Pamela Espinoza: IM Hawaii 2014



Finalmente, después de varios días, siento haber asimilado lo que fue mi experiencia en Kona y sentarme a escribir sobre eso. Ahora con la mente más fría y habiendo repasando varias veces mi carrera. En un principio estaba con un gusto bien amargo y llena de cuestionamientos, mi resultado fue muy por debajo de mis expectativas. Ya han ido pasando los días, he pensado mucho en todo lo vivido, desde recordar mi inicio en este lindo deporte, hace casi 3 años y el poder ver como he ido superándome después de ver todo lo que he avanzado. Me llena de satisfacción y es imposible no estar contenta y feliz con lo logrado. Cuando empecé el triatlón me puse una meta, un sueño y de los grandes. Me puse objetivos, trabajé duro, puse todo mi corazón, todo mi esfuerzo, muchas veces quise llorar de cansancio, otras veces lloré y miles de otras veces sentí que no me la podía. Fueron meses muy duros, sacrificios personales, postergar muchas cosas, pero cuando uno sueña y quiere con el alma, se logra! y créanme, no cambiaría nada, todo valió la pena para llegar a KONA.

Llegué a Hawaii una semana antes de la carrera, de esta manera podría acostumbrarme al calor y humedad de la isla. Ese mismo día fui a nadar en Kailua Pier, donde se larga la carrera. El agua un agrado, excelente temperatura y visibilidad perfecta. Hasta tuve el privilegio de ser asustada por una tortuga gigante que pasó por debajo mío.

De a poco fuimos llegando los chilenos a la isla. Cada día que pasaba habían más triatletas y más gente, más marcas entregando muestras de productos, totalmente un mundo ideal para el triatlón y para los que amamos este deporte. En la isla todos se ven PRO, nunca en mi vida vi tanta gente FIT (era estar dentro de un comercial). Creo que el porcentaje de grasa en promedio no pasaba del 10%. Seguramente yo subía el promedio jajaja.


Con Natascha Badmann en el Bike Check In

El día de la carrera me desperté a las 4:30 de la mañana. Ansiosa y algo nerviosa por lo que se venía. Tranquilamente me di una ducha para despertar. Me vestí con mi mejor tenida fucsia toda combinada y especialmente diseñada para esta ocasión. La carrera la denominé como la batalla final (para mi era el cierre de una etapa) y esta batalla tenía hora de largada, con el cañonazo de las 7 am.

Entré al parque cerrado para arreglar mis últimas cosas en mi bici Argon 18. Revisé presión y coloqué mi reloj TomTom en su soporte. Después de dejar todo listo fui al proceso del marcaje. Ahí vi las caras de los otros competidores en la fila mientras nos pesaban, era sentirse como ir directo al matadero, sin vuelta atrás.

Fui a calentar unos minutos en el agua y ahí directo a la largada. Sin darme cuenta ya estaba flotando, esperando el cañonazo. De pura agrandada me puse en primera línea en la partida (mi nado es mi prueba mas débil). Ya a los 10 metros me habían pasado varias por arriba, sin salirme de lo mío empecé hacer mi nado. Al principio algunos combos pero después se calmó, ya en los últimos 1.000 metros los hombres rezagados aumentaban, por lo que se volvió bien trabado. Ya llegando al término del nado, divisé la escalera, la que tanta veces me imaginé subiendo tal cual lo vi en videos de los pro. Muy lejano a eso, al llegar a la escalera me tropecé y caí de boca sobre los escalones, de pasada casi boto a otro competidor. Me levanté dignamente y seguí camino con más cuidado hasta el final de la escalera. OJALÁ NO EXISTAN FOTOS NI GRABACIONES DE ESE MOMENTO.

Al llegar a T1 me di cuenta que la carpa estaba llena. Parece que todas nos pusimos de acuerdo para salir del agua al mismo tiempo. Tuve que sacarme mi fastskin AquaSphere parada entre mucha gente, incomodísimo, me puse el casco, bloqueador y salí en busca de mi bici.

Los primeros 15k de bici eran hacia el pueblo, sin viento, sólo falsos planos muy rápidos a un excelente promedio. Pensaba que todo se daría para hacer una excelente bici, me sentía muy fuerte y pasé a mucha gente. Subiendo por Palani vi al Pato y mi hermana gritándome, lo que me dio mucha energía para la subida que te lleva a la Queen K. Al entrar a la carretera, algo no andaba bien, bajé mi velocidad considerablemente, no estaba en los planes, VIENTO DE FRENTE, se suponía que la ida hacia Hawi era rápida y la vuelta lenta, algo no estaba bien con el dios de las condiciones climáticas, debe haber estado enojado con alguien en la isla. Nos sopló en contra hasta el kilómetro 75 aproximadamente y después se puso a soplar de lado donde casi me bota varias veces de la bici, por lo que no había otra opción que dejar la posición aero y tomar las manillas fuertemente. Fue un desgaste que no estaba en ningún pronóstico, por lo que fue una lucha constante de mente y piernas. Para rematar, en una subida al tratar de sobrepasar a un competidor, agregándole viento en contra, me demoré más de los 20 segundos permitidos, ahí estaba la ley, una jueza odiosa (eso pienso sólo porque me dio tarjeta) me penalizó por ser lenta al pasar, en verdad no pude ir mas rápido. Tenía que perder unos minutos en el próximo penalty box y dejar la firma de infractora.

Ya de regreso empecé a sentir la desesperación de avanzar tan lento, a un ritmo que no acostumbraba, nunca uno entrena para ir lento. Cuando vi a una competidora llorando de desesperación me di cuenta que debía conservar la calma y seguir con tranquilidad a la velocidad que los dioses de los vientos permitieran, no iba a caer en la intranquilidad, era una batalla y no se puede dejar de luchar nunca. Ya en los últimos kilómetros de la bici pude cruzarme con los elite que iban corriendo los últimos kilómetros del maratón. Pude ver a los punteros en hombres y mujeres, eso me dio ánimo y recordar donde estoy y cómo llegue ahí. Tenía claro que ya no lograría mi objetivo, por lo que decidí cambiar de plan. DISFRUTAR, OBSERVAR, APRENDER Y CRUZAR LA META CON LA MEJOR SONRISA, SENTIRME FELIZ DE ESTAR EN ESTA CITA DONDE MUCHOS SUEÑAN CON ESTAR.

En la T2, al bajarme de la bici, supe que mis piernas estaban muy agotadas, por eso la transición me la tomé con más calma. Al tomar Alii Drive (kilómetro 3) me di cuenta que no podía seguir el ritmo planificado. En el kilómetro 5 empecé a sentir escalofríos y mareos, que me hacían perder un poco el equilibrio, supe que era deshidratación ya que mi cuerpo estaba extremadamente caliente por el calor que se sintió en la bici. Reaccioné rápido y gracias a los consejos escuchados de otros triatletas en la misma situación supe que hacer. Me puse hielo en todas partes del cuerpo, TODAS!! y lo hice por 3 estaciones de abastecimiento, recién ahí pude sentirme bien al bajar la temperatura y que no peligrara mi carrera.

Ya más recuperada vi nuevamente a Pato al regreso por Alii Drive y me pregunta cómo iba, le dije que no podía subir mi ritmo, ya que mis piernas no me respondían, me dijo que siga así tranquila, que vaya al infierno del Energy Lab, salude a Don Sata y que me esperaba en la meta! Se venían los últimos 26 kilómetros por Queen K, incluyendo al temido Energy Lab. Subiendo por Palani me encontré con Parrita con su cámara filmando y me cuenta que algunos elite caminaban, yo por lo menos todavía corría. Entré a Queen K, a esa altura mis piernas ya no reaccionaban, decidí no ver más el pace que me frustraba y me dediqué a disfrutar con todo lo que quedaba de carrera. Otro imponderable surgió en el kilómetro 21 aproximadamente, empezaron los dolores de panza, el performance me había pasado la cuenta, del que no estoy acostumbrada a tomar. Tuve que hacer una primera parada de emergencia al baño y seguir adelante. Ya entrando en el Energy Lab, decidí sólo tomar agua y un gel para no tener nuevos dolores, ya que a esas alturas todo cae mal. En el kilómetro 31 ya de regreso por la carretera hacia la meta, nuevamente mi panza empezó a alegar. Como se dice, llamado de la selva extremadamente urgente, pero esta vez estaba lejos de un puesto de abastecimiento, justo en la mitad, no alcanzaba a llegar a los baños. No me enorgullece contarlo, pero tuve que ir detrás de una roca de lava, rezando que no pasara un juez y me viera, porque sé que es penalización, pero era eso o eso.

Con esa parada pude seguir en carrera. Empezó a oscurecer y cada vez se veía menos, al llegar de regreso a Palani ya a 3 kilómetros de mi meta, ya sabía que sólo debía hacer el último esfuerzo y la medalla sería mía. Casi 3 años de entrenamientos para poder llegar a Kona y sólo pensar en que en pocos minutos cumplía mi sueño y cerraría mi etapa con esa medalla. Me llenaba de emociones, entre todas esas cosas que a uno le pasan por la mente. Vi una bandera chilena nada menos que el Rolo con su trompeta (la misma que acompaño a Cristian Bustos en su histórico 2do lugar) me ve y corre conmigo unos 100 metros antes de entrar a la alfombra roja. Qué grandes últimos metros de carrera. Al ir acercándome a la meta pude ver a mi gente gritándome, qué emoción verlos. Antes de cruzar miré hacia adelante y hacia atrás si venía alguien para poder tener mi foto de este momento único, terminando mi batalla con la mejor sonrisa. Mi carrera ya no era llegar por un crono ni por un lugar, mi plan había cambiado hace rato. Crucé esa meta pensando en todos los que estuvieron ahí apoyándome en este duro proceso, y a los que represento de alguna manera logrando un sueño.

Siempre supe que la batalla no sería fácil, las cosas no resultaron bien, pero lo que tengo claro ahora, que de esta carrera he aprendido más que de todas las que he corrido. Siento que ahora gané mucho más sólo cruzando esa meta, que cuando he llegado en los primeros lugares.

Muy feliz de ser parte de los ocho chilenos que fuimos a Kona este 2014, haber compartido esta gran experiencia con todos ellos y sus familias. Grandes deportistas y grandes personas. Muy orgullosa de que nuestro chat que en un principio se llamaba KONA2014 ahora se llame TODOS FINISHER.

Se cumplió un sueño y se cierra una etapa, esto no significa que no hay más, esto significa que ahora viene un nuevo sueño y un nuevo proceso para alcanzarlo… y una revancha por qué no?

Para finalizar debo agradecer a TomTom, Skechers Performance, Trifinisher, mis compañeros del Brainteam, a mi coach Matías Brain por haberme preparado para esta difícil batalla. Y por último agradecer mi hincha numero uno, Pato, que me acompañó en este largo camino a Kona.

Gracias a todos por el apoyo y ayudar a cumplir mi sueño KONA.

Pamela Espinoza Dans

Fecha de la carrera: Sábado 11 de octubre de 2014

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