Pucón 2008: mi última carrera

Esta foto representa la tremenda alegría de alcanzar la meta y a la vez la tremenda alegría de estar vivo disfrutando las oportunidades que nos da la vida.

El triatleta de la foto, fue protagonista del circuito de triatlón desde 1990, cuando era un Ironkid. Fue miembro del ya extinto Club Kila de Temuco, luego de la UC, Club Las Condes y finalmente de Cristián Bustos. Entre sus logros, ganó circuitos de duatlón, circuitos de triatlón Olimpo y el 2003 fue ganador de la categoría 25-29 en el Half IM Pucón, donde obtuvo un cupo para el IM Canadá, el cual finalmente no pudo ocupar.

El domingo 20 de enero de 2008, en Pucón, con 31 años, Juan Pablo Burgos, el protagonista de esta foto, cruzó la línea de meta del Ironman 70.3 de Pucón, su última carrera. Lo hizo con su hijo en hombros y con un tiempo de 4 horas 47 minutos 4 segundos (33:16 en la natación, 2:36:10 en el ciclismo y 1:33:33 en el trote).

Según sus palabras su experiencia es muy extraña, inclusive para los propios especialistas. Nos cuenta que ese Pucón fue una carrera muy entretenida para él, ya que habían pasado 2 años en donde los entrenamientos no habían sido constantes, dado que por razones académicas y laborales no había tenido el tiempo deseado. Pensaba que el 2008 iba a ser su año y se iba a poder preparar como él quería para la temporada siguiente, así que para esta carrera sólo tenía planificado disfrutar. Y así fue. Había entrenado lo suficiente para ir cómodo, aunque no estaba rápido. Cruzó la meta con su hijo en hombros y se fue a la carpa a comer algo. Después se fue a la península a ver pasar a unos amigos que corrían por primera vez. Luego volvió a la meta a sacarles fotos.

Repentinamente, mientras esperaba a sus amigos y conversaba con Sergio Ulloa (nadador master), y sus respectivas esposas, la vista se le puso negra por un par de segundos. Pensaban que era por el cansancio de la carrera. Pero inmediatamente le volvió a suceder lo mismo, pero, además, sintió que en el pecho algo se succionaba, las piernas débiles y que su corazón comenzaba a latir como loco. En ese momento, se dijo "algo pasa, ayúdenme a ir a la carpa médica”. Allí le explicó al médico su historia clínica en forma rápida (Juan Pablo al igual que muchos deportistas, había tenido taquiarritmias supraventriculares). Le realizaron maniobras vagales para reducir ese tipo de arritmias, pero no funcionaban. El corazón de Juan Pablo movía la camilla igual que cuando hay temblor grado 5. Todo era una locura!!!

Lo trasladaron al hospital de Pucón. Era un caso de extrema urgencia. En el hospital no había especialistas, por lo que los médicos no sabían que hacer. Se comunicaron con Santiago para saber que hacer, ya que tenían a una persona en la sala de urgencias con 280 de pulso, que movía la camilla con la fuerza de su corazón, pero que increíblemente estaba conciente, sin dificultad respiratoria, con buena saturación de oxígeno y hemodinámicamente estable. El cardiólogo de Santiago preguntó si ya estaba intubado o había hecho paro cardíaco.

Estuvo así por más de una hora, con el corazón a punto de reventar e increíblemente sin fatigarse (el corazón es un músculo fatigable), hasta que le hicieron cardioversión por medio de electro shock. Ese fue un momento de gran tensión. Había 50% de posibilidades de ir a paro cardíaco y 50% de salir exitoso. Los médicos le dijeron "discretamente" a su señora que se despidiera, por las dudas.

Afortunadamente, Juan Pablo nos pudo contar la historia y nos envío su última foto en el triatlón, deporte que hasta el día de hoy le apasiona, a pesar de no poder practicarlo más. Él señala que todavía está viviendo un luto y aún le parece que está soñando y que pronto podrá volver a entrenar el que según sus palabras es...."El deporte más lindo del mundo!".