María Paz Ibar: IM 70.3 Pucón 2014

Hola, me presento a esta gran comunidad de triatlón. Soy María paz Ibar, interna de medicina de la U mayor. Este año corrí mi primer Ironman 70.3, siendo la primera Puconina en correr este maravilloso triatlón. Salí tercera en mi categoría 18-24, con un tiempo de 5 hr 44 min.

Hoy quise contar mi experiencia, además de aquellos que han competido en otras oportunidades, para aquellos que se están integrando actualmente. Y por qué para ellos? La respuesta es simple, se basa en mi historia, ya que hace un año y medio sólo me dedicaba a estudiar y salir con mis amigos y si me preguntaban por tiempo libre, antes de pensarlo ya estaba respondiendo que no tenía. Pero un día me propuse cambiar esto, algo me decía que había llegado el momento de cerrar un ciclo para comenzar otro. Por supuesto mis amigos se rieron cuando les conté que quería hacer deporte. No vengo de una familia de deportistas, todo lo contrario, siempre hemos sido amantes del sillón, la TV y la buena mesa. Y además de jugar fútbol, nunca pensé en ser atleta.

Sentí el llamado y lo seguí, partí sola en septiembre del 2012 en el gym y al poco tiempo descubrí que hacer deporte es adictivo, y que ya no me sentía a gusto encerrada en 4 paredes, quería salir y comencé a correr libremente por mi ciudad. En el camino encontré a mucha gente que le había ocurrido lo mismo, apoyaron mi decisión y me hicieron sentir que ya no estaba sola, sino que era parte de un equipo, el Route Temuco.

Al tiempo hice mi practica de verano del 2013 en Coyhaique, me integré al Parque Austral que tenía piscina, comenzó mi inquietud por nadar croll, como no sabía nadar, decidí ir todos los días a entrenar, allá estaba sola, así que vi muchos videos y aprendí de todos un poco (mi deficiente técnica de natación me acusa a diario), después me integré a clases de natación en la U, no me perdía ninguna. En el agua aprendí lo que realmente significa la palabra constancia.

En febrero del mismo año amigos triatletas se enteraron que aprendí a nadar y me invitaron a un sprint en Carahue, me prestaron la rutera e invite a mi familia con la esperanza de que pudieran ser mis auspiciadores en las que vendrían. Como siempre somos menos mujeres saque podio, fui segunda y aunque llegué de las últimas y me ganó una niña de 10 años, estaba inmensamente feliz porque por fin estaba definiendo lo que quería en este mundo deportivo.

Fue un cambio muy drástico en mi vida, me costó mucho complementar la carrera, la vida social y mi deporte. Pero llegó un punto donde salir a entrenar ya no era un deber, sino una necesidad y cuando mis amigos desistieron de llamarme para carretear, descubrí que lo estaba haciendo bien, y decidí que, si podía tener cambios tan grandes en mi vida también podía alcanzar metas deportivas de mayor nivel, y en marzo comenzó a moverse en mi mente la gran idea de correr el Ironman de Pucón.

Siendo puconina quise conseguir el cupo que entregaba la municipalidad. Me costó mucho obtenerlo porque no tenía historia de competencias de Tria además de Carahue. Pero no me rendí, me contaron que no había historia de una mujer de Pucón que lo hubiese corrido y me afirmé de ese argumento apelando a que iba a ser la primera puconina que representara a la comuna y finalmente me lo dieron. Por supuesto todos mis amigos tanto de vida como de entrenamiento pensaron que estaba loca, pero me apoyaron.

En el camino surgieron muchas personas que me dijeron que no lo debía hacer, que me lesionaría, que no podía, que no terminaría, y aunque nunca le he prestado mucha atención a los comentarios, mi mente jugaba en contra cuando era la semana de exámenes, y a veces, teniendo que pasar de largo, estar a las 6 am corriendo en el cerro. En esos momentos dolía un poco y no miento que el miedo se apoderaba de mí. Fortalecí mi alma y voluntad, arrojé mis espantos a la ruta, seguro mis papás y abuelos se sorprenderán en saber cuando las lean! Pedaleé de Pucón a Temuco sola porque tenía impregnado en mi mente que las mujeres no deben salir solas a pedalear, también nadé con un oleaje tremendo hacia el interior del lago cuando personas mas precavidas decidían desistir y corrí y corrí y corrí con o sin compañía ya que no me iba a parar, por supuesto por seguridad no recomiendo esto que hice, pero la verdad no saben cuanto me ayudó.

A un mes del Ironman logré pasar todos mis ramos (no voy a mentir que me costó mucho más que antes) y habiendo cumplido con la mayor parte de mi entrenamiento, hablé con mi coach y me fui a Pucón a entrenar. En la ruta conocí a personas espectaculares que correrían en enero, de ellos rescato la magia, hacerme entender que esta carrera no se realiza sólo con el físico y la cabeza, sino que sobre todo entregando el alma y voluntad de vencerse a si mismo.

El día de la carrera antes de partir en el agua el alcalde me abrazó y me preguntó si estaba asustada, lo pensé y salió un NO, muy claro y feliz, me pidió que por favor me cuidara mucho, y sentí que ya era el momento de partir. Todo se conectaba hacia mi mente, cuerpo y espíritu. Ver a toda mi familia corriendo junto a mi en las transiciones fue lo máximo, disfrutar de la belleza de este maravilloso entorno junto a mi rutera, y terminar corriendo con la energía que te entregaban las personas que nos van a apoyar. Será un recuerdo que se quedará por siempre en mi memoria. Sin duda es la carrera más linda del mundo.

Una carrera que me hizo entender que es tu decisión si lo vas a lograr o no, porque los límites los estimamos nosotros, y que mucha gente te puede decir que no te arriesgues, sobre todo los que más quieres, ¿pero quién puede disfrutar la magia de la vida sino se arriesga? Y aunque suene extraño, escuché el llamado del Ironman y lo seguí y fue lo mejor que me podría haber pasado en la vida, ahora la pregunta es si tu, que estas comenzando ¿te atreverás?