Supérate: Teorías de Metas



Focalización: Teoría de Metas
Tips de Coaching Mental
Andrés Ceppi, autor del libro ¡SUPERATE! Del Sofá al Triatlón

Las metas son una poderosa herramienta para focalizarnos y convertir nuestros sueños en realidad, sobre todo cuando las declaramos públicamente y las socializamos en nuestro entorno familiar y de amigos, o las dejamos claramente por escrito.

Las metas nacen cuando abrimos la boca y declaramos un futuro que no existe, pero el cual pretendemos hacerlo realidad a través de nuestras acciones. La “palabra” crea la realidad que vamos a vivir.

Por lo tanto, las metas tienen dos momentos: cuando las hacemos y cuando las cumplimos. Por lo tanto fijarse metas conlleva un riesgo, ¿Un riesgo a qué?

Al adquirir una meta nos arriesgamos a fracasar y esto es muy duro para nuestra identidad y nuestra autoimagen. Por lo mismo, muchas personas prefieren mantener metas cualitativas y más abstractas tales como “haré mi mejor esfuerzo”

De todos modos las metas cualitativas son muy importantes al hacer algo por primera vez, tales como “mi meta es gozar y pasarlo bien”. Si al contrario sólo nos ponemos metas cuantitativas, es posible que después de un tiempo se transformen en una obligación a cumplir y perdamos el norte, que es disfrutar del triatlón.

Seguramente estas exigentes metas cuantitativas autoimpuestas que con los años ya no se pueden cumplir, es lo que lleva a muchos “Elite” a abandonar el gran deporte y pasión de sus vidas, por no poder soportar el perder su status de “Macho Alfa” y de “primus inter paribus”.

Por lo tanto el lema es: ¡Nunca dejes de gozar!, ¡primero gozar, luego terminar y al final las marcas que busques alcanzar! Después de todo, el triatlón es para muchos de nosotros un deporte que nos permite disfrutar, socializar y mantenernos en forma.


Andrés Ceppi en una charla en la tallarinata del Iron Antofagasta

Pero, sin olvidar lo anterior, también podemos dar el salto y salir de la zona “cómoda”, buscando disfrutar de la mejoría de nuestro rendimiento. En vez de evitar los compromisos y el riesgo al fracaso, podemos utilizar ambos a nuestro favor, incluso el temor al fracaso termina siendo un aliciente y motivador para no “soltar” una meta en la mitad de una competencia, cuando sentimos que nos faltan las fuerzas ¡Póngale Wendy!

Mi abuelo decía: “El éxito no es lograr una meta, sino que cómo la logras”. De este modo observamos que la meta lleva otro riesgo. Existen algunos triatletas, que por el afán de lograr una meta y superar a otros, se “saltan parte” del circuito, “toman atajos”, dan “vueltas antes” o sencillamente concientemente “hacen un giro menos” pensando que nadie los ve.

A este grupo también agregamos a los que se pichicatean y sufren del “Síndrome de Armstrong”, hacer “todo” lo necesario con tal de ganar. Para ellos es tan importante el reconocimiento y status derivado del logro de metas, que se saltan todos los códigos éticos y terminan haciendo trampas que enlodan la misma identidad que deseaban “endiosiar”.

¿Cómo se debe formular una meta? La teoría de metas dice que las metas propias son mejores que las metas impuestas; “yo voy a correr” es mejor que “el doctor me dijo que debo correr”.

A su vez, las metas cuantitativas muy específicas son mejores que las cualitativas. En vez de decir “Voy a correr el Half de Arica”, es mejor decir “voy a correr el Half de Arica igualando mi mejor tiempo, es decir en 5h39min: natación en 38min, T1 en 3min, bicicleta en 3h, T2 en 2min y trote en 1h56min".

Las metas difíciles, ambiciosas pero alcanzables son mejores que las metas fáciles o sólo alcanzables. Para ello debemos conocer muy bien nuestras capacidades y a partir de ello apuntar más alto: “En el Half de Arica voy a bajar mi mejor tiempo, es decir, lo voy a hacer en menos de 5h30min”.

Para la inmensa mayoría que compite contra sí mismo, la recomendación es:

  1. Tener metas cuantitativas, específicas y ambiciosas para el año en curso, para cada carrera y dentro de ellas, para cada disciplina y transición.
  2. Nunca perder el foco en el “gozar”, bajo el lema “el cansancio y dolor es momentáneo, la gloria es eterna. ¡Vamos que se Puede!”
  3. Poner los objetivos por escrito, difundirlos y socializarlos, para que se transformen en un verdadero compromiso y estimulen nuestra ambición ¡Foco y Motivación!
  4. Ser honrado tanto a la hora de difundir las metas, evitando tener tanto una meta pública y otra privada, para evitar la “supuesta” vergüenza de no cumplirla.
  5. Y ser honrado a la hora de competir, evitando los artilugios poco éticos para cumplir las metas. ¡Los tenemos identificados, señores!

Que el temor al fracaso y la supuesta vergüenza no hagan perder el valor que tienen las metas: Ser uno de los motores de nuestra propia SUPERACIÓN personal.

El libro ¡SUPÉRATE! Del Sofá al Triatlón, se puede comprar en www.logoaccion.com. Las consultas pueden hacerlas a mi Twitter: @Andres_Ceppi


Andrés Ceppi

Psicólogo Triatleta

TYM


Martes 14 de mayo de 2013

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