Testeo Specialized Venge


¿Qué cara pondrías si te invitan a manejar un Maserati o un Lamborghini? Esa misma fue la que puse yo cuando me preguntaron si quería probar y escribir algo sobre la nueva Venge de Specialized. La curiosidad me superaba sabiendo además que fue la usada por el Bora en el Tour de Francia de la mano de Peter Sagan, quien conquistó, de la mano de la Venge, su 6ª tricota verde.

Pasé a buscarla el sábado 21 de julio a la nueva tienda Specialized en Chamisero. Ahí estaba ella. Esperándome. Con ganas de salir y quemar algunas calorías. Le puse mis pedales. Talla 54. El sillín a 75 cm del motor y desplazado 8 cm. Listo. Yo nervioso y ella probablemente ansiosa, como un caballo de carreras encerrado por algún tiempo en su corral.

Lo primero que llama la atención es el peso. Según manual son 7,1 kilos y de verdad la diferencia con bicis de 8 y 8,5 kilos es notoria.

Luego, con las primeras pedaleadas viene una sensación de curiosidad. ¿Qué es lo que hace esta bicicleta tan diferente? Créanme que todo se siente distinto. Todo es suave. Todo fluye. La transmisión de energía a través de los pedales es muy manifiesta. No se puede pasear en la Venge. Hay que soltar las riendas y dejar que su naturaleza feroz aflore. Hay que dejarla libre que muestre toda su potencia.

Pero ojo, que se deja guiar la Venge. Para nada “chúcara” como podría esperarse de una bicicleta tan aero, tan liviana y tan rígida. La conducción es normal y responde efectivamente a los movimientos del cuerpo y a la carga sutil de las manos en el manillar. El placer es total.

Imposible no bajar rápido en la Venge. La aerodinámica se muestra en toda su extensión en esta parte. Se toman velocidades sorprendentes en tramos muy cortos. Los frenos de disco dan la confianza para alargar la frenada y ganar un par de k/h adicionales de velocidad. Entrar y salir de las curvas en velocidad es una sensación distinta a cualquier otra bicicleta que haya probado. Los rodamientos de cerámica le dan un par de k/h extra y los neumáticos de 26 mm hacen del descenso un agrado con una cuota extra de confianza. Nada que conozca se parece a la Venge.

Históricamente los fabricantes nos han llenado la cabeza y convencido que la aerodinámica y la comodidad son incompatibles y que una va necesariamente en desmedro de la otra. Ya hace algunos años este mito ha ido desapareciendo y quizás la Venge representa el mejor ejemplo que ambos atributos pueden ir de la mano. De hecho, la Venge en comodidad y maniobrabilidad parece una bicicleta estándar.

Un concepto interesante exclusivo de la marca y que la diferencia del resto, y que está aplicado en la nueva Venge, es lo que llaman “Rider First Engineered”, que significa que cada tamaño de bicicleta se desarrolla en forma independiente asegurando el adecuado balance entre peso, rigidez y aerodinámica. Antiguamente Specialized hacía un prototipo balanceado en un tamaño medio para luego replicar el diseño en distintos tamaños, con lo cual se perdía el adecuado equilibrio que tanto costó encontrar.

Los detalles contribuyen que este misil con ruedas sea una cosa especial. Probablemente ninguno de estos detalles explica su éxito por si solo, pero son tantos y creo que es la suma de estos detalles los que hacen a la Venge un pura sangre de verdad.

La Tee es extremadamente limpia y aerodinámica. No hay cables a la vista ya que todos van por dentro y se insertan desde el interior del manillar a la Tee. Specialized logró que pareciera un monocasco, pero tiene la posibilidad de múltiples cambios y ajustes como son el alto y ancho del manillar y el largo de la Tee.

Los cambios son electrónicos Shimano Dura-Ace Di2 9170 integrado en el tubo de sillín. Un sutil toque, respuesta inmediata y ajuste perfecto. Specialized decidió incluir en este modelo su propio Power Meter en ambas bielas. Los rodamientos de los pedales también son de cerámica.

Las ruedas de perfil medio marca Roval modelo CLX 64 parecen ser la pareja de baile perfecta de esta bicicleta. Ya dijimos que los rodamientos de cerámica le dan un sonido especial y distinto al rodar, pero principalmente te hacen ganar algunos segundos extras a altas velocidades.

A diferencia de la Venge ViAS, que parece más una bicicleta para contrarreloj (sin serlo), esta parece más una normal de ruta, pero con todos los beneficios aerodinámicos, un menor peso y una rigidez que hacen que la transferencia de energía sea brutal. Quizás lo único que no me gustó es lo más fácil de cambiar: el sillín. En gustos no hay nada escrito, ya que el sillín power rompe un poco el paradigma del asiento rutero y este en especial es el más exitoso de la marca, por la comodidad, su dimensión más corta y que es adaptable a ciclistas de ruta e incluso de montaña.

Otro detalle de elegancia máxima es el soporte metálico para el computador al frente de manillar que sirve tanto para el computador como para poner cámaras de video.

Nos hemos aburrido de decir en estas páginas que el principal factor aerodinámico en el ciclismo es tu propio cuerpo y en consecuencia lejos, pero lejos lo más importante es encontrar la mejor posición aerodinámica posible dentro de las posibilidades de cada uno según sus características físicas y flexibilidad entre otros factores. Esta bicicleta tiene un amplio espectro de posibilidades de ajuste para que todos queden cómodos, desde distintos tamaños de marco, ajuste en el tubo de sillín y sillín propiamente tal, en la altura y largo de la Tee.

En resumen, fue una jornada de pedaleo fantástica. Es difícil evaluar y comentar en profundidad con 90 minutos de uso, pero suficientes para atreverme a decir que debe haber pocas bicicletas como esta en el mercado. Yo al menos no conozco. Es un Pura Sangre que sin ninguna duda sacará lo mejor de tu pedaleo y te hará ganar algunos segundos y quizás minutos extras en cualquier carrera.

por Ricardo Cumplido

Jueves 02 de agosto de 2018

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