Cristóbal Heitmann: IM Brasil 2013

Llegamos el martes en la tarde a Florianópolis, después de un muy sufrido aterrizaje en Sao Paulo, sin tener noticias de donde estaba mi bicicleta! Los comentarios tranquilizadores del sensei Claudio Correa ayudaron, “Tranquilo, seguro te llega mañana, esto pasa siempre”, nos fuimos a las cabañas para instalar las cosas.

^{Parque Cerrado "Oh, en qué me metí?!"}

Dicho y hecho, el día miércoles llegó la santa maleta y después de un nado suave en la bahía con Claudio, me fui a la cabaña para armar la bicicleta y esperar que llegaran los compañeros Jaime “Rocky” Larenas, Pancho Jiménez, Pelao y Iron EME.

Fueron varios días de armar bicicletas, guardar cajas, conversar y compartir con todos los del equipo la fiesta del triatlón que había en Jureré. Estaba lleno de triatletas por todos lados, entrenando, comiendo y conversando en las calles. La expo muy buena, un poco cara, pero desde que me había inscrito que empecé a ahorrar después del dato de Andrés Cea y Pelao que comentaron que todo era caro.

El día sábado por la tarde nos dirigimos con varios TYM al parque cerrado a dejar los corceles en sus establos para el gran día que venía esperando desde el año pasado. Después de revisar 3 veces que cada bolsa (una para la T1 y otra para la T2, que estaban en lugares diferentes) estuviera en el lugar indicado, partimos de vuelta a la cabaña para tratar de irnos a dormir temprano.

^{Algunos TYM después del parque cerrado}

Domingo – 3:50 AM

Despierto después de haber dormido como 4 horas, por fin llegó el día, tomamos desayuno de campeones y nos vamos a la van que se consiguió Sebastián “Pelao” Barrios con Víctor “Pellizco” Flowers, grandes!

Llegamos al parque cerrado y había mucho movimiento, lo típico, atletas con trajes, echándose vaselina, finalizando detalles en la bicicleta, fotos, frases de aliento y otro que mientras iba al baño le “guardaron” el traje en la carpa del Staff!! Suerte tuvo ya que encontró el traje y pudo nadar sin problemas.

Luego de dejar todo listo, revisar las bolsas otras tres veces más, acompaño a la partida a dos grandes del TYM, Rodrigo “Lolo” Pinto y José Tomás “Periostitis” Marambio, lo cual fue una suerte, porque entre tanto competidor y la oscuridad, es fácil terminar en la largada solo.

Una vez probada el agua y los peces que acompañaban cada braceada, nos fuimos al corral, para luego empezar a aumentar el grupo TYM (20 en total), terminando casi completo a metros de la largada, para gritar un fuerte C-H-I un par de minutos antes de empezar. Helicópteros, comentarios del locutor, atletas elongando, meditando y otros saltando para mantenerse en calor, todo hasta que con la banda levantada por los voluntarios, partió el IM Brasil 2013.

Confiado en el traje y las burbujas del grupo, termino el primer giro en 32, con el pulso a fondo, apenas avanzando en la arena, decidí calmar el ritmo para el segundo giro, de manera que bajar el pulso para el ciclismo fuera más fácil. Dos boyas, y la 1:03:38 pasó volando, muy conforme con el nado. Después de una ayuda para sacarse el traje, una “ducha” de agua dulce, me dirijo al parque cerrado para encontrar la bolsa del ciclismo. Casco, lentes, traje adentro con todo el resto, la bolsa al voluntario, un poco de bloqueador que terminó como una mano blanca en cada hombro y a agarrar la bicicleta para los 180.

^{90 km completados}

Primera vuelta excelente sensación, buen ritmo e iba según lo planificado con Rubén Arias (Coach TYM). En el km 110 empieza una molestia en el tendón de Aquiles que aumentó obligándome a bajar el sillín y finalmente seguir con molestias, evitando cargar para poder bajarme a correr una maratón, la primera, para más remate.

Termino el segundo giro desanimado y con un tiempo final de 5:41, para notar felizmente que en en los primeros km del trote no había dolor y podía correr normal. Terminé de arreglar la infinidad de geles, gomas y sachets de sal para partir el giro de 21 km. Canasvieras, la temida cuesta que sólo conocía por lo que hablaban los Ironmans pasados, siguiendo su consejo de caminarla para guardar fuerzas para después. Después de muchos giros, esquinas y rectas infinitas, llegué al 11,5 para empezar retorno hacia Jureré. La maldita bajada me hizo recordar que tenía tendón y adolorido bajé el ritmo hasta que un actrón del special needs logró extirparme el tendón, para retomar ritmo en los últimos 15k y terminar la maratón con 4:08.

Los últimos tres kilómetros fueron únicos, con una sensación de felicidad que había sentido pocas veces compitiendo y usualmente una vez pasada la meta. Varios “Parabens a Voce” en los metros finales de los brasucas, para llegar a la anhelada alfombra con sonrisa de oreja a oreja, escuchando los gritos de la Consue y empezando a cumplir un sueño que empezó el 2007 con Folo diciendo “Ya estaría bueno que corras un Ironman y te pongas serio!”

Finalmente lo había logrado! 11:04:01 marcó el reloj oficial y ya me podía considerar un Ironman!

Sin duda, una de las experiencias más llenadoras que he hecho en mi vida, ojalá pueda seguir reviviendo el recuerdo de cruzar la meta. Fue una inscripción con mucha incertidumbre, que concreté gracias al apoyo y motivación del TYM, guiada por Rubén Arias.

^{La barra personal que fue a la carrera!}

Gracias a mi polola, que como pepe grillo estuvo chicoteando caracoles rancagüinos para hacerme entrenar, entendiendo el por qué los carretes se terminaban a horarios cuando casi todos empezaban a prenderse; o por qué los sábados eran días perdidos con el modo zombie del pololo.

También estoy agradecido de haber podido entrenar con el TYM, donde los sábados eran un día esperado durante toda la semana. Cada individuo que forma parte del equipo añade un toque único que finalmente suma con todo el resto, para formar un grupo humano inigualable y que da una amistad increíble con cada uno de ellos! Grande TYM!

Gracias familia por apoyarme incondicionalmente y mandar buenas vibras durante toda el día!!