Ernesto Aramburú: Tridesert 2012


Había escuchado buenos comentarios de esta carrera y ganas no me faltaban, aunque la logística estaba complicada: Llegaba de Sao Paulo el jueves (tras 2 semanas con muy poco entrenamiento) y partía nuevamente a Shanghai el domingo en la noche...

Finalmente supe de un par de compañeros del TYM que iban, así que me inscribí tras cartón y partí junto a Kenneth Flores (refuerzo traído desde Puerto Rico) y Claudio Correa, una verdadera leyenda del triatlón como nos enteraríamos durante el fin de semana.

Nos conocíamos poco fuera de los entrenamientos (yo llevo apenas 2 meses en el equipo), así que el viaje se hizo muy agradable compartiendo historias, metas y anécdotas de carreras varias. Una pasada rápida a comer algo en Tongoy y directo a la concentración.

El lugar impecable, arrendamos un departamento con vista al mar, 3 dormitorios y 3 baños, así que no fue necesario compartir intimidades. Apenas alcancé a armar el bolso la noche anterior con lo justo, pero el tío Claudio nos salvó de morir de hambre al desayuno y trajo avena, leche y frutas varias (no creo que haya comido tan sanamente como este fin de semana desde que estaba en el útero).

Luego salimos a recorrer el circuito en bicicleta con Rodrigo Pinto, otro compañero del TYM, donde nos dimos cuenta rápidamente de que no era tan rápido como podía pensarse debido a los largos falsos planos y al viento, además de un par de subidas bastante empinadas que forzaban a usar el plato chico. El día estaba despejado pero no hacía calor, lo que alimentaba los temores respecto de la temperatura del mar (sobre todo en Kenneth, acostumbrado a aguas tropicales). De todas formas desde la terraza se veían algunos valientes entrando a nadar y al parecer todos salieron, lo que podía tomarse como una buena señal.

Más tarde partimos a La Serena, donde almorzamos con Ricardo y Folo. Entre ellos y Claudio da para escribir varios libros así que los más nuevos salimos sintiéndonos algo más triatletas que antes. Un par de horas para ajustar las bicicletas o dormir siesta y de ahí a la charla técnica y tallarinata. Gran ambiente como siempre y bastantes corredores, incluyendo algunas sorpresas de último minuto como Moisés Torres y Edgardo Opazo, sepultando junto a John Roa cualquier esperanza que pudiera tener de subirme al podio en mi age group, ya que no se correría categoría elite.

Ya muchos habían corrido en años anteriores así que Rodrigo Salas pudo explicar rápidamente las reglas y no quedaron dudas. Quizás lo más relevante era la descalificación automática por drafting en la bicicleta. El kit de carrera estaba bien provisto con polera, revista, barras, gel y un mixer (supongo para tomar proteínas).

Luego de vuelta a la concentración y al sobre a las 9 pm (ya querría Borghi a un asistente como Claudio). Personalmente no duermo mucho así que me quedé hojeando la revista y pensando en la carrera. Mi mayor preocupación era el clima, ya que estaba aguantando un resfrío y bastante tos a punta de paracetamol y un spray de propóleo que eché en el bolso de la bicicleta (no penalizado por la ITU ni la UCI... Sobre la USADA no me pronuncio).

A las 6 am en punto sonó mi despertador y obviamente apreté el botón snooze, pero a las 06:00:05 Claudio me tocó la puerta así que no quedó más que levantarse. Nuevamente avena, leche, fruta y a la ducha (contraindicado por el gurú, pero no despierto de otra forma, además el vapor me ayudó a despejarme, porque desperté un poco congestionado).


Ernesto Aramburí, Claudio Correa, Andrés Ceppi y Kenneth Flores

Fuimos de los primeros en llegar, lo que nos permitió dejar las bicicletas cerca de la salida. El día estaba nublado y bastante frío, aunque al menos no se veían grandes olas. De a poco fueron llegando los competidores y armándose el ambiente. Punto bajo eso sí para el DJ que repitió las mismas 3 canciones de 7 am a 4 pm y ahora estarán pegadas en mi cabeza por meses, sin saber si bailar o correr si suenan en alguna fiesta. Rodrigo Salas aprovechó el tiempo muerto para hacer una reseña y homenaje a la carrera deportiva de Claudio, desde sus tiempo de seleccionado nacional de básquetbol y su posterior vuelco a la triatlón, así que con Kenneth nos sentimos más seguros de la preparación espartana a la que nos habíamos visto sometidos los días previos, al más puro estilo de un guerrero samurai.

Luego de elongar, un trote y una pasada frustrada por el baño (no había agua y ya con los nervios se habían desbordado las instalaciones con lo que se me quitaron las ganas), llegó la hora de la verdad: Ponerse el traje y entrar a probar el agua. Creo que en general no tengo problemas con el agua fría, pero esta vez estaba realmente muy helada y si bien dentro del traje se soportaba bien, las manos y la cara dolían bastante. Recuerdo un doble Olímpico en Weihai (China) en que se acortó de 2 giros a 1 de natación por la temperatura, que debe haber sido al menos unos 5 grados por encima de la de Puerto Velero. Pero bueno, ley pareja no es dura y acá en general estamos acostumbrados a aguas más frías (excepto el pobre Kenneth que con esto creo podría optar a nacionalizarse chileno).

Tras la foto de rigor se dio la partida y el grupo se dividió entre los que partieron nadando en diagonal hacia la primera boya (a la izquierda) y los que acortamos corriendo por la parte baja para luego nadar más recto. No sé si la técnica resultó mucho, salieron algunas olas que hacían difícil entrar y contribuyeron a separar más el grupo. Tras batallar bastante al fin se me pasó un poco el frío (o mejor dicho se me durmieron cara y manos y ya no lo sentía) y pude colgarme de un par de pies que iban a buen ritmo, casi hasta el final de la primera vuelta.

Salir a la playa fue un desafío aparte, con mucha resaca y desniveles que te hundían de los tobillos a la cadera en un paso. Tras batallar bastante logré salir a la orilla muy cansado y con las pantorrillas acalambradas producto del frío, algo que nunca me había pasado. Para peor, había perdido a mi "guía" que salió más rápido y ya nadaba de vuelta a la primera boya. Mi cronómetro marcaba 22 minutos, al menos 5 más que mi tiempo normal de nado. De todas formas, más atrás venía un gran grupo disperso así que al parecer el problema no era sólo mío.

Las olas seguían creciendo y con mi pésimo sentido de orientación terminé cerca del zodiak, donde Caté López (salvavidas voluntario de la carrera) me apuntó hacia la boya. Al retomar el camino pude engancharme de un grupo de 3 y nos fuimos juntos hasta la salida, cuando una ola me reventó encima y me dio dos vueltas aunque por suerte caí parado. Otros varios minutos tratando de salir y finalmente entré al parque cerrado. El cronómetro marcaba 46, realmente muy mal, aunque mientras corría a mi lugar Rodrigo anunciaba a los que iban llegando y en general eran los mismos que normalmente salen conmigo, lo que me tranquilizó un poco. Las estimaciones generales después de la carrera apuntaban a que habíamos nadado unos 2.600 metros. No sé si fue mayor distancia o las demoras en entrar y salir por el oleaje, pero sin duda estuvo muy duro.

La transición también fue bastante lenta, ya que con los dedos entumidos no era fácil sacarse el traje y tomar las cosas. De hecho supe de uno que salió tan desorientado que ya pedaleando se dio cuenta que iba sin casco y tuvo que devolverse. En mi caso, la sensación de los dedos de los pies la recuperé recién por el kilómetro 8 del trote.

El ciclismo es mi parte favorita de los triatlones, así que metí con todo desde el principio, pasando a un buen número en la primera vuelta, aunque la velocidad no marcaba lo que esperaba. La temperatura estaba más agradable y no se sentía mucho viento, pero los falsos planos hacían difícil subir de 30 km/h por largos tramos. En general se veían pocos chupados, un poco por lo disperso que quedó el grupo después del nado y porque eran sólo 2 vueltas, aunque personalmente vi a un par que se fueron a rueda el recorrido completo, o al menos las 4 veces que nos cruzamos. No daré nombres, ya que no es el objetivo de este reporte, pero ellos lo saben mejor que nadie, aunque dudo que les importe, ya que se mostraban triunfantes en los podios de sus categorías. Una lástima, especialmente siendo personas que llevan años en este deporte por lo que más vergüenza debiera darles hacer trampa.

La 2da vuelta estuvo más dura por el desgaste de las subidas y el viento que asomó un poco más fuerte. Por el camino me crucé con mis compañeros de equipo: El maestro Claudio, que se había caído pero seguía metiendo con todo como un guerrero, luego Rodrigo Pinto muy mentalizado y ganando posiciones, Kenneth ya recuperado del frío y concentrado en la meta y finalmente Andrés "piérdete una carrera" Ceppi, que normalmente sale atrás del agua pero luego va recuperando lugares siempre con la actitud ganadora que lo caracteriza. Los abastecimientos funcionaron a la perfección con caramagiolas Dextro entregadas correctamente por los voluntarios, que se notaba tuvieron un entrenamiento previo. Terminé haciendo 2:39, unos 9 minutos sobre mi meta, pero en relación a los tiempos de la carrera creo que no estuvo tan mal.

De T2 salí con un argentino y un RPM, corriendo a unos 4:20 por km, aunque creo que ninguno aguantaría el ritmo los 21 kms. En la primera subida el de RPM pegó el primer palo y tuvimos que dejarlo ir. Empecé a sentir un fuerte calambre en la pantorrilla izquierda, seguramente como consecuencia del esfuerzo en la bicicleta, pero me puse como meta no despegarme del argentino, cruzando los dedos para que no acelerara. Al rato pasamos a Ricardo Cumplido, que andaba con problemas en la espalda, pero así y todo se las arregló para terminar ganando su categoría. Ya a la vuelta del primer giro, el amigo trasandino comenzó a quedarse (le "limé la gamba", como me dijo después de la carrera). La pantorrilla estaba aflojando así que decidí seguir sólo y mantener la ventaja que había sacado en el ciclismo sobre algunos buenos corredores de Route que me han alcanzado en carreras anteriores.

El recorrido tenía muy pocos tramos en plano y las subidas se sufrían bastante, aunque por suerte no hizo mucho calor. Pude mantener un ritmo más o menos estable, animado por los compañeros con que nos cruzamos en la segunda vuelta, aunque ya entrando en Puerto Velero me vino un bajón fuerte y me sentía corriendo como un zombi. El spray de propóleo había quedado en T2 y ya sólo pensaba en terminar como fuera. En el último kilómetro pasé a otro RPM que venía caminando, pero me devolvió la mano en los últimos metros. Ya no quedaban fuerzas para rematar picando, crucé bastante mareado y el bajón no pasó antes de varios vasos de Coca Cola y panes con queso con que arrasé en la meta.

Finalmente fueron 1:42 de trote para un tiempo total de 5:11. Mi meta era bajar al menos de las 5:00, pero por las dificultades del recorrido quedé conforme y fue una buena preparación para Pucón.

Sin duda el ambiente fue lo más destacable de la carrera y la premiación empezó puntualmente una vez que llegaron todos los participantes como corresponde. Luego se sorteó un pasaje e inscripción para el medio de Rapa Nui (otro medio 100% recomendable) y ahí empezó una nueva carrera para mí: ¡Tenía 5 horas para estar en el aeropuerto!

Afortunadamente el tío Claudio, que terminó 2do en su categoría, maneja como pedalea así que salimos a toda velocidad hasta T1 en Huentelauquén, donde engullimos las inigualables empanadas con su correspondiente néctar de papaya. Los nervios y la velocidad aumentaron gradualmente hasta llegar a T2 en mi casa, donde en 2 minutos eché toda la ropa limpia que tenía a mano a la primera maleta que encontré mientras ensayaba algunas excusas inverosímiles para el radiotaxi que llevaba una hora esperándome en la puerta. Finalmente llegué al counter a 1 minuto de que cerraran, con la polera de la carrera y más transpirado que monja con atraso, pero feliz de haber podido correr Puerto Velero 2012, mi cuarto 70.3 este año.

Un vecino de transición me hizo un buen comentario sobre mis reportes anteriores, así que decidí escribir éste aprovechando las cerca de 36 horas de vuelo a Shanghai. Mirando lo largo que quedó, tal vez fueron más horas de la cuenta... Espero no se hayan aburrido mucho. Sólo me queda felicitar a Rodrigo Salas, equipo y voluntarios por la organización que estuvo impecable y agradecer a Rubén y a mis compañeros del TYM por la preparación y a Trichile por cubrir las carreras y crear un espacio para que triatletas de todos los niveles podamos informarnos, aprender y compartir experiencias.

Un abrazo,

Ernesto Aramburú
TYM

Fecha de la carrera: Domingo 09 de septiembre de 2012

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Tremendo sacrificio que hiciste Ernesto. Viaje, carrera, viaje es para matar a cualquiera. Tremenda fortaleza. Felicitaciones y muy entretenido tu race report.
Ricardo

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