Cristóbal Sahr: TNF Endurance Challenge Salta 2011


El Sábado 7 de Mayo se corrió el Endurance Challenge, la versión argentina de la Ultramaratón de los Andes que se realiza todos los años en el mes de octubre en nuestro país.

La Ultramaratón es una competencia de trail running, esta es parte del circuito mundial de maratones en cerro, las distancias son 80K, 50K y 21K. Siendo el 80K, la distancia madre de la competencia, mucho para nosotros, es sólo el paso para poder correr en alguna de las grandes como la Ultra del Mont Blanc, donde el desde es de 100 kilómetros para arriba, acumulando más de 6.000 metros de ascensión positiva.

Yo había estado en las últimas ediciones de la Ultra de Santiago, pero como camarógrafo, al ver a los corredores en las alturas me picaban las piernas por probar en estas largas distancia en cerro.

Mi preparación comenzó con la Maratón de Santiago, como punto de partida para lo que sería cinco semanas después los 50 K de la Ultra. Mi debut en la distancia y quería que fuese en serio. Con la Maratón de Santiago sólo fondo y velocidad en plano, de ahí de cabeza al cerro, mucho San Cristóbal, Huinganal, Provincia, todo los cerros que están a la mano y que se pueden hacer corriendo en su totalidad. Todo planificado por mi entrenador Gabriel Iriondo y el Route Endurance Team.

Para el viaje a la carrera me acoplé al grupo de trail runners de North Face, quienes hace más de un año vienen haciendo una gran labor con su grupo de entrenamiento. Con ellos éramos un lote de más de 20 personas, todos prendidos con viajar a Salta con distintos objetivos, primer 21, un buen 50 o a romperla en los 80.

Salta me sorprendió desde un comienzo, el paisaje montañoso y mucho más verde de lo que me imaginaba. La ciudad espectacular, limpia, silenciosa, arquitectura impecable, todo restaurado, un spot de turismo de nivel mundial. Cocinamos tallarines, cero riesgo en restaurantes, a la cama temprano y listo para el rito.

Temprano nos despertamos y nos dirigimos al regimiento de Salta. Los de 50 K partíamos a las 8:30, mientras disfrutábamos de la previa nos imaginábamos a los de 80K, quienes habían partido a las 6:00 y ya estarían disfrutando de la sierra de Salta.

El escenario de partida estaba de lujo, todo en su lugar, los argentinos siempre en grande. Partimos y al cerro, la secuencia de carrera eran 13K planos, partí tranquilo, siempre conciente de disfrutar la carrera, el plano eso sí exigía mucha concentración, mucho pasto y toda la superficie repasada con pisadas de caballo, el que se dobla el tobillo pierde. Y yo pensaba, como lo hicieron los de 80K corriendo a oscuras por acá, ¡ídolos!

Pasado el gran pastizal, entramos a la quebrada de San Lorenzo, un ascenso de 9 kilómetros junto a un río, mucha agua y a guardar los anteojos, el bosque tan espeso que no dejaba ver el Sol. Frío ideal para la subida, caminando como en una procesión para arriba, aquí voy con tres argentinos, conversamos, que de dónde sos, que cuánto has corrido, sí, que bonito Chile.

Llegamos a la cima, de vuelta con los anteojos, y a correr se ha dicho, ya a 2.400 metros de altura, esto se siente como una transición de triatlón. Los gemelos muy apretados, tratando de correr soltando al mismo tiempo. Ahora 4 kilómetros por el filo de los cerros, grandes paisajes, a la izquierda Salta pequeñita, a la derecha selva infinita. Y pensaba, ¿adonde estarán estos locos de los 80? ¿Habrán corrido está subida que nosotros los mortales caminamos conversando? En el plano le pongo, paso a los tres argentinos y me aplico, ponte competitivo, que pierdan la referencia, que no te vean. Así llego al cruce de la muerte, me preguntan: vas por 80 ó 50. La pensé... No 50 solamente, ok por acá bajás. 9 K de descenso resbaloso por el bosque, segunda transición, comienzo fuerte y al rato los cuadriceps piden ayuda, el calambre al límite. Suéltate Sahr, baja rápido pero sin castigar, si te acalambras se acaba la cosa. Así me pilla un argentino, Marcelino Lescano, con experiencia en Ultras, ya conocía Chile, corrió el K42, vuelvo el próximo año de seguro. No le pude seguir el ritmo, una máquina en el descenso.

Kilómetro 36 y el gran abastecimiento, había borrado la palabra sed en el último tramo de la carrera, pero esta era la última oportunidad de abastecerse hasta la meta en el 50. Yo corría con un cinturón de abastecimiento, recargué mis botellas, me queda un gel, ok, vamos. Y entre esos pensamientos para atacar el último tramo de carrera, por un camino lateral, aparece Tracy Garneau quien venía puntera en los 80K, con cámaras que la seguían, la canadiense la estaba rompiendo, iba segunda en la general, solo le ganaba el argentino Gustavo Reyes, ¡Qué máquina!

Me afirmé con la gringa y a correr se a dicho. Qué estilo, qué postura de correr, trate de imitar todo lo posible, a fondo me llevó. Entramos en un río seco, saltando de piedra en piedra, no sueltes a la gringa. Así pillamos a mi partner Marcelino, lo veo y aplico táctica de ciclista: pásalo a fondo, que ni se le ocurra seguirte. Aceleré pasé a la gringa y a Marcelino, corriendo como si faltarán 100 metros a la meta (faltaban 10K). Al rato una subida y no me da, caminando para arriba, que no me vean ahora o se hará evidente el bluf, llego a la cima, veo para atrás, no estaban, mi táctica funcionó, ahora corre a la meta, son sólo 7, ¡corre!

De vuelta al pastizal, calor infernal, a lo lejos, se ve Salta y la meta. Entro al regimiento, los amigos chilenos esperando, los argentinos todos aplaudiendo, ganaste la categoría flaco. No la creo, debut en la distancia, evitando sufrir y gané en Argentina. Al rato llega Tracy Garneau, máquina, ídola, sonríe como si nada hubiese pasado, saludos a mis contrincantes de carrera que llegan al rato. Todos máquinas, la posición sólo consecuencia, la carrera la trabajamos entre todos, el tiempo final es compartido.

Llega Jaime Hiume, quien viene en los 80K. Quinto en la general y gana su categoría (50-55 años), ídolo, ejemplo, que grande.

Ducha, plato de locro, empanada salteña, cerveza Salta, métale plato local y a la premiación. Banderita de Chile y marcamos presencia, Jaime Hiume, Eduardo Collado ganó su categoría en 50K, Pame Rubilar podio en su primer 50K. Gran experiencia, un grupo unido como pocas veces se ve. Los chilenos somos tímidos, piola, pero acá éramos LA delegación. Muchos cumplieron sus objetivos, otros picados con más, pero todos con ansias de más, el cerro algo tiene que no satura como la calle, los nuevos desafío están a la vuelta de la esquina, sobre todo en nuestra cordillera de los Andes.

Para terminar dejarlos invitados a correr la Ultramaratón de los Andes, de a poco, siempre con una distancia que deje con gusto a más. Y cómo siempre agradecer a los que hacen posible esto: Victoria Films, Adidas Eyewear, Louis Garneau y Route Endurance Team. Nos vemos en la próxima!

Cristobal Sahr

Videos y fotos de la prueba en www.tnfendurancechallenge.com 


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Entretenido relato Cristobal. Felicitaciones por la carrera y el entusiasmo.
Ricardo

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