Francisco Miranda: “Este Patagonman fue el más duro y no podía ser de otra forma, tenía que ser ÉPICO”


Race Report Patagonman 2023

Mi último IRONMAN full

Decidir cuál sería mi último Ironman estaba complicado, sería el número 19, y llevaba un tiempo pensando en despedirme con algunos de los que más me habían gustado, entre ellos, Roth (Alemania); Port Elizabeth (Sudáfrica) y Klagenfurt (Austria).

El año pasado mi hija Claudia me pide que sea su soporte en Patagonman y cuando ella llego a la meta yo… ya había tomado mi decisión, “PATAGONMAN” sería el Ironman en condiciones extremas de mi despedida de esta distancia.

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El último Patagonman con Borja

Las razones por la que tomé esta decisión fue porque me dio respeto su forma y trayecto, sentí que era  un desafío de otro nivel, era como volver a los inicios del triatlón, esto por cómo funciona sin tráfico cortado y con apoyo de un soporte en auto (me recordó a Ultraman que hizo UC de la Costa desde Lo Gallardo a Parque Arauco), no ves a nadie haciendo DRAFTING, hay una mística inmensa, la Patagonia es traviesa y en un día puedes tener las 4 estaciones, cualquier plan se puede cambiar por la adversidad del clima, además la gente intensa en amistad, por otro lado el ego no existe (la naturaleza te lo apaga), nadie pregunta que tiempo hiciste, llegar es lo más importante. Tocar esa campana es sublime, y así empezó esta historia de mi despedida.

Volviendo al inicio, mi primer Ironman fue Hawaii 1991, hace 32 años y tenía 32 años y medio, ufff… una vida entorno a mi deporte, éramos jóvenes y jugados (lo seguimos siendo jaja) fuimos con mi amor Anita y nuestros tres hijos a esa fecha: Pancho 10, Claudia 6 y Pupa 4, mi niña Consuelo aún no llegaba.

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IRONMAN de Hawaii 1991

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Pancho 10, Claudia 6 y Pupa 4

¿Cómo lo hicimos? Funcionamos como equipo desde siempre y mi Anita es total, lo pasamos increíble, mis tres hijos mayores han corrido Ironman (Full), como familia sumamos más de 50 Ironman, por que siguieron la senda de mi deporte, muchos me han preguntado como logré esto, la respuesta es una mezcla de razones, entre ellas, haber estado ahí siendo niños, ver y estar con los más grandes del mundo y de Chile, piquerearse y jugar en la piscina con Cristian Bustos, Claudia Cortés, Norman Macmillan, Daniel Labarca, debió ser alucinante, además siempre vieron mi compromiso y determinación para ese Ironman y los que vendrían después.

Mis hijos han practicado diversos deportes y siempre el Ironman ha sido el principal, lo aman como deporte; otra cosa es que siempre que corre alguien de la familia, nunca va solo, siempre nos acompañamos, somos familia y creo que el deporte da valores que se pueden aplicar en todos los ámbitos y que sirven para la vida. La familia es TODO, como decía Don Vito Corleone: Un hombre que no pasa tiempo con su familia nunca puede ser un hombre de verdad.

Y ¿por qué la despedida? Bueno, el año 2018, me detectaron una trombosis en una pierna y luego una embolia pulmonar, de hecho, Klagenfurt (Austria) lo corrí con un trombo (sin saberlo), llegué a Chile y me la descubrieron. Lo que yo pensé era un desgarro, derivó en varios trombos, y luego de varios supuestos diagnósticos y una larga investigación me encontraron un quiste poplíteo que abrazaba una vena, lo que impedía el retorno de sangre, esto sumado a una mutación de un gen en la sangre, lo que es hereditario, razón por la cual me mantienen con una dosis baja de anticoagulantes, que de igual forma me impide o limita a hacer ruta en bici, por tanto mi entrenamiento en bici es 95 % en rodillo, muchos 150 y 180 km en el rodillo. Para Patagonman salí sólo 4 veces a la ruta, siempre 150 km hacia arriba y con buen desnivel, y siempre con acompañamiento de vehículo. Por supuesto, esto fue conversado con mi médico y la forma de hacerlo, vimos que cada 3 semanas podría sacarme el anticoagulante 4 días antes y salir a la ruta, de esta forma bajar el riesgo ante una caída, y así lo hice, a pura cabeza en rodillo y con las mismas indicaciones en la competencia. Es el último Ironman full, seguiré con algunos cortos, por si me ven en algún medio Ironman como Pucón.

El 26 de octubre tuve una caída en el cerro, luxo fractura del dedo meñique, y me indican que había que operar y el riesgo de no poder llegar a Patagonman era alto. Ya con el diagnóstico en mano me comunico con mi amiga y Dra. Angélica Ibáñez, quien me da la luz verde y deja más que recomendado con el equipo médico, quienes definen la mejor alternativa para poder llegar, gracias a esto pude competir y nadar 2 veces antes del día D.

A 3 días de la competencia me doy cuenta de que la rueda delantera estaba con problemas, suerte que Claudia llegaba el viernes y me pudo traer otra rueda.

PATAGOMAN, EL DIA D: Con el Coraje de empezar y la disciplina para aguantar

El viernes es el día que se duerme bien, ya que el sábado había que levantarse a las 2 am, y no es fácil dormirse temprano, con suerte 22:30 me debo haber dormido, a las 2:15 tomando desayuno y 3:15 ya estábamos en el parque cerrado, estaba tan concentrado que tomé equivocada la bolsa de run en vez de la de bici, suerte que mi soporte -la mejor- fue a revisar si todo estaba ok, mientras yo nadaba, se dio cuenta de este error y ella fue corriendo al hotel a buscar la bolsa con ropa de bici, se llevó un tremendo susto y yo nadaba feliz, sin tener idea.

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Claudia mi soporte en Patagonman

Me habían contado que en el ferry se siente el olor a miedo, en lo personal estaba muy concentrado y no me percaté, solo vi a muchos muy nerviosos, unos meditando, otros rezando, otros tiritando, por mi lado tuve la suerte de que Barbarita Hernández me dio el dato de ir con una bolsa plástica grande como poncho y con pantuflas del hotel, fue acertado, así que mil gracias a ella. Me junté con Maru Yarur y nos pusimos a conversar e intercambiar temas de la carrera, producto de mi forma de concentrarme y bajar decibles, se me baja la voz y ella no me escuchaba bien, fue divertido. Anuncian que nos preparemos para saltar, me aíslo y rezo por mí, y por todos los compañeros de ruta para no hubiera accidentes y llegáramos sanos y salvos.

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El beso de Borja y de todos los nietos

El momento mágico, el salto al agua, grito “¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!”, de buena suerte (dato de mi hija Consuelo), salté y entré al agua.

Me pareció eterna la entrada al agua, como si algo me llevara hacia abajo, me dejé llevar y disfruté, fue alucinante mirar hacia arriba ver las luces de las boyas, de los kayacs, un momento de paz inmenso, viví el momento, luego empezó la magia de ver las montañas con nieve, todos los competidores en el agua, el cielo una maravilla, ver amanecer fue un regalo para el alma, paz y alegría infinita, sólo lo disfruté. Me recordé del famoso Memento Mori, recuerda que vas a morir… ¡disfruta el ahora!

El agua estaba a 8 º, la verdad nunca sentí frío en el agua, solo tuve problemas con la boya que se me salía y salía, a la 5ª vez la deje ir ya que había perdido mucho tiempo buscándola, pero daba lo mismo estaba disfrutando el momento.

A la salida del agua Claudia me toma del brazo y me lleva al parque cerrado, según ella iba congelado porque estaba haciendo tonteras y no coordinaba, no me di cuenta, me da café y más café, esto me recuperó, me secó por todos lados, sin ella habría sido imposible (la carrera está muy bien pensada), salgo de la T1 y a disfrutar la bici.

La Bici, son 176 km, con 2.770 de desnivel positivo, iba feliz haciendo el deporte que más me gusta y amo. Pasamos 6 tramos sin pavimento, con ripio y tierra, había que entrar despacio y buscar buenas huellas, la suerte estuvo de mi lado, no pinché ni tuve pana mecánica, hasta el km 100 iba muy bien, si bien había viento, no era nada que matara, en el km 115 mi auto de apoyo con problemas mecánicos, un sonido horrible, me detengo e intento ayudar, ahí mi señora me dice “váyase, nosotras lo solucionamos o nos subimos a algún auto de la organización”. A esa altura mi mente funcionaba a mil y pensaba como resolverían el tema, y por esas divinidades de la vida, ahí mismo donde se detuvo el auto había una gruta de un niño, mi amor y Claudia, vieron la gruta le rezaron y es de no creer, lo divino o paranormal, pero el auto se arregló, hay testigo: Nicolás el camarógrafo de la organización que iba en el auto.

Y empezó la fiesta del viento con la famosa cuesta del diablo. En mi vida me habían tocado vientos así de frente, de costado ufff, pero bueno, a enfrentar la adversidad y ahí cualquier estimación de tiempo ya no existía, solo intenté ir muy liviano, luego la bajada de la cuesta la hice muy frenado y cuidándome, para mí, no es opción una caída, en la T2 Claudia me asiste, mi Anita y Borja, me animaban y daban fuerzas, Nicolás filmaba y animaba.

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Bajada de la cuesta del diablo

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Empiezo a correr y me sentía bien, luego entramos a unos senderos con una tremenda subida, ahí fue solo caminar, luego run suave, disfrutar el paisaje y llenarme de  naturaleza, hasta el km 17 aproximadamente, lo sentí muy duro, luego me volvió la energía y comencé  a correr, empecé a pasar gente y en el km 30 me encuentro con mi soporte Claudia con la mejor hidratación, el agua negra (Coca Cola) jajaja y de ahí hasta la meta pasé algunos competidores, paramos a tomar fotos, y llamamos por FaceTime, primero a mi amor, luego a mis hijos y 7 nietos (Kako, Borja, Fran, Pablito, Jojo, Elo y Josefina), fue increíble estar conectado con ellos a 3 kms de la meta y que gritaran del otro lado del teléfono “¡Vamos Tataman!”, jajaja fue increíble… y de ahí a la meta donde me esperaba mi Amor y mi nieto Borja (que representó a toda la pandilla), es destacable que Borja estuvo desde las 3 am en la carrera, todo el día en al auto y se portó un 10 ¡Grande!.

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Facetime con Pancho y mis nietos

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Facetime con Pupa y mis nietos

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Facetime con consuelo mi hija menor

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La bajada

Ahí en la meta todos nos abrazamos y fundimos un momento íntimo, de gran emoción por la ruta y todo lo que implicó.

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Con Mi amor, Clau y Borja en la meta

Tocar la campana fue la gran meta de despedida, múltiples y fuertes emociones por el camino recorrido, por todos los Ironman previos y por qué este Patagonman, sin lugar a duda fue el más duro y no podía ser de otra forma, tenía que ser ÉPICO.

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Gracias infinitas a mi amor Anita, a mi soporte Claudia, a Borja y a todos mis hijos/nietos que corrieron conmigo en el corazón.

Correr Patagonman, fue correr en el Edén: paisajes maravillosos, un éxtasis a la vista y una paz tremenda para el alma.

Mi reconocimiento y felicitaciones a Ignacio Valdivieso y a todo el equipo de Patagonman por el tremendo Ironman extremo que hacen y lo bien que llevan todo ¡son unos CAPOS!

Francisco Miranda

Fecha de la carrera: Domingo 3 de diciembre de 2023

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