El laboratorio del Negro: Cuesta Lo Prado
La cuesta Lo Prado data de fines del Siglo XVIII, cuando era Gobernador Don Ambrosio O'Higgins, y se cambió el trazado a Valparaíso por la Cuesta Lo Prado - Curacaví - Cuesta Zapata, acortando el recorrido a 140 km desde los 180 km cuando se hacía por Melipilla. Esta nueva ruta se conoció con el nombre de "Camino de O'Higgins”. Cuando Carlos Valdivia (más conocido como “Negro”) nos ofreció mostrarnos su “laboratorio”, como él llama a la cuesta y el plano (o falso plano más bien) que la antecede no tuvimos duda. Es de las pocas cuestas que nos quedaban por pedalear en la cuenca de Santiago.
Primero decir que es muy fácil y rápido llegar a los pies de la cuesta en auto. Por Costanera Norte hasta la ruta 68 camino a Viña y seguir las instrucciones del camino hacia la Cuesta Lo Prado ya que están muy claras. Un poco antes del peaje se cruza de norte a sur por sobre la carrera para tomar a la derecha y avanzar en paralelo a la ruta 68. Son 4 km de falso plano para llegar a los pies de la cuesta. Hay estacionamiento amplio a la derecha del camino.
La cuesta tiene 4,29 Kilómetros y su pendiente es extremadamente pareja en torno al 6% y 7%. Sólo tiene un tramo al 3% 4% y otro a poco de la cumbre que llega al 12% y donde verdaderamente se sufre. Pero tranquilos, que deben ser unos 200 metros. Se sube de 525 msnm a 788 msnm. Es decir, se ganan 262 metros lo cual en 4.290 metros es una pendiente promedio de 6,1%.
La clave en estas subidas parejas es agarrar un ritmo y cadencia cómodos e intentar sostenerlo sin jugar demasiado con los cambios de ritmo que lo único que hacen es hacer subir el pulso con limitados beneficios en términos de tiempo.
La subida es tan agradable que incluso da como para disfrutar el paisaje. En efecto, a lo largo de su recorrido hay hermosas vistas hacia la Mina Lo Aguirre y el Centro de Estudios Nucleares hacia el norte y un contaminado Santiago y la cordillera con algo de nieve hacia al este. Una vez en la cima hay una hermosa vista hacia el valle de María Pinto. El camino del otro lado no está pavimentado por lo que quedó pendiente una nueva aventura con MTB. La bajada se hace muy agradable. No tiene curvas peligrosas y se hace cómodamente a 50 a 60 km/h.
El camino está en excelente estado y prácticamente no hay flujo vehicular en esta parte del trayecto. De hecho, la cuesta tiene prohibido el tránsito de camiones. Sólo nos cruzamos con 2 autos. Uno que subía a skaters y una camioneta que subía a MTBikers con bicicletas de descenso.
Pero lo interesante del “laboratorio” de Carlos Valdivia no sólo es la cuesta. Resulta que a los pies de la cuesta hay un plano con pavimento en muy buen estado que ida y vuelta totalizan 14 km, lo que sumado a la cuesta suma 22 Kilómetros. Cuatro (4) vueltas hacen un entrenamiento de excelentes 88 km con 17 km de subida. El plano es relativo, ya que en realidad es un falso plano con una pendiente de 1% a 2% que va paralelo a la carretera 68 en dirección a Santiago, cruza por sobre la ruta 68 hacia el lado norte y retorna en dirección al túnel pasando frente a la discoteca Broadway hasta la entrada a la mina Lo Aguirre justo antes del peaje. Se retorna por el mismo camino hasta los pies de la cuesta. Excelente alternativa para entrenar con niños. Como dije, pavimentos en excelente estado y prácticamente ausencia total de autos. Un circuito 100% recomendable.
Agradecimientos a Garmin por entregarnos todos los datos de distancia, altimetría, frecuencia cardiaca, velocidad, temperatura y todas las gráficas algunas de las cuales se muestran en este artículo y agradecimientos por la invitación a Carlos Valdivia a su “laboratorio” y a todo el equipo de guerreros que nos acompañó en esta aventura.
por Ricardo Cumplido (Miércoles 12 de agosto de 2015)