Testeo de la Under Armour Charged Bandit


La marca de Baltimore, fundada en 1996 en Maryland (USA) está fuertemente ligada a deportes como el fútbol americano y el beisbol, deportes eminentemente estadounidenses. No obstante a su posición de privilegio en dichos campos y gracias a un vertiginoso crecimiento en otras áreas como el fútbol, Under Armour decidió incursionar en el running el año 2009 con su robusto modelo Illusion. Dicho modelo fue el caballo de batalla de una serie de ocho, demostrando que la marca venía para quedarse.

Al año siguiente una serie de nuevos modelos reemplazaron el compuesto DCE de la media suela por el Micro G, 30% más liviano y con mayor respuesta. El resultado: Zapatillas más estilizadas y livianas con buenos niveles de amortiguación. Este compuesto se ha mantenido en el tiempo siendo utilizado en los exitosos modelos la Speedform Apollo y la Gemini hasta la actualidad. Modelos que dieron que hablar en los corredores neutros por su cubierta sin costuras y flexibilidad.

Hoy Under Armour introduce una serie de modelos nuevos con el debut del Charged, que no es otra cosa que un nuevo compuesto de goma EVA más liviano y resiliente que el amortiguado Micro G. En esta ocasión he testeado el modelo para pronadores de la marca: Las Charged Bandit.

La primera impresión es una zapatilla de diseño atractivo y balanceada, de 310 gramos en talla 10, sin mucha ni poca media suela, con un forro bastante compacto aunque sin costuras. Pero mejor vamos por partes: El upper (o forro) presenta un talón firme y bien alto con un collarete de tobillo y lengua mullidos. Está hecho de una pieza sin costuras y en doble capa de tela muy similar a las Nike Pegasus 31 que revisamos hace unos meses atrás. Este tejido tiene además unas zonas engomadas que le dan mayor solidez sin perder flexibilidad, otorgando estabilidad sin recurrir a refuerzos rígidos. La horma es bastante ajustada, lo que da poco espacio para los dedos, por lo que quienes gustan de mayor espacio sugiero probar medio número más.

En la base de la lengua tiene un escrito que reza Armour Vent: Una declaración que la respirabilidad es buena. Pero tras ver la densidad de tejido y la buena protección en temperaturas bajas, me hizo dudar de la promesa de ventilación. Mis dudas fueron despejadas tras probarlas en trotes de 90 minutos entre 27ºC - 30ºC. Realmente sentí un apropiado grado de ventilación (nunca sentí mis pies “recalentados”), algo tiene la estructura de la tela que permite envolver al pie, pero a la vez otorgar un adecuado nivel de ventilación.

Los cordones merecen un análisis aparte pues si bien son mínimamente elasticados, tienen una capa externa rugosa/texturada que una vez atados cuesta desatarlos. De hecho me maneé bastante tratando de desatar mi clásico doble nudo, todo un plus para asegurar esas ataduras. Sólo por curiosidad probé atando un nudo simple en el pie derecho y uno doble en el izquierdo para un trote de 22 km y no se desató ninguno de los dos, notable.

La media suela en la parte del talón hecha del probado Micro G (la goma EVA de color blanco) y la parte anterior hecha del novedoso Charged (goma EVA de color azul). Al principio uno las siente medio firmes, pero al transcurrir de los kilómetros se sienten con una buena dosis de amortiguación. Para darle soporte a los pronadores le han agregado una placa de plástico en la cara interna que le da lo justo y necesario para los pronadores leves y moderados. Es un gusto el soporte de arco que provee, pues a diferencia del estándar en otros modelos que utilizan cuñas de mayor densidad, aquí uno siente un soporte suave al pronar súper cómodo. Aunque convengamos que para gente de mayor peso y pronadores severos esta pieza se haría insuficiente.

La suela tiene una buena cuota de goma de alta densidad. Esto se nota puesto que torna a la zapatilla bastante rígida, incluso con los surcos que dispone para flexibilizarla. Pero esto resulta en una ventaja dado el perfil de corredor que apunta este modelo, corredores que requieren soporte. El tacto de la zapatilla al suelo es bueno, y con un heel drop de 10 mm sirve tanto para quienes talonean como para quienes prefieren una transición aterrizando en el mediopie.

Tras 120 kilómetros de prueba es el asfalto el medio donde mejor se desempeñan, se agarran muy bien. En maicillo la tracción es menor, cierto no son zapatillas de trail, pero cumplen. No me fue posible probarlas en asfalto mojado.

Los ritmos de prueba en su mayoría fueron lentos, dando una muy buen amortiguación y comodidad. Al acelerar en series de velocidad la respuesta fue mejor que buena, demostrando ser una zapatilla versátil.

En conclusión una zapatilla para entrenamientos, de buena mezcla amortiguación/respuesta/rigidez ideal para corredores pronadores leves a moderados de menos de 80 kilos. Under Armour ha demostrado que es una marca que dará que hablar y no dejará indiferente al runner que opte por ella.

Conoce más de este modelo AQUÍ

por Adrián Rodríguez (Lunes 14 de diciembre de 2015)

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