Vicente Bobadilla: Sprint Punta Arenas 2011


Después del Medio de Mar del Plata decidí hacer un descanso activo hasta Mayo o también llamado “período de engorda”, donde el forraje abunda y la excusa para un buen asado son variadas, entremedio de este grato proceso me llegó una invitación para ir a participar al triatlón más austral del mundo, así es que hice un alto y emprendí camino junto a mi señora. En Punta Arenas fuimos recibidos muy amablemente por Enrique Garín (Gerente del Hotel Rey Don Felipe) y Esteban Araneda (organizador y unos de los jefazos del Club Leñadura), aquí ya estaban Rodrigo Salas, colaborador activo del evento y Juan Pablo Jaures, Juez General.

El evento organizado por el Club Leñadura es por sobretodo Familiar y donde muchas veces el resultado pasa a ser realmente secundario. Las competencias se iniciaron el día Sábado con la modalidad postas con variadas categorías desde tortuguitas (4 a 6 años) hasta todo competidor, pasando también por una entretenida categoría Familiar (Padre, Madre e Hijo), este día se conjugaron momentos de absoluto relajo, buena onda, emoción y también corredores especialistas de buen nivel competitivo. El mismo Sábado en la tarde por iniciativa de Rodrigo Salas fuimos a nadar al estrecho de Magallanes, sí a nadar…, y efectivamente se puede…, es helado y bastante, pero no más que Arauco (Famoso triatlón de la VIII Región de los año ´90), la idea de Rodrigo es hacer un triatlón sprint en la zona con no más de 400 metros de natación (con dos salidas).

Luego de esa “aventura” fuimos a pasear al imponente y precioso Fuerte Bulnes y finalmente terminamos el día con un buen y jugoso Filetito a lo pobre, livianito pa’ la carrera, ja, ja…

El domingo, las categorías comenzaban a las 9:00 hrs. y se extendían hasta las 12:30 hrs., en la categoría infantil se produjo a mi juicio el momento más emotivo de toda la competencia, aquí competía Felipe (8 años), esta categoría nadaba 200m, al inicio de la competencia se puede apreciar claramente que Felipe no sabe nadar, sólo flota y mueve como puede los brazos, a sus 100m de nado ya habían transcurridos 5`y habían salido del agua absolutamente todos los competidores de su categoría y él a la mitad de la distancia estaba absolutamente exhausto, daba la impresión que abandonaba…, pero sin embargo siguió…, no tocaba nunca las boyas laterales, ya que al parecer pensaba que lo descalificarían, con mucho sufrimiento logra llegar a los 150m, muy agitado, descansa y pone su cara apoyada en el borde de la piscina, en esos momentos todos comenzamos a levantarnos de sus nuestros asientos y al ver que continúa nadando, todos comenzamos a apoyar, gritar y aplaudir con mucho entusiasmo, finalmente después de 10 minutos Felipe logra terminar los 200m y sale del agua, pero al salir al exterior aplica turbo, en ese momento miro sutílmente a mi alrededor y algunos estábamos luchando por contener las lágrimas de la emoción que habíamos vivido. En tanto Felipe llega al lugar de transición y el Papá que le ayudaba a vestirse (en esa categoría se podía) le consulta si quiere seguir y él le responde animadamente “papá apúrate, tengo que pillarlos, yo puedo papi…, yo puedo. Apúrate…” después el Papá visiblemente emocionado me contaría que literalmente con esa frase “lo mató…”, su espíritu de lucha era realmente inquebrantable. Transcurridos un par de minutos mi compañero de asiento (galería) con el cual habíamos conversado animadamente me consulta “oye Vicho ¿qué prefieres, tener un hijo talentoso o un corajudo como Felipe…?, me demoro un poco en contestar (ahí me salió del alma lo competitivo…) y le contesto “honestamente prefiero el coraje y la determinación de Felipe, esas son virtudes que no sólo son vitales para el deporte, sino para la vida”, después de esa frase pal` bronce (aunque de verdad lo pensaba) le dije riéndome “ pero igual te apuesto que es seco pal` trote…”.

Bueno finalmente al parecer Felipe no pilló a nadie, pero de seguro el próximo año va con todo “mi torito…”.

La última carrera era la categoría todo competidor, aquí entraba en acción, mis dudas eran 3, pasar de la piscina temperada (35ºC) al parque cerrado (7ºC - 8ºC), osea casi 30ºC de diferencia en menos de medio segundo, la segunda incógnita era el viento fuerte, helado y cruzado en la bici, y por último el viento helado que apretaba el pecho en el trote (a todo esto el trote era precioso, 100% tierra, cuestas, mucho viento y pasadas por bosques de Ñirre), el primero lo solucionó la mismísima adrenalina, propia de la competencia, responsable de que cosas que te complican en entrenamientos en carrera se te olvidan o pasan desapercibidas, en la bici las ruedas sin perfil fueron la mejor opción y en el trote con un buen cortaviento estábamos “tiqui-taca”. Finalmente llegué primero con casi 57`, seguido por Juan Pablo Jaures (quién las hizo todas, Juez, asesor, motivador y corredor) y Tercero Sergio Crocetti de Argentina (Muy buena onda y Caballero).

Después una buena Tallarinata y entrega de premios, un Canopy de antología con vistas privilegiadas en el Club Andino y finalizamos el día con un tremendo, exquisito y aún recordado Cordero Magallánico, en Temuquito había comido muchas veces cordero, pero nunca como este, como galleta, absolutamente recomendable. 

Finalmente me devuelvo a Santiago el Lunes temprano por la mañana con la sensación de haber hecho un bonito viaje, haber conocido a grandes personas y haber comido como loco (fácil un superávit de 15.000 calorías ja,ja…).

Un agradecimiento especial a la familia Garín-Camelio a Esteban Araneda, Rodrigo Salas, y a mis auspiciadores 70.4; k-swiss y Get-Fit.

Un abrazo

Vicho

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