Cáncer de piel: Mitos y verdades

A propósito de la noticia del cáncer a la piel que aqueja a la triatleta profesional Leanda Cave, es bueno hacer una revisión respecto al tema del cáncer cutáneo.

Los cánceres cutáneos se dividen fundamentalmente en 2 grupos: cánceres no melanoma y cánceres melanoma. Los cánceres tipo no melanoma, son por lejos, los más frecuentes, normalmente afectan personas mayores de 55 a 60 años, con historia de exposición solar, de piel mas bien clara y generalmente se manifiestan por una herida o costra que se origina espontáneamente en una zona expuesta al sol (nariz-orejas-frente) y que no sana en el tiempo esperado (15 a 20 días), presentando generalmente un crecimiento lento y progresivo. Este tipo de cáncer, es bastante poco agresivo, normalmente requiere una cirugía menor de tipo ambulatorio para resover el problema, por lo que las implicancias de salud pública son menores, ya que no afectan la sobrevida ni tienen mortalidad asociada. Es muy probable, que Leanda Cave tenga este tipo de cáncer cutáneo, ya que es mucho más frecuente en personas que dedican mucho tiempo a la actividad al aire libre. Los triatletas estamos en mayor riesgo de desarrollar este tipo de cánceres cutáneos, por lo que la protección solar debe ser habitual, y recordando que se deben reaplicar los bloqueadores cada 3 a 4 horas. Sin embargo, en caso de tener un cáncer de este tipo, recordemos que la solución suele ser bastante simple y de baja complejidad, por lo que insisto en que las consecuencias para la calidad de vida de los pacientes es menor.

El cáncer cutáneo ha aumentado su incidencia, fundamentalmente porque ha mejorado el diagnóstico y además se está manifestando en aquellas generaciones que nunca utilizaron bloqueador solar los primeros 20 años de su vida, como son los nacidos entre los años 1950 a 1970. Es más, las noticias no son tan dramáticas, ya que la medición de la capa de ozono del año 2012, ha demostrado un buen nivel de recuperación, estando en los niveles de los años 1998-1999. Los peores niveles en la capa de ozono, se alcanzaron el año 2005, y se proyecta que entre el año 2020 a 2025 se recuperarán los niveles históricos de los años 80. Por lo tanto, la situación no es tan catastrófica como se ha intentado describir, probablemente por otros intereses involucrados en el tema.

El cáncer tipo melanoma, se refiere a las neoplasias originadas en lunares, es decir, aquellas lesiones pigmentadas caracterizadas por manchas o lunares muy pigmentados (negros), de bordes iregulares, con crecimiento progresivo, que surgen espontáneamente o a partir de un lunar previamente existente. Sin lugar a dudas, el melanoma es un cáncer altamente agresivo y de mucho peor pronóstico en relación a los anteriormente mencionados. Afortunadamente es mucho menos frecuente, tiene relación con la exposición solar, pero en menor grado y es de carácter hereditario, generalmente asociado a familias con genes nórdicos que determinan la presencia de un gran número de lunares y de una mayor sensibilidad a la exposición solar. La mejor manera de prevenirlo es un control habitual para chequear los lunares y detectar lesiones precursoras que se extirpan solucionando el problema. Cuando un lunar ya es maligno (melanoma), el pronóstico lo determinará cuan precozmente fue realizado el diagnóstico, pues en etapas avanzadas, este tipo de lesiones se disemina a otros órganos (metástasis) generando un desenlace habitualmente fatal.

Por lo tanto, debemos insistir una y otra vez en la prevención del cáncer cutáneo, a través de la protección solar, ya sea con bloqueadores químicos (cremas con factor de protección solar) o a través del uso de manguillas u otro tipo de protección física. Es importante para un deportista el control anual o al menos periódico, de sus lesiones pigmentadas y recordar que cualquier herida o costra que surga en forma espontanea en la piel, especialmente si es facial, debe llamar a preocupación.

Martes 5 de marzo de 2013

Francisco Chávez Rojas
Dermatólogo - Anatomopatólogo
Triatleta
Route
fchavezr70@gmail.com