Fernando Heredia: IM Frankfurt 2011


Ya. Tal y como lo deseaba, les escribo tras correr este Ironman que tuvo tantas sorpresas como los día anteriores.

Vamos por partes:

El despertar fue muy temprano, como a las 3:45 am. Desayuné dos tostadas con miel y un pan solo tipo marraqueta y un yoghurt con cereales “pa empujar”. Pasada de rigor al “ñoba” y a unas 5 cuadras del hotel esperaban muchos buses “oruga” para llevar a los atletas (Insisto, el que vaya no deje de ir al Hotel Intercity que está al lado de la estación principal de Frankfurt; Ken Glah lleva a sus pasajeros al mismo hotel).

Después de un viaje de poco más de media hora (por los cortes de tránsito dispuestos por la organización), llegamos al parque cerrado a eso de las 5 am con las primeras luces de la mañana. El alboroto habitual, pero yo muy concentrado en todas las cosas que debía programar. Se veía nublado con “el techo bajo”, en jerga de aviación, y chispeaba un poco, así que decidí no dejar mis zapatos en los pedales, sino al lado de mi bici, cubiertos por una parte de mi toalla por si llovía. También decidí cambiarme las dos veces (de swim a bike y de bike a running, porque estaba la chance de que lloviera). Aseguré mi tubular de repuesto y tubo de CO2 al tubo de asiento, verifiqué que estuviera todo mecánicamente bien, que el cambio de salida no fuera muy pesado, que los calcetines estuvieran dentro de los zapatos de bici, etc., etc., etc. Después revisé el lugar exacto de mi bolsa de transición en el rack de ropa de bicicleta, observé cómo se veía desde la salida del agua, el lugar de entrada a la carpa de transición y recorrí nuevamente todo el camino hasta mi bici, buscando los puntos de referencia como árboles o alfombras y colores. Todo lo que uno hace a última hora justo antes de irse al agua. Por último, la enésima visita a “las casitas” que dicho sea de paso nunca tuvieron menos de tres rollos de confort, además del que ya estaba en uso y alcohol gel (No se les va una, Viva Alemania!!!).

Bajé tempranito a la playa y digo bajé porque literalmente el lago queda unos 50 metros bajo el nivel de suelo del parque cerrado, por lo que al salir del agua hay que correr cuesta arriba como una cuadra!!! Entonces sigamos; bajé como a las 6:35 para sentir el agua que estaba a 20 grados y con algunas olitas muy menores. Aproveché de conversar con unos españoles (muchos por todos lados), ver salir a los pro, y buscar un buen lugar para la partida. Himno alemán y los 12.000 espectadores que estaban en las orillas del lago cantaron o guardaron respetuoso silencio. Gran aplauso y gritos. A las 6:45, y ya estando metido hasta el cuello en el agua, salieron los pro y los 300 mejores nadadores. Luego abrieron una reja de boyas y todos se achoclonaron en la partida. Ojo que eran 2.500 competidores de esta segunda lanchada. Yo no me considero un buen nadador, pero tampoco uno malo, así que me puse en una esquina, a unos 15 metros de distancia de las boyas. Al dar el cañonazo inicial comenzó este Ironman Frankfurt y una lluvia tímida se insinuaba. Los primeros 200 metros muy trabados, como sardinas en una red de pesca, muchos manotones, patadas, nada serio, pero si uno no está psicológicamente preparado para eso es desesperante. Otro dato es que esos alemanes son en general enormes (mi esposa que es bajita me decía que cuando veía a los otros atletas bajar hacia la playa le parecía que eran puros tiburones, de un metro 85 para arriba y musculosos… se compadecía de mi “físico embirriado” con 170 cm y 67 kilos). No me pegaron tanto, pero sí en los giros de las boyas se agrupaban muchos, así que decidí en esos giros y ante la abundancia de cachuchazos darme vuelta y nadar de espalda algunos metros para empujar con mis piernas a los que estaban muy encima… y resultó de maravilla. Es de esas cosas que se te ocurren de repente y que hacen que te rías solo al salir del paso. Después de la primera parte de la natación (2.100 metros), donde hay que salir a la orilla unos 25-30 metros y volver a entrar, se hizo bastante más fácil y disperso el cardumen y pude nadar algo más rápido.

Salí del agua en 1:06, que es más o menos lo que yo proyectaba y muy fresco, sin cansancio alguno. La subida costó, pero entre la multitud pude ver a mi querida esposa que boquiabierta veía como salía después de nadar tanto (ella sólo me había acompañado a Maratones y ya les contaré su opinión final de este tipo de carreras). Al llegar al final de la subida te esperaban voluntarios para ayudarte a sacar el wetsuit en un lado y un gran mesón con agua en vasitos plásticos, buen detalle.

Rápidamente a buscar el bolso de transición al rack y seguidamente a cambiarme. Lo curioso del asunto es que al entrar en el lado masculino de la carpa había señoras ayudando a los triatletas a cambiarse. Literalmente una señora me ayudó a ponerme el bib de ciclismo, el número y luego el maillot, genial. Sólo le faltó darme una palmada en el traste para la buena suerte, jaja. Me puse manguillas gruesas que había llevado por si hacía frío y claro, en ese momento se sentía mucho (habían 10-11°C). Fuera de broma, ella echó el wetsuit y mi traje de baño húmedos con el gorro y lentes dentro de mi bolsa de transición y me lo entregó cerrado. Se pasó!!! Salí, dejé el bolso en el cajoncito de plástico al lado de la bici, me puse los calcetines secos y zapatos, salí corriendo del parque cerrado y en el preciso momento que me subí y empujé por primera vez los pedales… Se largó a llover de la misma manera que en los peores momentos de Pucón 2011. En fin, me olvidé que estaba lloviendo y pedaleé fuerte hasta Frankfurt con buena cadencia, y velocidad, empezando a sentir viento medio cruzado pero muy decidido. Pasada por dentro de Frankfurt y empezaron a aparecer las motos. Como dije en un report anterior es increíble la cantidad de jueces dispuestos en la ruta. Vi multar a MUCHOS por drafting no muy claros a mi modo de ver, sin advertencia, como picada de avispa!!! No sólo por eso, sino por orinar fuera de los baños, por botar papeles fuera de los lugares designados, o caramayolas fuera de donde se debe, muy bien los jueces, realmente hacen que la carrera sea justa para todos. Los puestos de abastecimiento merecen mención aparte: En estricto orden que estaba explicado hace meses en Internet se sucedían primero caramayola amarilla con tapa azul de agua (5 voluntarios), caramayola amarilla con tapa amarilla con Isotónico (5 voluntarios), barra de Powerbar performance (5 voluntarios), gel con y sin cafeína (5 voluntarios), medios plátanos, naranjas y limones (10 voluntarios), luego agua y finalmente isotónico nuevamente. Al principio y al final de cada puesto había un área con 3 ó 4 voluntarios que se preocupaban de recibir caramayolas vacías y papeles que uno botaba. En total, al menos unos 50 voluntarios en cada puesto, todo perfectamente identificados y uniformados. Con eso la calle se mantenía bastante limpia y no me parece haber visto a nadie tirando papeles o botellas salvo a niños de los pueblos por los que uno pasaba como retribución al apoyo incesante.

Otra cosa destacable es el tema de las penalizaciones. Utilizan el sistema de tarjetas amarillas, negras y rojas. Apenas te penalizan en la bici tienes que parar en el siguiente penalti box de los que hay 3 por vuelta y uno al ingreso al parque cerrado. Cada penalización son 6 minutos de detención. Lo interesante es que medio kilómetro antes de cada penalti box había un letrero FUCSIA grande de como 1,5 x 1,5 metros a cada lado de la carretera y exactamente a los 500 metros aparecía la carpita amarilla que decía penalti box. Imposible hacerse el loco.

A diferencia de mi Ironman del año pasado, busqué alimentarme basado en líquidos más que en barras. Esta vez llevé dos caramayolas cargadas cada una con MASS XXX GNC equivalentes a 1000 calorías cada uno de mezcla 50/50 Proteinas/Carbos de absorción rápida + 5 gr de Glutamina en cada una, totalizando 1 litro y medio para la primera mitad de la bici. Después tomé 1 caramayola de isotónico y otra media carmayola de agua. Yo transpiro prácticamente nada y con eso tuve que parar una vez a las casitas que también estaba dentro de lo planeado. Me comí un gel saliendo del agua, 2 sobres de endurus (creatina + aminoácidos en km 90 y 150) y 3 power bars divididas en dos (con tijera) comiendo cada media hora media barra y cuidadosamente guardando el papel en el bolsillo del maillot.

Otra cosa que merece mención aparte es el frío. Muchas veces durante la carrera no sentía los dedos de las manos (ni de los pies), lo cual dificultaba pasar los cambios. De hecho tenía que hacerlo con la palma completa de la mano. Lo mismo para agarrar las caramayolas y que no se me cayeran. Difícil, pero NO IMPOSIBLE.

Si pudiera resumir el circuito y considerando que hubo viento de todos lados y por lo menos 3 horas y media de lluvia a ratos torrencial, diría que es fácil, rápido y peligroso en algunas secciones que en todo caso están PERFECTAMENTE SEÑALIZADAS. Hay dos lugares increíbles y muy peculiares por donde se pasa dos veces. Uno es saliendo de Frankfurt, donde pasas por una o dos subidas de adoquines nada de planos, de no más de 300 metros, y a los lados y a pesar de la lluvia muchos espectadores con el clásico “hop-hop-hop-du bist Ironman-hop-hop-hop”. Muy estimulante. La segunda es más dura y tiene poco más de 1,5 km de longitud y está a 10 km antes de entrar a Frankfurt. Se conoce como “heartberak hill” que no tiene nada de difícil. Son 1500 metros con una pendiente de 7% como mucho, que con plato chico se sube sin mayor dificultad. Lo simpático es que la gente se te encima tanto que es como el Tour de France, y los triatletas pasan de a uno o dos máximo y ahí los jueces no te controlan. Al terminar esa subida se ve Frankfurt por allá abajo y es “puro ponerle” bajando con todo el rollo a 50-60 km/hr. Como digo, de no ser por el viento y lluvia hubiera sido harto más rápida la bici. La llegada a la T2 es bastante expedita, a unos 300 metros de la meta. Pasada por los racks que están exactamente en el mismo orden y posición que en el lago, por lo que no tienes que pensarla y llegas a tu bolsa sin mayor complicación. De todas maneras hay un voluntario por cada rack esperando y se van gritando los números de los que se van bajando de la bici.

De nuevo entro (ahora estilando) a una carpa de transición, donde por segunda vez en el día una SEÑORA gorda y de cachetes colorados muy amable me ayuda a sacarme la ropa y a cambiarme. Lo más increíble de todo es que la carpa era mixta y de esa manera era como estar en un campo nudista, hombres y mujeres desnudándose ayudados por estas señoras. Me causó mucha gracia y me fui de inmediato al primer baño antes de salir a correr.

El circuito de running es plano entero. Quizás podríamos considerar pequeñas subidas para poder cruzar los puentes de un lado a otro del río Main, pero es muy fácil. Son cuatro giros de 10,5 km + la entrada a la plaza con su alfombra roja de unos 300 metros. En el km 7,5 de cada giro te ponen un colette en el brazo. Hay puestos de hidratación tan ordenados como los de la bici y tan bien abastecidos como no he visto nunca. Además, te ofrecen sal al principio y al final de cada uno de ellos. Muchísimos voluntarios nuevamente. Creo que lo más pintoresco es que se hace por las dos riberas del río y de esa manera los parientes pueden verte hasta 8 veces si se ubican bien y eso todos sabemos como estimula.

Bueno, en lo que a mi carrera respecta, mis sensaciones las seguí al pie de la letra, no me permití sufrir el dolor que sentí a ratos porque no quería terminar diciendo “no corro nunca más una de estas”, sino “mañana me inscribo a otra”. Y así lo hice. Partí fuerte porque me sentía bien pero en el km 15 me dolió un poco la guata y pasé a las casitas. Esto se repitió en el 28 y lo alivié de la misma manera. En eso habré perdido al menos 5 minutos. En el 41 me dio una puntada en los abdominales que solucioné agachándome (sin parar de correr) durante 1 ó 2 minutos. Cuando doblé a la derecha y vi la alfombra roja, como una lengua de fuego desde la plaza del Römer y observé cómo el pasillo que forman con barreras papales no más ancho que 1,5 metros estaba lleno de caras felices que gritaban, me emocioné mucho. A la izquierda en la última curva antes de la recta final estaba mi esposa con la bandera chilena. La misma que me ha acompañado a mis 10 maratones y a mi Ironman en Brasil 2010. Mirando la gran pantalla que te ponen en frente viví de manera espectacular mi meta. “Fernando Heredia, Chili, du bist einen Ironman!!!!!” En ese momento me colgaron medalla al cuello y toalla. Pasaron 3 ó 4 minutos en que dos pericos se me acercaron para preguntar si estaba bien y si necesitaba ayuda. Les dije que no.

Crucé la calle y llegué al Athletes Garden que corresponde una plaza al lado del Römer. La última sorpresa me esperaba: Era una verdadera ciudadela de carpas una al lado de la otra. A la derecha 5 ó 6 carpas con camillas de campaña y compadres con suero (Calculo una capacidad para 120 -150 “hospitalizados”). Al frente un container grande que decía Duschen/Shower esta vez si, por suerte, diferenciado por sexo. Por supuesto, que me fui a duchar de inmediato y se largó a llover con pica así que me cambié rápido y me fui a la carpa de masajes. Era ENORME, de unas 150 camillas con uno o dos masajistas (casi todas mujeres) por corredor. Después de 20 minutos de amasar mis cuádriceps y mi espalda, me fui a otra carpa enorme de como media cuadra de largo en que muchas mesas dispuestas ordenadamente, servían los más deliciosos platos de diversa comida y fruta a los héroes de la jornada.


Athlete Garden


Carpas en el post carrera


Carpa masajes


Carpa comida


Comida


Container de duchas


Puesto de Cerveza


Tercera cerveza...

El broche de oro fue casi a la salida, donde si querías te grababan la medalla con tus parciales y además me dieron el certificado con los tiempos. Por supuesto, con un plástico duro para cubrirlo de la lluvia.

No quiero demorar más la entrega final y pido disculpas por no haberlo hecho antes. Ayer viajamos a París y en la noche a Niza, donde “cicatrizaré” los próximos 7 días con mi esposa que corrió un Ironman paralelo el día domingo, siguiéndome.

Ahora les cuento que es lo que dijo mi esposa después de presenciar un Ironman completo por primera vez. “Esto es distinto a ir a ver un maratón, porque en los maratones yo siempre te veía bien y sabía que ibas a llegar, es como más adrenalínico; esto es OTRA COSA, pueden pasar tantas cosas que están fuera de tu alcance, hay que calcular tanto!!! Acá nunca sabes si vas a llegar y casi sin excepción todos pasan muy concentrados, no van a pasarlo exactamente bien, sino a hacer una cosa muy seria”. Comparto gran parte de lo que opina, pues como dijo otro gran amigo, “lo mejor que te puede pasar en el entrenamiento de un Ironman y en la carrera misma es que no te pase nada”.

Disculpen la demora, pero en general soy muy meticuloso y detallista. Esto de seguro le servirá a más de alguno que quiera ir a Frankfurt, que dicho sea de paso es una gran ciudad en un gran país como Alemania.

Fernando Heredia
FullRunners Concepción

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