Testeo Pedales Wahoo Speedplay Zero

Ya llevo un par de meses de prueba de los nuevos pedales Wahoo Speedplay Zero y vengo a darles mi apreciación como ciclista y profesional dedicado al área de la biomecánica del ciclismo.

Speedplay no es un pedal nuevo, fue patentado en 1991, con mayor crecimiento en USA y uso predominante en triatletas. Tienen además triunfos en mundiales, Tour de Francia, en los primeros años de SKY e incluso récord de la hora.

Wahoo absorbió la marca el 2019 y realizó algunas modificaciones para mejorar el producto, y es lo que les vengo a comentar.

Las principales características son que es un pedal para ruta, pequeño, de doble lado con forma de “Loly Pop” y donde todo el sistema de fijación queda en la cala, en el zapato, inverso a todo el resto de los pedales. Tiene un bajo stack o altura de pedal respecto al eje y regulaciones en 3 sentidos, hacia delante o atrás, lateralmente para regular el factor Q y la flotabilidad totalmente ajustable desde 0 a 15º sin necesidad de cambiar la cala, como ocurre en el resto de los pedales. Esa característica de regulación, para un bikefitter es ideal para lograr las necesidades del ciclista.

Además, la cala es totalmente caminable, ya que el sistema de enganche queda totalmente protegido, siendo esto una de los principales cambios del modelo actual.

Los Wahoo Speedplay Zero, la gama media del producto, tienen un peso publicado de 222 gramos el par y vienen con las calas de tensión normal, existen unas de tensión más liviana.

En la instalación presentan un paso más que el resto de las calas, con una placa inicial para fijar el avance y retraso, luego la placa principal con regulación en lateralidad, y finalmente se regula la flotabilidad con un destornillador por el lado. Además, Wahoo ofrece 3 largos distintos de ejes respecto a los 53mm que trae, 56, 59 y 65 mm como opciones, en caso de necesitar un Q Factor mayor, o separación de los pies respecto al centro de la bicicleta.

No debo haberme demorado más de 10 minutos en su instalación, pero sí fue necesario regular posteriormente la flotabilidad y topes internos y externos a mi gusto, esto es un gran plus del pedal, pero requiere darle atención especial.

El enganche es distinto al resto de los pedales. Primero, no debes fijarte donde pones el pie, ya que engancha por ambos lados, pero luego debes hacer la fuerza con una pronación del pie, es decir, empujando con el borde medial de este, y no con el talón como uno está acostumbrado. El enganche es seco, con sensación de seguridad que no había tenido en otros pedales y una sensación de tope lateral firme, muy similar a los SPD de montaña.

Al andar, la sensación de transferencia de energía es tan firme como otro pedal de alta gama, y no notas que el pedal es más pequeño, ya que la cala se preocupa de dar el área de apoyo, si tiene un pequeño movimiento de rotación en el eje del pie que sólo lo notas si haces el movimiento para buscarlo.

El desenganche se hace girando el talón hacia fuera, igual al resto de los pedales, el cual ocurre de manera fácil luego de pasar un tope notorio, pero rápido de pasar.

La mantención es muy simple, tiene rodamientos sellados de larga duración y las calas deben mantenerse limpias, no son muy amigas del barro y se les debe echar un par de gotas de aceite para seco de vez en cuando cada 10 días aproximadamente. Eso sí, la duración de las calas es varias veces mayor a unas plásticas.

En resumen:

Pedales de aspecto limpio, fáciles de usar y mantener, muy durables.

Pros:

Regulación completa y al milímetro en avance, lateralidad y rotación
La capacidad de caminar y si tuviera la necesidad hasta de trotar en superficies firmes, ya que los hacen ideales para disciplinas como el triatlón
Calas muy durables

Contras: