Romain Babin: “La mejor carrera de mi vida!”
Race Report Patagonman 2018
Estos últimos meses participé en muchísimas competencias y el problema es que siempre me cuesta proyectarme más allá de la siguiente carrera, entonces fue así que hace 3 semanas, justo después del Trichallenge de Pichidangui, empecé a darme cuenta que estaba a punto de lanzarme en una locura!
El día de la carrera nos levantamos a la 1am para llegar a Puerto Chacabuco y subirnos al barco. A las 4am después de haber dejado las bicis listas en el puerto, tuvimos que embarcar. Hubo un momento de emoción cuando la rampa se cerró y zarpamos, ya no había vuelta atrás!
Mientras el barco se posicionaba en el punto de partida en el fiordo Aysen, tratábamos de hacer pasar los nervios, algunos conversando, otros meditando, pero todos preocupados por lo que se venía.
Luego bajaron la rampa y nos dijeron que había que tirarse al agua. En ese momento nadie tenía tanta ganas de salir del refugio del barco. Cuando me tocó saltar, de verdad que tenía miedo, eran las 5am y era totalmente de noche, 3 metros debajo mío estaba el agua helada, corría un viento muy fuerte y habían olas. Apagué el cerebro y salté.
Entrando en el agua, buena noticia: no estaba taaan fría, pero 30 segundos después descubrí cual iba a ser la verdadera dificultad del nado: una corriente fuerte que nos llevaba hacía mar abierto.
Tocaron la sirena y partimos. Primero, fuimos hacia un barco de la Armada iluminado con muchas luces. Me metí en los pies de Folo durante un rato, pero me di cuenta que se estaban escapando unos nadadores así que lo adelanté y aceleré para pillar al grupo de punteros. Fue un esfuerzo muy duro. Y cuando por fin llegué en los pies de ellos, estaba muerto y me corté al tiro.
Tocó seguir solo. La corriente me hizo tener la impresión que el barco se alejaba a medida que iba hacía él, pero al final lo alcancé y di la vuelta hacía el puerto.
En los últimos 500 metros empezaron a aparecer olas bastante grandes, me mareé y estuve a punto de vomitar.
Hice un último esfuerzo y salí del agua!
53min28 / 3.440m / 6to
En el puerto al lado de mi bici estaba La Coti, mi señora, quien iba a ser mi support tan importante, tanto logístico como mental para este largo día. Me tenía todo preparado para la transición, pero como seguía mareado y había decidido cambiarme completamente para salir con ropa seca, no fue una transición rápida.
Una vez en la bici tocó controlarse y no volverse loco en el primer tramo que era totalmente plano y con viento fuerte a favor. Había decidido empezar en la parte baja de mi zona de watts para guardar piernas para el final de la bici que se veía complicado, y fue una decisión muy sabia!
En el km 20 me di cuenta que mi sillín no estaba lo suficientemente apretado e iba bajando. Gracias a aprendizajes de carreras anteriores iba con una multi-herramientas y pude parar al tiro a solucionar esto.
Seguí hasta el km 120 cuidando la nutrición y gracias a un fuerte viento de espalda avanzaba a muy buen ritmo. Durante este tramo me pasó algo que nunca me había pasado en otras carreras, disfruté el paisaje! Estaba ansioso por llegar arriba de cada cuesta para descubrir las maravillas que me esperaban del otro lado.
Luego dimos el giro hacía Cerro Castillo y las cosas serias empezaron. Una serie de largas subidas donde el viento ya no nos estaba ayudando nos hizo llegar a una ruta encerrada entre altas montañas, donde nos pegó un viento en contra fenomenal. Por momentos me sentía pegado al asfalto sin posibilidad de avanzar. Por suerte, justo ahí pillé a otro competidor y eso me dio una motivación adicional para sobrepasar esta dificultad. En el km 140 después de haber evitado caídas por muy poco a causa de ráfagas en unas curvas en bajada, se me salió la cadena y tuve que parar unos segundos antes de poder seguir. El otro competidor aprovechó para adelantarme y de nuevo tenía mi zanahoria adelante mío para seguir con la motivación a tope en este tramo muy pesado.
Antes de la bajada logré recuperar el 5to lugar y sacar una buena ventaja para poder enfrentar esta serie de curvas en bajada, con muchísimo viento en la Cuesta del Diablo, de manera más cómoda.
Unos kilómetros más y apareció la T2.
5h18min / 174km / 2.500m de desnivel.
De nuevo me cambié totalmente antes de partir para el maratón en senderos de tierra. Durante los 2 primeros kilómetros iba junto al 6to, pero no aguantó el ritmo y me dejó seguir solo.
Iba a super buen ritmo y esperaba poder hacer un maratón bastante rápido, hasta que... apareció una verdadera pared al frente mío. Al tiro decidí dejar de correr y caminar. Veía las pulsaciones que se mantenían a 150 bpm y sabía que estaba haciendo lo correcto. Esto duró durante unos 3km y luego pude retomar el trote de manera más constante. De repente vi un río al frente mío y después de haber intentado contornarlo por la derecha y por la izquierda sin éxito, me tuve que resignar a cruzar por el centro. El agua me llegaba hasta más arriba de la rodilla y estaba pensando que no me habían durado mucho los calcetines secos de la T2.
En el km 8 llegamos por fin a un camino de ripio para autos y a pesar de seguir con hartas subidas se hizo más llevadero.
De ahí seguí mi maratón solitaria atravesando paisajes impresionantes que nunca dejaban de maravillarme y me hicieron disfrutar cada uno de estos kilómetros.
En el último punto de abastecimiento en el km 30 La Coti me avisó que la primera mujer venía fuerte atrás y eso me obligó a seguir empujando hasta la meta, porque no iba a dejar que me quitaran el top5 en los últimos kilómetros de la carrera.
Por fin, al final de una larga recta a través de Puerto Ibañez apareció la meta. Digo por fin, pero la verdad es que una parte mía no quería que esto se acabara nunca.
A medida que pasaban los últimos metros que me separaban de la meta aparecían cada vez más personas para alentarme, desde cada casa salían gritos de ánimo y de felicitaciones. Pasé la meta, golpeé con ganas la famosa campana y lo único que quería era agradecer a la organización por haberme permitido vivir esta tremenda experiencia, correr esta carrera única que se quedará grabada toda mi vida en mi memoria. MUCHAS GRACIAS PATAGONMAN POR LA MEJOR CARRERA DE MI VIDA.
Corrí los 43k con 900m de desnivel del maratón en 3h56 y en total fueron 10h18min.
Para la anécdota mejoré mi récord en Ironman por más de una hora!
Roman Babin
TYM
Fecha de la carrera: Sábado 8 de diciembre de 2018