Maricruz Larrea: “Creo no puede ser mejor forma de cerrar el 2018”


Race Report Patagonman 2018

Qué difícil es resumir la experiencia Patagonman en unas pocas líneas. Una prueba muy distinta a cualquier otro triatlón que he hecho, sin duda la carrera más linda de mi vida y espero poder tenerla en mi memoria por siempre. Todo potenciado por corrercon mi marido Shaun, mi hermano Rodrigo,amigos que vinieron desde New York, Dani mi prima y soporte, y los soportes de nuestro grupo que fueron increíbles, con quienes se generó un compañerismo y complicidad que elevó una experiencia que por sí misma ya era extremadamente buena en algo extasiante, vibrante y lleno de goce.

Imposible explicar el nivel de emociones que inundaron mi cuerpo. La incertidumbre al llegar a Puerto Chacabuco a las 3:30 am, con un viento que amenazantemente sacudía las bicicletas y tiraba las banderas de la organización al suelo, además de ver el imponente ferry listo para llevarnos al nado. El miedo y nerviosismo a las 5:30 am cuando llegó el momento de saltar del ferry a oscuras en el mar de Aysen, sólo vislumbrando las siluetas de las montañas y las cabezas blancas de las primeras personas que ya habían ingresado al agua. La expectación luego de ingresar al agua y a gritos encontrar a Shaun y Rodrigo en la oscuridad flotando en el mar, al abrazarnos en un circulo tratando de canalizar nuestras energías y deseándonos llegar a la meta sanos y salvos. La tranquilidad luego de salir del agua e ir pedaleando entre los verdes bosques al son del chucao. La desesperación y agotamiento pasado el kilómetro 110 de la bici al encontrarme con un viento que era como pedalear contra una pared, utilizando plato chico hasta en las bajadas, y sentir que no avanzaba. El nivel de concentración para no caerme en las bajadas alcanzando sobre 65 km/h llegando a Cerro Castillo con viento lateral que sacudía mi bici y me hacía temer por mi vida, con los ojos pegados en el suelo para ver cualquier peligro en la ruta, y gritando porque no me podía aguantar. Las dudas al inicio del maratón de si terminaría al ver unas subidas que eran imposibles de correr. El dolor en las piernas que crecía a cada paso en el trote. El regocijo cada vez que veía a mi prima, que sin su ayuda no habría podido hacer tan buena carrera, y era una fuente inagotable de buenas vibras. La complicidad al ver a Shaun y pedalear juntos en algunos trayectos, igual como lo hicimos en tantos entrenamientos. El ánimo al ver las personas de nuestro grupo que brindaban mucho aliento y estaban más compenetrados que viendo jugar un partido de la selección nacional. Lo ensimismada que estaba con los parajes que me recordaba lo afortunada que era por estar allá, lo bello que es Chile, y lo pequeños que somos frente a la naturaleza imponente. El orgullo hasta las lágrimas cuando las personas desconocidas gritaban “vamos Chile”, “vamos mujeres”, y en especial a la llegada al pueblo cuando los niños corrían junto a mí acompañándome a la meta.

Como mujer pienso que la experiencia fue aún más dura. Mi período llego el día antes de la carrera, y tuve que incorporar esta nueva variante a mi plan psicológico y logístico (y no fui la única con este factor). Tener que ir al baño para los hombres era muy fácil y rápido, simplemente se paraban en a un costado de la carretera con la bici entre las piernas, giraban el tronco y evacuaban. Eso es algo que las mujeres físicamente no podemos hacer. En el kilómetro 90 corrí detrás de un auto ya así perdería menos tiempo que en ir a los baños químicos, sin embargo cuando ya estaba instalada me di cuenta de que igual se veía todo y la gente me miraba cómo si yo estuviera loca. En la transición de la bici al trote mucho extraños miraban, filmaban y me decían cosas mientras yo me echaba vaselina en mi humanidad para prevenir quemaduras por roce. Todas estas cosas y más son las variables adicionales que tienen que barajar las atletas mujeres, y es por esto que me saco el sombrero ante todas las corredoras y les tengo muchísima admiración.

Este ha sido mi primer triatlón de distancia Ironman y mi 12º carrera del año. Mi expectativa respecto a mi rendimiento era sólo poder terminar, pero logré un resultado lejos mejor de lo que imaginé, el 4º en la general de las mujeres. Creo no puede ser mejor forma de cerrar el 2018. Me siento absolutamente feliz y realizada. Quisiera agradecer a Kuto, Teampro, y Germán por el entrenamiento y compañerismo. También dar gracias a la organización de Patagonman por haber logrado una carrera excelente, desafiante y hermosa.

por Maricruz Larrea

Fecha de la carrera: Domingo 09 de diciembre de 2018

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