Andrés Ceppi: Sprint ITU Viña 2013


“Mas sabe el Diablo por Viejo que por….”

La semana pasada casi no alcancé a entrenar producto que he estado en todo el tema de las correcciones finales y V°B° de mi libro ¡SUPERATE! Del Sofá al Triatlón, por cuanto su lanzamiento estará para la Expo Maratón de Santiago (Stand 02).

Así llegue al día viernes muy cansado. Tenía pensado viajar el viernes muy tarde y alojar en el departamento de viña, finalmente opté por quedarme en Santiago.

Así que a las seis de la mañana estaba listo para partir y llegar justo a la hora que abría el parque cerrado. Prendo el motor… ¡Nada!, lo intento de nuevo… ”la batería no hacía ni conejo” y como auto automático no se puede empujar… Corro tomo las llaves del auto de mi señora con el propósito utilizar su batería para prender mi auto y una vez encendida, cambiar y así cargar la mía (“técnica de los taxistas”). Pero a esa hora no se veía nada y a pesar de la ayuda del “diarero”, no daba con las tuercas, así que cambio… Me fui a buscar un taxi para pedirle ayuda, pero a las 6:40 a.m. no encontré ni uno… ¿Solución? Sacarle el auto a mi señora y salir cascando y así no más lo hice ¡aunque arriesgaba pena de muerte!

A esa hora la carretera estaba vacía y al parecer había viento a favor porque a las 8:05 llegué a Viña ¡Yes, Yes, Yes! A apurarse porque el parque cerrado se cerraba a las 8.20 a.m. Y justo ahí aparece un carabinero y me señala que producto de la carrera, la calle San Martín estaba cerrada y debía darme una gigantesca vuelta… ¡Ah no!, estaciono, saco mi “bicornio negro azabache”, me hecho la mochila en la espalda y pedaleo las 10 cuadras que me quedaban… ¡Por fin llegué!, rápidamente retiro mi kit, y de ahí arreglar las cosas y en un santiamén me estaba poniendo el traje de neopreno, hasta alcanzo a hacer una entrevista para Rod (VTR) sobre mi libro.

Dos minutos más y al agua… ¡Les juro que la encontré tibiecita!, sin embargo miraba a mi alrededor y estaban todos pálidos de frío, nadé y algo me relajé… de ahí a la partida, 3, 2, 1 ¡Pum! Al agua pato, todos corremos con un solo norte, entro y me voy detrás de un pequeño grupo, que agradable, estoy gozando… en algún minuto en la mañana pensé que no llegaba, por lo tanto consideré que esto era una bendición, primera boya y vuelta, sigo dentro de un grupo, genial, porque en más de alguna vez me ha tocado ser último en el agua.

Nueva boya, giro hacia la orilla, aceleremos… ¿Y cómo voy a salir?, en Viña es común que cada tres olas revienta una grande, pero ¿cómo voy a tener tan mala suerte?, así que sigo no más, 50 metros, 20 metros, 10 metros, 3 me…. ¡Glup, Glup, Glup!, justo me golpeó una ola por la espalda, me hunde, veo burbujas por todos lados, no llego a tocar el fondo, pero no me desespero, ya he pasado antes por esto, sin embargo todavía estoy dentro de la ola, un par de segundos que me parecen eternos, y por fin aire, tomo una tremenda bocanada, toco el fondo y salgo corriendo rápidamente para que no me agarre otra ola… al fin fuera, pero me siento algo cansado al trotar hasta el parque cerrado.

Una vez ahí tomo la bicicleta, y me voy pedaleando en dirección del reloj de flores, ahí me voy fijando metas: alcanzar al que va delante mío y así paso a varios en las dos primeras vueltas, hasta que en una curva tipo “s” bien estrecha, siento a un ciclista detrás mío, entramos en paralelo en la curva y lo único que le pido es que no me haga una encerrona… Me pasa y me pongo detrás de él y ahí me doy cuenta que es un grupo de cinco ciclistas, dos son del TYM, mi club, así que en un momento quedamos los tres juntos encabezando el grupo. Súper rápido iban estos “cabritos”, sólo pude mantener ese ritmo un par de kilómetros más y luego los dejé ir, era mucho para mí.

A todo esto al dar las vueltas en “U”, observó que otro miembro del TYM, Erick Toledo, “un jovenzuelo treintañero”, viene a unos 300 metros detrás mío y acortando, seguramente con el propósito de alcanzar a este “cincuentón”. Le pongo firme y termino llegando al parque cerrado, bajándome ridículamente con los dos pies, sobre el perfil de la bici, porque se me soltó el enganche del pie de apoyo.

Una vez ahí, cambio de zapatillas y me pongo a trotar, pero siento algo raro… ¿Qué? ¿Y mis pies? Troto y ¡no siento mis pies, están congelados!, sigo un trote esforzado, pero buscando velocidad, por ahí me pasa otro cincuentón como yo y no le puedo dar caza, completo el primer giro y me doy cuenta que Erick viene a menos de 50 metros, no aflojo el primer segmento de la última vuelta y sigo y sigo, al llegar al giro final antes de correr el último kilómetro y fracción hasta la meta, siento la presencia de alguien detrás mío, era Erick que me dio caza, ¿Qué hago? ¿Acelero? No, me va a reventar, ¿Lo dejo ir?, tampoco, si soy fondista y tengo cuerda para rato, ¿Lo sigo?, ¡sí por supuesto! ¡No por mucho madrugar se amanece más temprano!

Me voy pegado a él, Erick acelera y yo lo sigo, ¡De atrás pica el indio!, siento el corazón al máximo, pero no lo voy a soltar ¡Dale!, ¡Dale!... Cuando quedaban menos de 500 metros, no aguanto el ritmo y lo dejo ir, no sin sentir la decepción por ello. Unos metros mas allá veo las banderas de la meta y Erick mantiene los mismos 20 a 30 metros de distancia ¿Me la juego? Y ahí comienzo un sprint para darle caza, llegando a la meta decido aguantar la respiración para que no sienta mi jadeo ni esfuerzo, el levanta las manos y yo feliz “vuelo” por su lado y lo paso en el último metro para llegar primero. Erick absolutamente sorprendido baja los brazos mientras yo me estrello y boto mas allá un par vallas “papales”. A pesar de ello estaba feliz. ¡Más sabe el diablo por viejo que por diablo!

El “Folo” registró toda la secuencia y yo me di el gusto, aunque no le pincé el traste tal como lo hizo Flores a Magendzo en el IM Brasil (ver en Trichile "Duelo Flores-Magendzo - Versión Ariel" y "El -Duelo- Juego Magendzo-Flores - by Flores").



Muy bien, finalmente salí corriendo, me subí al auto y regresé a Santiago, parece que también había viento en cola por cuanto llegué justo cuando mi señora estaba yéndose a la feria y ahí yo entrando con el bolso y la bici… “¿Cómo te fue?”, “bien” le dije, “¿Y mi auto?”, “Ah en la mañana lo deje en la calle porque había quedado delante del mío”, “Nos vemos más rato”, “chao”… me he estado riendo solo toda la tarde ¡Que buena carrera!, ¡no me la hubiese perdido por nada del mundo!

Andrés Ceppi
TYM

Fecha de la carrera: Sábado 16 de marzo de 2013

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