Ximena Martínez: Triatlón Rapa Nui 2014

Sólo puedo comenzar con un “Iorana”. Qué mágica ventosa y “riva” (hermosa) experiencia viví. Nunca pensé luchar contra el “tokerau” (viento) y las cuestas de la isla parada en los pedales de la bicicleta tanto tiempo. Con la “puoku” (cara) al viento, apreciaba la bella geografía insular, como también la simpatía y humildad de sus habitantes, la amabilidad de Carabineros y la Armada, el aliento infatigable de la organización y por supuesto Trichile, a través de Folo, con su sonrisa y su simpatía inagotable con su frase para el bronce: “Chicos una foto con los pa… carabineros”.

Un “Vai-Kava/tai” (mar) de terciopelo calipso, transparente, tibio, suave, calmo, salado, amigable, azul, celeste, verde, rosa, alguna que otra “vave” (ola) donde danzaban los “ika” (peces), bajo nuestros “Hakari” (cuerpos) cubiertos de neopreno, hacían el escenario de la natación.

El ciclismo partía con un “tokerau” (viento) fuerte. Las “rima” (manos) fuertemente adosadas al manillar, y el sillín que poco tiempo fue utilizado por la dureza de las cuestas y el implacable viento en contra. En ese momento el “Ra`a” (sol) acariciaba la “Tua`ivi” (espalda) mientras el sudor afloraba de cada poro producto del calor y la humedad. Muchos “hoy” (caballos), “Pua`a” (vacas) y “mamoe” (corderos) abundaban en la ruta, tranquilos, inamovibles y plácidos, ante nuestro paso.

Al momento de correr, un trote mágico se apoderó de mis pies, el “mana” (poder) se tomó mis piernas. Me sentí liviana con la belleza del paisaje que entraba por mis “mata” (ojos) pese a que la ruta era dura. Estaba a dos kilómetros de la meta acompañada de mi “hoa” (amigo) Carabinero que me siguió por muchos kilómetros. Al llegar a la meta Folo se veía sonriente, mientras que Rodrigo y Marcela sostenían una corona de flores que me pusieron en la cabeza, me sentí como un “ariki” (rey) condecorado por la hazaña.

Mirando al “rangi” (cielo) agradecí la fortaleza de mi “mahatu” (corazón), luego de “ka hitu” (siete) meses después de su intervención. Dediqué está carrera a Lucas, para decirle que todo es posible.

Disfruté de la isla, su magia, su gente, sus perros, su brisa, la lluvia, la magia de sus volcanes, la amistad y las sonrisas de sus personas.

Agradezco a quienes hicieron esto posible, entre ellos a dos grandes amigas: Lite que me apoyó desde Temuco y a Ángela que me remontó a un mundo de hermosos recuerdos de amistad, complicidad, risas y lágrimas.

Caballos salvajes, vacas con cuernos, terneros delgados, gatos mimosos, olas, peces, tortugas… simplemente, la isla...“Maururu” (gracias) a todos, en especial a Olimpo Producciones que con su motivación genera carreras hermosas, difíciles, pero con la particularidad de que cada competidor, por lento que sea, es siempre importante, gracias a Rodrigo y a Marcela.