Ricardo "Cate" López: Nado en la Antártica 2011


Me da gusto compartir con ustedes la experiencia de haber nadado en la Antártica, hasta ahora la mayor locura que he hecho en mi vida. Les contaré que la pasión por el deporte nace precisamente en el Triatlón, deporte que descubrí allá por el año 1987, siendo casi uno de los fundadores en Chile, y que ininterrumpidamente practiqué por 10 años, donde definitivamente definí el estilo de vida que llevaré hasta el último de mis días.

Hacía atletismo por la universidad, y un buen día decidí probar en el triatlón, nunca había nadado y a pocas semanas del debut voy a la piscina de la Universidad de Chile a tomar cursos de natación, donde mi primer entrenador resulta ser nada menos que Carlos Carvajal (como alumno en práctica!!!), verán que de esto hace mucho tiempo.

Les contaré que vi el debut en triatlón de toda la pandilla de católica, Matías Brain, Lalo Araya, Rubén Arias y tantos otros, hasta soy el responsable de la aparición del gran Daniel Labarca, a quien motivé a incursionar en el tri, sacándolo del tenis.

Bueno, luego del primer triatlón no he parado, en 1997 decidí dejar de competir, pero nunca deje de nadar, de las tres disciplinas fue la que terminó gustándome más y así un buen día, hace aproximadamente unos 5 años veo en la Rolf Nathan un afiche de nado en aguas abiertas entre Valparaíso y Viña del Mar, la única manera de saber como sería eso era participando. Así nadando entre el Muelle Barón hasta el Muelle Vergara descubrí esta nueva pasión, el nado de travesías. Desde entonces no he parado de participar en cuanta competencia haya y lógicamente conociendo nueva gente, entre ellos al mítico Tiburón Conteras, nadador de travesías en los ´80 y ´90, siendo el único Chileno que había Cruzado a nado el Canal de La Mancha, Gibraltar y hasta ahora Isla Decepción en Antártica, aparte del Estrecho de Magallanes, Canal del Chacao y muchas otras travesías. Es así como comienzan a invitarme a travesías del Canal del Chacao, Valparaíso Nocturno (entre muelles Prat y Barón) y hace ya dos años el Estrecho de Magallanes donde establezco la mejor marca de un chileno y la tercera mundial, 1 hora y 6 minutos para los casi 5000 metros de aguas a sólo 4ºC, así como también en Bolivia en el Lago Titicaca entre las islas del Sol y de la Luna, 7 km a 4000 metros de altitud en Mayo del año pasado.


Cate en los preparativos para nadar en el lago Titicaca (Bolivia)

Con esto descubro que tengo una muy buena tolerancia al frío y comienza a fraguarse el proyecto de reeditar aquella mítica hazaña que relizara el Tiburón Contreras hace ya 24 años, junto a Julieta Nuñez y el propio Tiburón Contreras. Tras interminables trámites que involucraron a la Armada, Ministerio de Relaciones Exteriores y Unesco, recibimos la confirmación de que en el pasado Febrero podríamos intentar esta travesía. Para ello contaríamos con el increíble apoyo de nuestra Armada que pone a nuestra disposición una sorprendente cantidad de recursos humanos y materiales con el fin de llevar a cabo de manera segura y exitosa esta travesía. Es así como conseguimos auspicios y recursos para tan extrema prueba, volando a mediados del pasado Febrero a Punta Arenas y a la espera de proseguir viaje a Antártica pasamos alrededor de 10 días varados allí a la espera de condiciones para el aterrizaje de aviones en Isla Rey Jorge donde nos recogería el rompehielos Oscar Viel de nuestra Armada. Ahí recién empezamos a tomar conciencia de lo extremo e impredecible que resulta el clima en este helado continente. Mientras tanto en Punta Arenas aprovechamos de nadar en el Estrecho de Magallanes sólo provistos de traje de baño, sin neopreno a modo de adaptación a las gélidas aguas que nos esperarían en Antártica. No exentos de sufrimientos logramos hacer nados de hasta 30 minutos en aguas a sólo 4 ºC, pero nada hacía presagiar lo que nos esperaría en Antártica.


Cate Nadando en el Estrecho de Magallanes

Finalmente recibimos la confirmación de condiciones favorables para nuestra llegada a Antártica y el día 25 recibimos el llamado y a las pocas horas estábamos en vuelo a nuestro destino. Somos increíblemente bien recibidos por el personal de la base de nuestra Armada, y a la madrugada siguiente arriba el rompehielos Oscar Viel, quien nos trasladaría a nuestro destino final, Isla Decepción. Se trata de un volcán activo gigantesco que sobresale del fondo marino aproximadamente unos 300 metros y que en una antigua erupción se fracturó dejando una apertura que terminó por inundar su cráter, de aproximadamente 3.000 metros de diámetro.


Isla Decepción, lugar de la hazaña

En la tarde del día 27 arribamos a los Fuelles de Neptuno (entrada a Isla Decepción), donde comienzan los preparativos. El médico de a bordo no nos quería autorizar la travesía, pensaba que sólo sería un nado simbólico y al enterarse de la distancia que esperábamos cubrir y sobre todo el tiempo de exposición a tan extremas condiciones, se negaba rotundamente diciendo que sería suicidio. Estas condiciones eran aguas a 1ºC, vientos de hasta 60 km por hora, que bajaban la sensación térmica a -3ºC y mar picado con olas de aproximadamente un metro...

Finalmente logramos convencerlo de autorizarnos, firmando una exención de responsabilidad y aceptando que nos inyecte Eparina (un anticoagualnte para prevenir este fenómeno en nuestra sangre al estar expuestos a tan extremas temperaturas).


Tratando de convencer al doc

Siendo aproximadamente las cinco de la tarde bajan los zodiac que nos llevarían a nuestro punto de partida. Seríamos permanentemente monitoreados por el radar y el sonar del Rompehielos, a fin de establecer nuestras ubicaciones y la proximidad de fauna peligrosa (orcas y focas leopardo), pero sabiéndonos así de apoyados y protegidos sólo nos mentalizábamos en la travesía. Dada la diferencia de velocidad de nuestros nados Julieta parte primero y yo lo hago aproximadamente a unos 15 minutos después.


En los preparativos de la hazaña

Mi primera sensación al momento de poner un pié en tan gélida agua fue traumática, sentía como si mil agujas me clavaran, igual cosa sentí al meter mis manos y finalmente mi cabeza, sensación que en ningún momento dejé de sentir, pero al ver como Julieta progresaba en su nado (ella inteligentemente protegida por botines, guantes y capucha de neopreno), no podía desistir y abandonar a los pocos metros, así es que sólo me mentalicé en que mientras más rápido nadara, más luego saldría de ahí.


Desde el zodiac...

Tras sufridos 22 minutos y 32 segundos logro llegar al lugar de destino desatando la total euforia, tanto mía como del personal de la Armada que me acompañaba en el zodiac y de la tripulación del rompehielos, el sentir que desde el rompehielos hicieran sonar su bocina en señal de alegría me llenó de emoción, así como también ver que Julieta también lo lograba.


Hazaña cumplida!!!

Les contaré que al momento de ser recibidos en el rompehielos en medio de vitores y aplausos el doc quería revisarme, pero le digo que luego de una buena y recuperadora ducha caliente, bueno, tras 20 minutos de la ducha mas grata de toda mi vida voy a la sala médica todavía eufórico diciéndole al doc que no era necesario, que ya me sentía bien, pero al tomarme la temperatura y marcar apenas 29 grados me convence que no estaba bien y me inyecta suero caliente, lo que finalmente termina por recuperarme.

Ha sido motivo de un tremendo orgullo el realizar esta travesía en este increíble lugar, marcando nuestra soberanía de un modo totalmente amigable con la naturaleza, ya que hasta ahora Tiburón Contreras, con 32 minutos, hace 24 años, y ahora Julieta Nuñez, con 36 minutos, y yo con mis 22 minutos, sólo Chilenos hemos sido los únicos en lograr esta travesía.

No quiero terminar esta nota sin antes agradecer a todo el personal de nuestra Armada, que nos apoyó en todo momento involucrándose de manera increíble y desplegando en su desempeño todo su profesionalismo y calidez en el trato recibido, así como a nuestra Fuerza Aérea de quienes también recibimos todo su apoyo con el transporte a bordo de un avión Hércules desde Antártica hasta Puna Arenas. Sin duda alguna es una aventura que jamás olvidaré. Mis agradecimientos también a Lalo Araya (mi coach de nado en Team Bustos) y a todos mis amigos sparring de la pista, a Natación Siglo 21, que me proporcionó un extraordinario traje de neopreno Aqua Sphere, y a INECO control industrial que me proporcionó pasajes hacia y desde Punta Arenas.

Si alguna conclusión puedo sacar luego de tan extrema y sufrida aventura, es que NUNCA MÁS!!!, en aguas tan frías,... ¿próximo objetivo? ... próximo año Gibraltar.

Ricardo “Cate” López

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Tío cate, increíble experiencia y muchas felicitaciones.

Cate, ¡¡¡Te PASASTE!!!, que tremenda hazaña te pegaste, yo que con Pucon 2011, creia que habia pasado frio y tu nadando en la antartica...uffff.

Felicitaciones, sigue motivado y que bueno que seai chileno.

Viva Chile Mierda!!!

Fernando Martinez
Team-Bustos T Banc

Relámete emocionante relato amigo digno de Publicar

Gracias por Motivar a seguir en esto

R.Olea

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