Pamela Espinoza: “Una emoción indescriptible”


Race Report del Mundial Ironman 70.3 St. George 2021

10 años de trabajo para la carrera perfecta.

Después de 20 años de jugar hockey césped, y un par de años incursionando en el running, miraba en los entrenamientos en la pista del colegio Manquehue lo rápido que corrían los triatletas, así fue como le dije a Matías Brain (mi primer coach) que quería hacer triatlón. No sabía nadar y nunca me había subido siquiera a una bicicleta de ruta, pero así partió este viaje.

Mis primeras carreras fueron Rapel y promocional de Pucon, y al año siguiente ya estaba corriendo el medio de Pucon, donde conseguí mi cupo al mundial de Las Vegas (2013) sin saber mucho lo que significaba y en lo que me estaba metiendo. Al año siguiente me lancé a la distancia completa y terminé el IM Melbourne, y con la grata sorpresa de clasificar a Kona.

A los pocos meses de competir en Hawaii (y también otro mundial de 70.3 en Mont Tremblant), quedé embarazada de Patito y ese fue mi primer receso de casi 2 años del triatlón. Volver del embarazo fue un desafío (emocional y físico), sobrepeso, músculos atrofiados, sin capacidad aeróbica, por momentos pensé que jamás volvería a competir a un buen nivel. Pero con paciencia y disciplina todo se puede.

En esos 3 mundiales que corrí antes del embarazo fui con grandes ilusiones, pero mis resultados fueron decepcionantes. Ahí caí a tierra y me di cuenta que estaba muy por debajo del nivel que pelea los primeros lugares. Yo creía inocentemente que con ponerle ganas, empeño y horas de entrenamiento era suficiente, algo totalmente errado. Fue así que al regreso de mi embarazo comencé a trabajar con Armando Galagarra de Sansego / Craig Alexander, con quienes aprendí mucho y también logré buenos resultados como el sub 10 en Floripa 2017, y nuevamente la clasificación a Kona y Mundial 70.3 (Chattanooga). Ahí nuevamente fui con grandes ilusiones por la clara mejora en mi nivel y buenos resultados obtenidos en varias carreras, pero de nuevo resultados decepcionantes que te hacen pensar de cuál es tu real capacidad.

Y fue entonces cuando… se repite la historia… Rafael en camino, mi segundo receso que fue bastante más largo, 3 años y medio… ya que justo cuando estaba lista por regresar llegó la pandemia. Siempre es muy difícil volver, partir de cero nuevamente y ya estaba más madura, por no decir viejita, pero siempre con disciplina y paciencia se logra. Al regreso de este receso decidí volver a mis raíces, Universidad Católica, donde somos socios con mi familia. Y luego comencé a trabajar con mis coaches Pame Tastets y Felipe Van De Wyngard (TVT), que son los que lograron hacerme subir ese par de peldaños que hay entre una persona que gana carreras del circuito a una que pelea un campeonato mundial.

Ahora la carrera:

Esta ha sido la carrera más surrealista, épica, imprevista que me ha tocado vivir, pero creo que todo eso jugó a mi favor. Además, este mundial sería el primero en familia (Pato y yo competimos).

Partimos temprano en buses escolares a la T1. Mi largada era la última, lo que no me gustaba nada por la espera y el calor. Pero hay cosas que no se pueden cambiar y sólo acatar. Llego la hora de entrar al corral, los nervios previos ya están al 100%, sabiendo que mi disciplina más débil es el agua, esta vez sin traje, con la presión de partir adelante para entrar en competencia y la misión de salir en el grupo de avanzada. Yo la patuda, me puse en primera fila (eran largadas de 10 en 10). Suena la sirena y partimos como corredoras de 100 metros al piquero, los primeros 300 metros fueron infartantes, después se calmó el ritmo y me pegué a unos pies que me marcaron el pace. Al llegar a la mitad empezamos a pillar a muchos rezagados y eso hizo un nado más trabado, pero lo peor aún estaba por venir… ya pasando los 1.500 metros empieza un oleaje cada vez más movido, era difícil ver las boyas, pero pude guiarme por un cerro que había a lo lejos para no desviarme del camino, al salir del agua con el corazón a mil, en el tiempo planificado, lo que me hacía entrar en competencia, ahí pude ver que estábamos en medio de una tormenta, se habían caído todas las barreras y banderas, hasta salté una que venía volando, nos desviaron por la calle para recoger la bici, al salir a montar la bici esta se me volaba hacia los lados por el viento, pero la verdad al ver esto nunca me hizo dudar, es más me aleonó para focalizarme totalmente en mi carrera y ejecutar la planificación a la perfección. Ninguna tormenta iba a arruinar mi mundial, era mi día y lo sabía!, me sentía muy fuerte en la bici en un circuito que me acomodaba por las características, siempre guardando piernas para la última y más larga cuesta que era la decisiva para el resto de la carrera, sobrevivir o morir. Felizmente pasé la prueba y los últimos kilómetros son en descenso y pude seguir poniendo buenos ritmos.

Llegando a la T2, sabía que había realizado una muy buena bici y que estaba en la pelea… y que ahí era cuando debía demostrarme de lo que era capaz y por lo que había venido a este mundial. Me tomé la T2 con más calma para no olvidar ningún detalle. Parte el trote con casi 2 km de falso plano y después se empieza a subir y subir y subir… Al llegar a la cima se baja agresivamente, por lo que es un circuito muscularmente destructivo, las bajadas deben realizarse con mucha concentración, para ocupar una buena técnica. El circuito no tiene planos para llevar un ritmo, es subir o bajar, por lo que el pace no sirve, una carrera donde el conocerse y las sensaciones eran la manera de llevar el ritmo. En la primera vuelta me tocó lluvia torrencial, pisando posas de agua y saltándolas, y en la segunda vuelta viento en contra… y al final mucho calor, pasamos por todos los dioses de la naturaleza. A pesar de todos los imponderables nunca me salí de mi objetivo, fue un día en que todas mis decisiones fueron bien tomadas y bien ejecutadas.

No voy a mentir, el circuito de trote me costó mucho, demasiado, la 2da vuelta vi todos los demonios y desafié mis límites, al cruzar meta, me desplomé… Dejé todo y un poco más. Al ver mi tiempo final sabía que había sido mi carrera perfecta (todo según lo planificado), y que debía estar entre las 3 primeras… Nunca vi, ni me fijé, ni pensé en mis rivales durante la carrera, las que tenían bastante más pergaminos, estrellitas y caritas felices en carreras y mundiales, por lo que el primer lugar no estaba en mi mente, pero cuando Folo me confirmó como campeona, fue una emoción indescriptible, se me vinieron miles de pensamientos a la cabeza, felicidad máxima, no sabía si llorar o reír, cumplimiento de un sueño.

Ahora que han pasado unos días creo más en un proceso de 10 años donde tuve muchas decepciones, errores (de los cuales aprendí mucho), algunos aciertos, y donde muchas personas han pasado y aportado algo para este logro, y como dicen mis coaches “el trabajo duro paga” y paga como consecuencia a un trabajo muy bien realizado.

Y no puedo dejar de mencionar y agradecer a mi familia, en especial a mi marido, que siempre me han apoyado en todo. A mis coaches (Pame y Felipe) que han sacado lo mejor de mi. A Proswim, Medpro (Felipe Araya, Renzo Corsini, Hernán Plaza, Yanina Tobar), Up4Race y Tribike. Y, por supuesto, a todos mis amigos y team que me apoyaron, siguieron y enviaron buenas vibras durante la carrera.

Pamela Espinoza Dans

IM 70.3 World Champion… CTM!!!

Y vamos por más…

Fecha de la carrera: Sábado 18 de septiembre de 2021

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