Bustos siempre cerca, adelante o atrás, me encuentro a Jaime Opazo, no sabía que corría mi amigo. Felipe Avilés por ahí y ya llegando arriba me dice guarda piernas que se viene el viento de regreso. Yo tenía piernas, km 55 aproximadamente y me pasa una mujer, pero al igual que el año pasado, en drafting. Me dispongo a mantener la distancia reglamentaria al grupo e ir viendo su supuesto pedaleo reglamentario. Yo a ratos entretenida y a ratos enojada. En el Km70 me quedé más atrás del pelotón que iba con dos mujeres ahí, quedo totalmente sola por 20 kms, el viento y yo, miraba y varios kilómetros adelante y atrás que nadie se veía. ¡Perfectamente podían ir sin drafting!
Línea de desmonte, y hago todo rápido y mis piernas estaban bien. Dejé la bici, busqué la bolsa y rápidamente hice todo. Divisé a las dos mujeres del drafting y a una en la transición ya la dejé atrás.
A correr y me sentía bien, primera península y me sentía pesada y no avanzaba. Si era así todo el trote iba a ser horrible. Sufrí esas subidas, pero en el plano me adaptaba más. Por ahí recibí unas palabras amargas que me hacen sacar mi lado competitivo. Ese lado que viví por tantos años cuando jugaba vóleibol y mi papá era mi entrenador, ese lado que tanto me cuesta sacar.
Y comenzó mi trote, fuertes las dos vueltas siguientes, avanzaba y disfrutaba, esponjas y agua, un poco de gel con cafeína y agua, otro normal, por ahí una naranja. Todo a los basureros, encestaba, aunque boté dos geles llenos por error, lo que sufría, pero todo fluía.
Paso por el plano y mis entrenadores me gritan que apure, llegué a la meta feliz, emocionada, sólo quería abrazar a mi papá!
Gracias Trichile por la excelente cobertura y buena onda, y felicitar a todos los que hicieron posible que fuera una carrera de gran nivel, por lejos la mejor desde mi primer Pucón.
Javiera Gainza
RPM Team
Fecha de la carrera: Domingo 14 de enero de 2018