La trompeta y la bandera

Al mediodía del 11 de octubre de 1992, un chileno que estaba radicado desde hace algún tiempo en la ciudad de Kona en la Isla grande de Hawaii escucha en la radio que otro connacional estaba peleando el primer lugar del famoso Ironman. De la carrera sólo sabía que existía porque ese día se alteraba todo el tránsito de la pequeña localidad. Movido por la curiosidad y por el natural patriotismo de los que están lejos de su patria decide ir a alentar a este chileno que no conoce. Escucha que se llama Cristian Bustos. Empieza a sentir su magnetismo.
Excitado toma todo lo que pueda ayudar: una trompeta y la infaltable bandera Chilena. En el último segundo antes de salir decide desatornillar un palo de escoba para poner la bandera. Se dirige al sector de la meta y se instala en la esquina de Hualalai Road y Alii Drive a unos 500 metros del final. La espera se hace eterna.  Aparece primero Mark Allen. Siete minutos después aparece Cristian. La emoción es intensa y el protocolo desaparece. Ya no basta con verlo pasar. Rolando Hidalgo decide lanzarse a la aventura y ser parte de este inmenso logro. Corre desbordado a un ritmo frenético para sus estándares. Codo a codo con Cristian. Como si lo conociera de toda la vida. Le pasa la bandera y el continua tocando la trompeta hasta pocos metros antes del final. Por un minuto se sintió en Chile y esa emoción se plasmó en esta imágen. Rolo nunca más se olvidaría del Ironman. Ha recibido con un enorme cariño a todos los triatletas chilenos que llegan cada año a Hawaii. Participa con mucho entusiasmo de la Parade of Nations que se realiza días previos a la carrera. Este recuerdo es un agradecimiento de todos los que conocemos de su simpatía y sencillez.