El Mundial desde el prisma de Claudio Nieto


En Australia tuve una nueva oportunidad de compartir unos días con Claudio Nieto, un gran amigo que me ha dado el triatlón y que día a día aprendo más y más de él, ya que es una caja de sorpresas, con sus cuentos y filosofía.

Lo conozco desde el IM de Brasil el 2006, pero en aquella época para mi era un simple militar, no lo conocía. Fue cuando comenzamos con Ricardo esta aventura de Trichile que comencé a conocerlo en serio, ya que en eternas charlas o intercambios de mensajes logré descubrir que detrás de ese uniformado hay un tipo fuera de serie, que además expresa en palabras sus sentimientos. Pocos lo logran. Bueno, él es uno de ellos y además escribe de lo que nos apasiona: Triatlón, pero en formato de cuento.

Hace tiempo que estaba alejado de nuestra tribuna, pero gracias a la gran unión que hubo en el Mundial IM 70.3 de Australia tuvo el valor de volver a escribir para nosotros y para Uds. Esto fue lo que nos contó… Imperdible y no sólo para los mundialistas y sus acompañantes, sino para todos aquellos que aman este deporte. A continuación…

Exploradores de matices y complejidades

Mi sueño de niño fue ir a los Juegos Olímpicos en la disciplina de natación, así me sumergí en océanos reducidos desde los 8 años. Si me preguntaban que quería ser cuando grande, yo respondía.. “quiero seguir jugando…”

También desde niño frecuenté montañas. El tránsito al mundo vertical fue algo normal, entendí el significado de estar unidos por una cuerda, se podía extender pero no cortar. Esquiar desde las tierras altas y sentir el viento azotar mi humanidad, fueron manifestaciones habituales para ser adulto. Esas catedrales mágicas invitaban a mis afanes de estar mas cerca de las estrellas. De las 14 cimas mas altas del mundo, una de ellas tendría que estar bajo mis crampones, fue mi segundo sueño deportivo.

Cuando entendí que el triatlón era una disciplina dividida en tres, comprendí que algún día debería clasificar al Olimpo de un alma fraccionada en tres. El ironman de Hawaii es el sueño de todo triatleta de larga distancia, con sus 3.800 metros de natación, 180 km de ciclismo y 42 km de pedestrismo. Se transformó en mi tercer sueño deportivo.

Mi vida ha transitado entonces, en seguir jugando, en creer que es posible que el oficio sea tu afición y que los tropiezos para encontrar el camino adecuado son necesarios para aprender.

Y aquí estoy, caminando en pos de mis sueños, con la esperanza de un hombre despierto. Sin embargo, lo que convoca para esta redacción son otros afanes que se han transformado también en pasiones.

Voy a describir que de tanto buscar sensaciones intensas, he llegado al convencimiento absoluto de lo siguiente: las vidas de aquellos seres felices que recorren largas distancias al amparo del sudor son episodios románticos que es necesario dejar testimonio. Aún en estos adultos que se dedican al arte de nadar inmensidades, cabalgar bicicletas en pendientes sin nombres y correr inmunes por más de 4 horas, son, eternos buscadores de matices y complejidades, exploradores del infinito mundo del cansancio y de la perfección absoluta.

El campeonato mundial de triatlón en Australia, convocó a 35 chilenos que decidieron enfrentar el proceso. Tuve el privilegio de ser testigo de sus vidas en una competencia donde enfrentamos viento, calor y pendientes.

Estos 21 guerreros y 14 amazonas cabalgaron con historias personales maravillosas en el sendero que culminó (o se inició) al cruzar la meta en Mooloolaba, (where the world will shine)…

Soy un convencido que nunca es tarde para aprender, pero a veces es demasiado temprano para entender el propósito de cada circunstancia. Cada momento tiene su afán, y sin lugar a dudas cada uno de nosotros aprendimos en esta carrera.

Como todo arte se refleja en la verdad, un triatleta encuentra su identidad en la búsqueda de su verdad. Esta década, la verdad se ha transformado en tiempos, número, cuantificación, ritmos, umbrales, lactato, watts… palabras que no todo el mundo entiende, pero ¿qué importa?

Uno de los propósitos que intento contarles, es que estos protagonistas que deslumbran con sus prestaciones deportivas, tienen a alguien que los está mirando, escuchando y acompañando de un modo u otro. Son las madres, novias, esposas, esposos, novios, padres, hermanos, amigos y toda clase de descripción que podamos hacer del otro ser humano que se dedica al oficio de acompañar y apoyar, siendo el bastón y soporte de estos guerreros y amazonas dedicados a la intención de cansarse para buscar su verdad.

El primer aprendizaje de este viaje fue conocer los detalles de cada historia de aquellos que acompañaron a estos deportistas y dejaron testimonio escrito en mi cuaderno de viajes. Algunas de estas historias las resumiré en un par de notas salidas del corazón. Porque al final, cruzar la meta vistiendo una sonrisa, recibir un abrazo, toalla o medalla, resume a esas almas que nos acompañaron en el sendero que elegimos. Almas que están de espectadores, buscándonos para inmortalizar el momento con una fotografía, gritándonos, viviendo otra carrera alternativa. Cansadora, extenuante, tremendamente silenciosa y mágica. Almas que conocen cada momento de preparación y son testigos del entrenamiento invisible. Con los que tuve la oportunidad de compartir detalles de lo descrito son: Mónica Prado (señora de Raúl Lyon), Paloma Fernández (novia del subcampeón mundial Eduardo della Maggiora), Alfredo Irarrázaval (novio de Pía Sanhueza), Daniela del Pozo (novia de Osvaldo Pereira), Pilar Acevedo (madre de los Santa Cruz… mis hermanitos menores), Alma Hoyuela (señora de Ricardo Cumplido) Tamara (hermana de Aaron Paz), Paula Zuñiga (señora de Claudio Soto), Josefa Iribarne (señora de Baptiste Santander, el fenómeno fisiológico que hizo que tomara la decisión de comprar el pasaje… junto a la gran ausente Feñita Polanco), Rubén Arias (entrenador del subcampeón mundial).


Daniela del Pozo y Osvaldo Pereira (IZQ) y Eduardo della Maggiora y Paloma Fernández (DER)


Mónica Prado y Raúl Lyon (IZQ) y Alfredo Irarrázaval y Pía Sanhueza (DER)

Tamara y Aaron Paz

El segundo aprendizaje fue que éramos un equipo, no sólo representantes de un país (reflexión de Ricardo Cumplido), fuimos un cuerpo, tuvimos identidad y compañerismo desde que Catherine Souyet nos recibió en su hogar con un gesto de regazo materno inolvidable. Ahí, nos presentamos, miramos a los ojos, hablamos acerca de nuestros sueños, dónde habíamos clasificado… hablamos del vientre de la emoción… no de la razón…

Tener identidad significa liderazgo, protagonismo y prestancia. Como decía Pía Sanhueza“no puedo permitir cruzar la meta sin una sonrisa, independiente mi resultado”… o la reflexión de Carolina Stenger “ya no era cansancio, era emoción, coronando esto con mi prima, amiga y compañera (Dani Palma de las niñas del TYM) y el Folo inmortalizando el momento en la meta… la meta era nuestra!!!…era chilena!!!… fue mi mundial soñado, esperado y saboreado” o Moisés Torres “llevo conmigo un mundo que sabe lo que es soportar niebla, lluvia y frío, es la complejidad del triatlón en el sur de Chile, por eso estoy feliz de ser embajador penquista para aquellas personas que desean mejorar su calidad de vida” o Manuel José Conejeros “mi meta es la culminación del deber cumplido, el propósito de entrenar tres deportes… decir… yo puedo…” o Consuelo Jaeger “soy feliz de volver a estas tierras que me transformaron en triatleta” o la mejor de nuestras representantes, Macarena Salazar “tenía que decidir si ir al mundial de distancia olímpica o venir a Australia, he conocido personas increíbles de todas las edades y somos todos iguales, no hay edad que distinga nuestros corazones”. El privilegio de volver a encontrarme con Aída Milinarsky (competimos junto al Folo, Ricardo Cumplido, Pablo Safrana y Sylvia Reyes en el Ironman de Brasil’06), hace 10 años frecuentando un sendero bastante parecido a la felicidad. “Correr con los mejores del mundo, esto sí es un desafío” (Tomás Santa Cruz). “Gratitud y pasión por lo que hago, estar aquí a los 19 años con este grupo de personas maravillosas es increíble” (la Popi). Son algunos testimonios que representan lo que sentimos en esta aventura.

Mi compromiso fue volver a la redacción de cuentos deportivos para Trichile y complementar la prosa científica de mi profesión. La intención era un cuento, pero creo que la historia la escribieron estos 35 representantes que dieron batalla en tierras canguras.

Lo más hermoso de este oficio, es que las perspectivas cambian con el tiempo, hay otra dimensión atrás de cada carrera cuando nos hacemos mayores. Como decía Raúl Lyon “me propuse este mundial hace dos años, estar aquí con mi esposa… a darlo todo ese domingo” o nuestro subcampeón mundial Eduardo della Maggiora “es la culminación de un camino cargado de esfuerzo, conocimiento, sacrificio pero, sobre todo, alegría”. “El desafío de mis capacidades personales” (Osvaldo Pereira), “Aprendizaje, legado y amor” (Baptiste Santander).

Llevo 20 años en este oficio de nadar, conversar con Rocinante (mi bicicleta) y correr. Entrenando para los Juegos Olímpicos Militares en Corea el año pasado tuve una lesión al tendón de Aquiles con un mal pronóstico. ¿Qué aprendí?, que instantes como los de este viaje con las familias de mis compañeros de equipo, sus historias, sus leyendas personales, son el mejor regalo que me podía pasar para volver a competir en triatlones de larga distancia. “Sigo disfrutando y vibrando con ustedes” (Paloma Fernández). “Apoyar a mi marido y al gran grupo de chilenos desordenados con quienes hemos pasado grandes momentos” (Mónica Prado). “Tremendo grupo y un gran orgullo ser parte de esta historia, poder partir y llegar juntos con la más linda” (Alfredo Irrarázaval). “La vida que nos merecemos” (Aaron Paz).

Por mi parte seguiré jugando… tomaré prestado la redacción poética del gladius (aforismo empleado por el Lalo Araya para el superlativo/a atleta que se destaca en el entrenamiento del sábado y es reconocido por sus pares en el mail colectivo de motivación heroica del entrenador) y será para este equipo chileno que se dio el tiempo de convocarse, abrazarse y apoyarse, explorando matices y complejidades que hacen que nuestra aldea sea un mundo eterno, mágico, sencillo, simple, humilde y feliz…

Claudio Nieto


Jueves 8 de septiembre de 2016

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